Patrimonio
¿Cuántos años tiene la Cueva del Silo de Atapuerca?
El Cenieh presenta las primeras dataciones numéricas de los sedimentos transportados por las crecidas del río Arlanzón que rellenan esta caverna
Muchos son los secretos que esconde la sierra burgalesa de Atapuerca. Pues de los más antiguos acaba de ser descubierto. La investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), Isabel Hernando-Alonso, ha liderado un estudio, publicado en la revista Quaternary Geochronology, en el que se ha aplicado por primera vez la técnica de datación de la Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR) a los sedimentos fluviales de interior de la Cueva de Silo (Atapuerca, Burgos).
Los resultados sugieren una edad mínima de 900.000 años para los depósitos encontrados en las galerías inferiores, aunque también se han encontrado edades más antiguas que podrían venir de filtraciones desde las cuevas superiores.
El trabajo se ha centrado en dos áreas diferentes de esta cueva: la Sala del Caos y la Galería de las Arenas. Los depósitos que se conservan en estas cavidades son sedimentos fluviales transportados por las crecidas del río Arlanzón que se infiltraron en las cuevas.
“Conocer la cronología de estos eventos es importante porque son los que formaron el sistema de cavidades de la sierra de Atapuerca, y nos podría dar la llave para hacer correlaciones de mayor detalle sobre la formación del karst y la formación de otros yacimientos, como Gran Dolina o Sima del Elefante”, comenta Isabel Hernando-Alonso.
Durante el Pleistoceno, se produjeron variaciones climáticas que favorecieron que el nivel del agua de los ríos fuese descendiendo progresivamente hasta formar unos “escalones” en los valles denominados terrazas fluviales. El sucesivo encajamiento de la red fluvial también es el responsable de la formación de los distintos niveles horizontales de galerías que forman el karst de Atapuerca.
“Datar los sedimentos nos permite correlacionar la formación de los distintos niveles del karst con las terrazas fluviales del río Arlanzón, de tal forma que podemos comprender mucho mejor el contexto geológico general de la cuenca del Arlanzón”, explican desde el Cenieh. Este trabajo es parte de la tesis doctoral que Isabel Hernando-Alonso desarrolla en el Cenieh, dentro el programa UBU-Cenieh, como contratada investigadora predoctoral FPI del proyecto de investigación de Atapuerca.
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