Rutas otoñales
Un paseo por la ciudad más estudiantil, plagada de palacios y con dos catedrales
Esta vieja capital castellana cuenta también con una de las Plazas Mayores más emblemáticas de España, repleta de establecimientos hosteleros que ofrecen una gran variedad y rica colección de tapas
Sin duda alguna, nos encontramos en una de las capitales más culturales españolas. Una ciudad universitaria por excelencia, plagada cada año por miles de estudiantes nacionales e internacionales. Pero también una localidad patrimonial universal, con numerosos palacios de diferentes estilos y que cuenta, asimismo, con dos catedrales. Y con una gastronomía por excelencia. ¡Quién no se ha deleitado alguna vez tomando un pincho, un aperitivo o un helado en su Plaza Mayor!
Esta vez nuestros pasos nos llevan hasta Salamanca, estudiantil y campera, como diría el poeta. Y que mejor que iniciar nuestro recorrido por su Plaza Mayor, el “gran salón” de la ciudad. Más de 27 años se tardaron en construir esta monumental plaza, plagada de elementos barrocos. Declarada monumento histórico-artístico de carácter nacional el 21 de diciembre de 1973 es el centro de la vida de la ciudad y un punto de encuentro habitual de los habitantes. En ella se encuentran innumerables bares y terrazas, como el centenario café Novelty.
Repleta de medallones, entre ellos podemos observar a algunos reyes españoles como Alfonso XI o escritores de la talla de Miguel de Cervantes o Miguel de Unamuno, que fuera rector de la Universidad salmantina, tal y como quedó reflejada en la última película de Alejandro Amenábar “Mientras dure la guerra”.
Continuamos nuestro paseo por la capital y atravesando la Rúa Mayor llegamos hasta otro de los símbolos de la ciudad como es la Casa de las Conchas, un palacio civil cuyo mayor atractivo son las más de 400 conchas de piedra incrustadas en su pared. También tiene su parte de leyenda, ya que dicen que debajo de una de ellas hay oro. Leyenda o no, lo cierto es que este rincón es uno de los más fotografiados por los visitantes que se acercan hasta la capital charra.
Pero tampoco podemos olvidarnos de otros punto neurálgico salmantino, como es la fachada de su universidad, donde miles y miles de personas cada año se acercan hasta ella para descubrir a la rana que se posa sobre una de sus calaveras. De estilo plateresco, se trata de una de las joyas de arte irrepetible en toda Europa donde podemos hallar tallados a los Reyes Católicos, a Carlos V, a Alejandro Magno o hasta el Águila de San Juan.
Por la calle Calderón de la Barca llegamos hasta la Plaza de Juan XXIII, donde se yerguen las dos catedrales de la ciudad. La construcción de la más vieja se remonta al año 1102. Allí destaca su cúpula bizantina y su retablo en el altar mayor. El claustro se derrumbó como consecuencia del terremoto de Lisboa en el año 1755, cuyos efectos se dejaron notar por estas tierras. En el interior del templo nos encontramos con la imagen de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Vega.
Los trabajos de la catedral nueva dieron inicio en el año 1513 y tuvieron que pasar casi 200 años para su finalización. Un templo grandioso corroborado por sus 90 ventanas, 200 agujas y 37 botareles en su exterior así como 52 bovedas, 202 estatuas y 172 medallas en su interior.
Y si queremos visitar alguna iglesia, le sugerimos la de San Esteban, de estilo gótico y que se asemeja a una catedral, Su retablo mayor es la obra maestra de José de Churriguera. Otra, la de San Martín, considerada como una de las joyas principales del románico. Se trata de la más antigua de la ciudad. Y tampoco puede faltar en esta lista la de San Marcos una de las tres únicas conocidas que es circular.
Y si hablamos de palacios, cabe detenerse en el de Monterrey, edificación renacentista considerado como uno de los monumentos unamonianos. Y, por último, el palacio de los Orellana, cuyas localizaciones sirvieron para inspirar las aventuras del estudiante de Salamanca de Espronceda.
Salamanca, una ciudad, que no deja indiferente a nadie.
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