Patrimonio
Miranda del Castañar (Salamanca) quiere convertir su castillo en bastión contra el cambio climático
Una campaña de crowfunding busca crear un aula ecológica en el interior de la fortaleza
De fortaleza medieval inexpugnable a bastión contra el cambio climático. Es lo que pretenden convertir los vecinos del municipio salmantino de Miranda del Castañar a su castillo del siglo XIV, que en los últimos años ha sufrido un importante deterioro. Por ello, los habitantes de la villa crearon la asociación Patrihum Casmi para su conservación, mantenimiento y restauración, lanzado dos campañas de micomecenazgo que acabaron con gran éxito y por ello han puesto en marcha una tercera, donde pretenden conseguir 10.000 euros a base de pequeñas donaciones en apenas 22 días. De momento son ya 36 aportaciones por un importe total de más de 1.700 euros.
La nueva campaña es una apuesta por un medio ambiente sano y “una decidida lucha a favor del equilibrio ecológico y contra el cambio climático”, señalan desde la asociación, y entre las iniciativas destaca la creación en el interior del castillo de un aula de ecología, donde se pueda enseñar a luchar contra los incendios con métodos ecológicos tradicionales, “Queremos contribuir a que Miranda tenga un brillante futuro y no solamente un esplendoroso pasado. Para ello, vamos a trabajar en la recuperación y sostenibilidad de nuestro patrimonio”.
Asentada sobre un saliente rocoso al que circundan los ríos Francia y San Benito, en la vertiente meridional de la provincia salmantina, esta localidad ha quedado integrado en la Reserva de Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia.
Su privilegiada posición y la gran altura de su torre de homenaje permiten la observación de gran parte del territorio de la Reserva, facilitando la sanación de su biodiversidad, que es uno de los objetivos prioritarios de la restauración del castillo para el que se constituyó la asociación sin ánimo de lucro Patrihum Casmi. La fortaleza fue construida hacia los siglos XIV y XV sobre un torreón medieval. Levantada por don Diego de Zúñiga, alcanzó su esplendor hacia 1547.
En el siglo XVII, el edificio sufrió un pavoroso incendio. En 1931 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). En el año 2015, la propiedad traspasó la gestión del edificio a la asociación sin ánimo de lucro Patrihum Casmi, la cual busca la ubicación en el interior del castillo de un centro destinado a potenciar la protección y conocimiento de las bondades del territorio en el que se ubica.
Dentro de ella se encuentra el Parque Natural de las Batuecas. Además, la villa está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España, condición compartida con las maravillas localidades que la rodean, con las que forma un fantástico conjunto.
Cuenta además con otros importantes recursos, como la miel (en su término municipal se halla una de las mayores fábricas de colmenas de Europa), la fruta, sus magníficos vinoso.
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