Economía

El gasto de luz y gas en la Catedral de Valladolid aumenta 8.000 euros en el primer semestre por el precio de la energía

La factura de suministros pasa de los 9.350 euros de los seis primeros meses de 2019 a los 17.290 euros registrados entre enero y junio de este año

Interior de la Catedral de Valladolid
Interior de la Catedral de ValladolidMiriam ChacónAgencia ICAL

El aumento del precio de la energía repercute de una manera importante en las familias pero también en otras instituciones como la Iglesia, propietaria de numerosos templos, catedrales, ermitas, parroquias y otros edificios como conventos y seminarios. Un claro de ejemplo es la factura energética que ha tenido que abonar la Diócesis de Valladolid por mantener abierta al culto y a las visitas la Catedral de la capital. Hasta el punto que el gasto en luz y gas en la seo vallisoletana ha aumentado 7.940 euros al comparar el primer semestre de 2019 y 2022. Dos periodos de tiempo idénticos al no existir limitación de aforos por la pandemia del COVID como ocurrió en 2020 y 2021.

El mayor desembolso que ha realizado la Diócesis es, al igual que en los hogares de los ciudadanos, para pagar el gas de la calefacción y así mantener la Catedral a una temperatura agradable, pese a que es algo muy complicado al ser un templo muy grande y estar todo construido en piedra. En concreto, la factura de gas durante los seis primeros meses de 2019 ascendió a 3.100 euros, una cantidad que se ha duplicado con creces hasta los 7.713 euros en el primer semestre de este año. Es decir, 4.613 euros más. En cuanto a la electricidad, el incremento se quedó en 3.327 euros, al pasar de 6.250 a los 9.577 euros, según facilitados a la Agencia Ical. Hay que recordar que el primer semestre del año incluye la Semana Santa, un momento religioso que implica la celebración de muchas eucaristías y otro tipo de actos además de que el templo está abierto muchas horas al día.

La factura de la Diócesis de Valladolid se completa con el mantenimiento de los ascensores de la Catedral que permiten acceder a la torre de la Catedral para disfrutar de las mejores vistas del centro histórico de la ciudad, ya que el mirador se sitúa a 70 metros de altura. Pese a que la recaudación por este tipo de visitas va destinada al Ayuntamiento, la Iglesia se hace cargo de la factura de su mantenimiento que entre enero y junio de 2022 ascendió a 3.527 euros, casi 400 euros más que en el mismo periodo de 2019.

La Diócesis y el Arzobispado son plenamente conscientes del desembolso económico que llevan a cabo para pagar las facturas de los suministros de gas y electricidad. De ahí, la necesidad de avanzar en el autoconsumo para determinadas dependencias y propiciar así el ahorro energético, además de cumplir con la encíclica del Papa Francisco para proteger el medio ambiente. La Iglesia anunció el mes pasado una inversión de 90.000 euros para la instalación de dos sistemas fotovoltaicos en el Seminario y en el Centro de la Espiritualidad de la capital, con una potencia de 45 kilovatios hora en cada edificio.

Este tipo de proyectos ha despertado el interés entre las parroquias ya la de Simancas ya instaló placas en la iglesia de Juan Pablo II, en la urbanización de Entrepinos, y otras están “en estudio”.

El delegado diocesano de Patrimonio, Jesús García Gallo, reconoció durante la presentación de este proyecto de autoconsumo fotovoltaico que el gasto de la energía para las parroquias iba suponer un gasto “muy importante” para las parroquias. De ahí que apuntara la necesidad de estudiar la renovación de los sistemas de calefacción en las iglesias.

En esa misma presentación, el vicario general, Jesús Fernández Lubiano, significó que tanto las parroquias como el obispado aplicaban los mismos criterios de ahorro energético que las familias para poder afrontar la subida de los precios de la energía, tras constatar que la electricidad se había duplicado en verano con respecto al anterior. En todo caso, dejó claro que la subida de las facturas de luz y gas no iba a afectar a los actos litúrgicos, que se mantendrían como hasta ahora.

Eso sí, tal y como ha podido comprobar Ical, algunas iglesias como la de San Agustín, ubicada en el paseo de Filipinos de la capital y propiedad de los padres Agustinos, las misas de los días laborales (8, 13 y 19,30 horas) se trasladan del templo a una ermita más pequeña, que es suficiente para acoger a los fieles que acuden entre semana a la eucaristía. En cuanto a la misa de los domingos y festivos (9, 12, 13 y 19,30 horas), se mantiene en la iglesia al haber una mayor afluencia de personas.