Más controles de la Guardia Civil en las carreteras de Castilla y León tras un “año negro” de víctimas mortales

La Dirección General de Tráfico aumentará los controles en las carreteras de Castilla y León con el objetivo de reducir la siniestralidad tras un “año negro”, el 2022, que ha concluido con 136 víctimas mortales, que suponen un 51,1 por ciento más en relación al pasado, mientras que el porcentaje de heridos graves se ha disparado en un 112 por ciento más. La delegada del Gobierno en la Comunidad, Virginia Barcones, informaba del refuerzo de patrullas de la Guardia Civil en las vías convencionales de la Región, con 114 nuevos agentes a nivel nacional y la implantación de 88 nuevos puntos de control de velocidad.

El balance es muy negativo, declaraba Barcones, ya que durante el pasado año se produjeron 121 siniestros mortales en las carreteras castellano y leonesas en los que perdieron la vida 136 personas y otras 53 resultaron heridas de gravedad. “Las estadísticas nos siguen mostrando demasiados muertos y demasiados heridos en carretera. Mucho sufrimiento que podría evitarse”, consideraba Barcones, quien ha emplazado a todos los agentes implicados en seguridad vial, pero también a la sociedad a “seguir trabajando” para acabar con esta lacra.

Junto a la subdelegada del Gobierno, Alicia Villar, la coordinadora autonómica de la DGT, Inmaculada Matías y el teniente coronel jefe del sector de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Francisco Iturralde, la delegada ha ido desgranando los datos de 2022, señalando el aumento producido en todas las provincias, a excepción de León y Valladolid. De esta manera en Burgos han fallecido 22 personas (11 más); en Valladolid 18 (una menos); en Zamora 17 (10 más); en Ávila 15 (10 más); en Salamanca, Segovia y Soria, un total de 14 (con nueve más en la provincia salmantina y diez más en la segoviana y dos en la soriana); en León, también catorce (seis menos); y en Palencia 8 (una más).

De cada cuatro fallecidos, tres han sido en carretera convencional por uno en autopista y autovía, siendo la salida de vía la principal causa del siniestro. En el lado positivo se ha reducido el número se motoristas y ciclistas que han perdido la vida, aunque aumenta el número de peatones que perdieron la vida, con un total de diez. En cuanto a la edad de los fallecidos, los mayores aumentos por franja de edad se produjeron en los grupos de 35 a 44 años con 26 fallecidos, mientras que los mayores de 75 años, 23 en total, representan el 17 por ciento del total. También llama la atención que un 15 por ciento de las víctimas en turismo y furgoneta no usaban cinturón.

“Estamos inmersos en una época de cambios y transformaciones en el ámbito de la movilidad segura y sostenible”, sentenciaba Barcones, quien anunciaba también una mayor vigilancia y control con un “refuerzo de la actividad, orientada especialmente a las principales conductas de riesgo y las carreteras convencionales”, y se “seguirán fomentando los cursos bonificados para personas con mayor exposición al riesgo, de conducción segura a trabajadores en moto”.