Agricultura
ACOR y Azucarera ponen su esperanza en la próxima campaña de remolacha por ser “un punto de inflexión” para el cultivo
Animan a sembrar ante el alto precio del azúcar mientras la campaña actual se encuentra paralizada por las lluvias tras un ciclo agronómico “complejo” que ha disminuido rendimientos y riqueza media salvo en Miranda de Ebro
Mientras la campaña actual de cosecha y molturación de remolacha se encuentra paralizada por las intensas lluvias caídas en Castilla y León en la segunda mitad de diciembre y primera mitad de enero, ACOR y Azucarera ponen su esperanza en la próxima por considerarse “un punto de inflexión” para un cultivo que vivirá precios “históricos” de al menos 66 euros por tonelada gracias al alto valor de mercado del azúcar.
Esa es la reflexión que hacen desde ACOR, en declaraciones recogidas por Ical, para animar al cultivo. De hecho, el director del Servicio Agronómico y de Cultivos de ACOR, Óscar Olivar, señala que la cooperativa “va a hacer todos los esfuerzos para recuperar este cultivo” tras un año en el que el “complejo” ciclo agronómico ha disminuido tanto la superficie sembrada como la producción y la riqueza media.
Y es que, tras comenzar ya desigual por las más de mil hectáreas que hubo que resembrar por las heladas del mes de abril, las altas temperaturas del verano “no fueron favorables para el cultivo”, por lo que hubo que intensificar los riegos para “mantener la planta y la masa foliar” de cara a comenzar la recogida el 20 de octubre. Una cosecha que se tuvo que parar el 15 de diciembre, con el 25 por ciento aún por arrancar, debido a las copiosas lluvias, que mantienen tanto la maquinaria de recogida como la fábrica de Olmedo paradas “hasta que el tiempo se estabilice y se pueda arrancar esa superficie en las mejores condiciones”, algo que no sucederá antes de que acabe enero.
Con las 514.076 toneladas recogidas hasta ahora, el rendimiento por hectárea obtenido, de entre 103 y 105 toneladas tipo por hectárea, ha sido “ligeramente inferior” al de la campaña pasada, cuando se alcanzaron las 108, y la riqueza media bajó más de un punto hasta un 16,37. No obstante, Olivar sostuvo que la cooperativa realizará “todos los esfuerzos posibles” para recuperar la superficie habitual de siembra por los socios de ACOR, de entre 10.000 y 12.000 hectáreas, garantizando un precio “histórico” de 66 euros por tonelada de cara a “volver a hacer atractivo el cultivo para el agricultor”, tras los incrementos de costes en energía y fertilizantes de los últimos meses.
Y es que la próxima campaña se espera que sea “un punto de inflexión” para el cultivo de remolacha “de cara al futuro”, dado que los ecoesquemas de la nueva PAC “favorecen a la remolacha”, se mantiene el apoyo de las administraciones para un cultivo que aporta al agricultor “una gran estabilidad”, y la tendencia alcista del precio del azúcar propicia que “la cooperativa pueda repercutir ese precio en el socio”.
“La conclusión es que la cooperativa va a hacer todos los esfuerzos para devolver al campo la ilusión”, sentenció Óscar Olivar, que a su vez pidió a los socios que “confíen en la cooperativa que más paga” al repercutir “el beneficio en el remolachero”, ante un año para el que esperan lluvia y nieve en la parte final del invierno y el inicio de la primavera para “aumentar la dotación de agua” de la próxima campaña.
El cultivo “más rentable”
También esperan en Azucarera un año “de crecimiento en las tres fábricas” situadas en Castilla y León, con expectativas basadas en “la incorporación de nuevos agricultores al cultivo” ante el “cambio de ciclo” que supone “la recuperación completa” del mercado del azúcar y la nueva PAC “que mantiene claramente los beneficios para el cultivo de la remolacha”, así como en que “los que han sembrado remolacha este año se han quedado con buen sabor de boca y van a mantenerse fieles al cultivo”.
Así opina la directora agrícola de Azucarera, Salomé Santos, que en declaraciones a Ical destaca, en relación a la PAC, que “sigue manteniendo la ayuda asociada y la agroambiental” por las prácticas relacionadas con la remolacha y, dentro de los ecoregímenes, la rotación “encaja como un guante” con este cultivo, lo que le convierte en “el cultivo extensivo más rentable”.
Y todo ello a pesar de una campaña “irregular” que, no obstante, desde Azucarera se afrontaba con “expectativas de prudencia” tras un verano “atípico desde el punto de vista de temperaturas y humedad” a lo que se añadieron “zonas con restricciones de riego”, lo que hacía que los responsables de la industria azucarera fueran “muy prudentes en expectativas de rendimiento y polarización”.
“Pero los datos reales han sido razonablemente buenos para esa incertidumbre que existía”, comenta la directora agrícola de Azucarera, por lo que destaca la “satisfacción” general ante una campaña en la que aún queda el arranque de en torno a 3.600 hectáreas pero que se molturará toda la producción, incluida parte de Toro, en la fábrica de La Bañeza, toda vez que se ha confirmado como “un aspecto positivo” el hecho de tener “dos fábricas con aperturas cronológicamente sucesivas”: la del municipio zamorano hasta antes de Navidad y la de la localidad berciana para después de las fiestas o, en el caso de este año, “cuando la ventana de oportunidad meteorológica lo permita”.
Hasta ahora, la producción en Toro ha supuesto una media de 93 toneladas tipo por hectárea, casi 20 por debajo de las 112 de la pasada campaña, aunque “con lo que se entregue en La Bañeza, esperamos estar por encima”, además de mejorar aún más la sacarosa tras obtener, hasta ahora, una riqueza media de 17,3.
En la fábrica de Miranda de Ebro, la riqueza obtenida fue similar, de 17,1, si bien la producción fue “razonablemente buena” al obtener un rendimiento de 109 toneladas tipo por hectárea, lo que ha supuesto la molturación de 220.000 toneladas de remolacha en total en la fábrica que Azucarera tiene en el norte de la provincia de Burgos.
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