Sociedad

La cárceles de León y Salamanca contarán con unidad canina para prevenir la introducción y el consumo de droga en prisión

El secretario general de Instituciones Penitenciarias inaugura en Burgos el curso de formación para los profesionales penitenciarios encargados del nuevo servicio

El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, y la directora de la prisión provincial de Burgos, Elena Ramos, comparecen en rueda de prensa para informar sobre el Curso de Formación de Guías Caninos organizado junto al Centro Penitenciario de Burgos
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, y la directora de la prisión provincial de Burgos, Elena Ramos, comparecen en rueda de prensa para informar sobre el Curso de Formación de Guías Caninos organizado junto al Centro Penitenciario de BurgosRicardo OrdóñezAgencia ICAL

Los centros penitenciarios de León y Topas (Salamanca) contarán con unidad canina propia para prevenir la introducción y el consumo de droga en prisión. Además, el proyecto se extiende a Castellón II, A Lama (Pontevedra), Ceuta, Las Palmas II, Madrid V, Madrid VII, Murcia II, Teixeiro (A Coruña), Valencia y Zaragoza.

Estos equipos prestarán servicio, además, a otras prisiones de la zona en la que operan, de manera que el radio de acción se extiende a gran parte de la geografía. De esta forma, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias pone en marcha la segunda fase del plan de creación de unidades caninas: doce equipos cinológicos distribuidos por toda la geografía española se sumarán a los once ya existentes.

Así lo manifestó, en Burgos, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, quien inauguró el curso formativo para los profesionales que estarán a cargo de las doce nuevas unidades caninas que se van a implementar en las prisiones de la Administración General del Estado. Estos equipos cinológicos se sumarán a los once ya distribuidos por toda la geografía española.

“La creación de las nuevas unidades supone un refuerzo en la estrategia diseñada por la Administración Penitenciaria para prevenir y evitar la introducción y el consumo de droga en prisión; un compromiso claro con el deber de velar por la salud de las personas privadas de libertad”, subrayó Ángel Luis Ortiz.

El proyecto comenzó con una experiencia piloto en el Centro Penitenciario de Burgos en 2018. Desde entonces, de manera progresiva, se han ido constituyendo equipos de esta naturaleza en otras diez prisiones: Albolote, Algeciras, Córdoba, Huelva, Madrid III, Málaga I, Málaga II, Mallorca, Puerto III y Sevilla II.

Durante 2022, las unidades caninas llegaron a detectar casi el 60 por ciento -un 58,87 por ciento- de la suma de cannabis, cocaína y heroína intervenidos en los diez establecimientos en los que estuvieron operativas -el Centro Penitenciario de Mallorca no contó con equipo propio hasta finales del año pasado-.

“Ahora se trata de seguir avanzando, de llegar a más centros en esta segunda fase”, trasladó el secretario general de Instituciones Penitenciarias, tras reconocer la labor de los profesionales del Centro Penitenciario de Burgos y de la Policía Local que impulsaron la constitución de la primera unidad.

Ángel Luis Ortiz, acompañado por el director general de Instituciones Penitenciarias, Miguel Ángel Vicente, y la directora de la prisión de Burgos, Elena Ramos, compareció, además, en rueda de prensa junto al alcalde de la ciudad, Daniel de la Rosa, a quien agradeció la implicación del Ayuntamiento en el proyecto al facilitar las instalaciones para la formación de los guías caninos.

Formación en Burgos

El curso, que comenzó hoy lunes y concluirá en junio, tiene como objetivo la cualificación de 25 profesionales penitenciarios y el adiestramiento de 25 perros asignados a las unidades caninas para la detección de drogas mediante el sistema de marcaje lapa. Estará impartido por especialistas en esta técnica de la Policía Local de Burgos y de otros puntos del país y por un experto cinológico de la prisión burgalesa.

En total, serán 520 horas lectivas que incluyen sesiones teóricas y entrenamiento práctico en los centros de trabajo. En la primera fase fueron 18 los profesionales formados para el despliegue de las unidades caninas en los establecimientos penitenciarios. La técnica del marcaje lapa se caracteriza por ser poco invasiva: el perro se limita a tocar, o marcar, la zona en la que detecta las sustancias estupefacientes. Algunos de ellos han comenzado a ser entrenados para el señalamiento, además, de teléfonos móviles.

Las unidades caninas son uno de los recursos, junto a otros, como registros, requisas y cacheos, de los que disponen los trabajadores penitenciarios para neutralizar la presencia de droga en el interior de la prisión. Su efecto disuasorio, además, en los accesos de los establecimientos supone un refuerzo de las campañas de concienciación que se impulsan periódicamente y que están orientadas a luchar contra la entrada y el consumo de estupefacientes en los centros. En esta tarea, se seguirá contando con la colaboración de los equipos cinológicos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.