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La asombrosa villa medieval de calles de piedra, un fantástico castillo y el lago más bonito de España
Este mágico pueblo es uno de los lugares más bellos para disfrutar de las Navidades

La riqueza patrimonial en España es innumerable, lo que la hace ser uno de los países más visitados del mundo. Son muchos los rincones de nuestros país que ofrecen unas estampas impresionates. Son muchos de los que podíamos hablar. Pero en esta ocasión nos vamos a centrar en un uno que ofrece un ambiente mágico, sobre todo en esta época del año, en el que sus innumerables recursos patrimoniales se realzan gracias a las luces de Navidad con los que los decora, durante estos días, el Ayuntamiento. Y es que esta espectacular villa medieval es uno de los lugares más atractivos para disfrutar en las fiestas navideñas.
Se trata de una villa típicamente medieval con espectaculares calles de piedra, un recinto amurallado que encumbra un maravilloso castillo. Y es que la ciudad medieval aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de los habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia.
Estas ciudades se desarrollaron con la expansión agrícola iniciada en el siglo XII que generó prosperidad económica y favoreció los intercambios comerciales que se realizaban en núcleos urbanos ya existentes, aunque despoblados desde el fin del Imperio Romano. Estos intercambios también se llevaban a cabo en los castillos y en los monasterios del feudo, especialmente si estaban situados en alguna ruta comercial transitada o tenía puerto.
A estos centros acudían los campesinos a vender sus excedentes (cereales, frutas, carne, etc), a la vez que compraban artículos de uso cotidiano elaborados por los artesanos (herramientas, cerámica, ropa, etc). Por ello el comercio ha sido caracterizado como su función principal, y por ese motivo se requirió que hubiera disposición de plazas o espacios públicos para poder realizar tareas de mercado.
Poco a poco los artesanos y comerciantes fueron estableciéndose allí, creando nuevos barrios llenos de talleres y establecimientos de artesanos y mercaderes denominados burgos, por eso a los habitantes de estas nacientes ciudades se les llamaban burgueses. Es así que la burguesía con el tiempo logra constituir una nueva clase social cuya riqueza no está ligada a la posesión de tierras pero, con el paso del tiempo, algunos de ellos se fueron haciendo ricos y prósperos, lo que hizo que a su vez acumularan más poder. Este hecho hizo que se produjera dentro de esta clase social una división, según señala Wikipedia.
Las ciudades medievales estaban rodeadas de altas murallas para su protección y algunas contaban con una fortaleza construida dentro del recinto de la ciudad conocida como ciudadela. En sus puertas se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. Las puertas se cerraban por la noche pero por el día permanecían abiertas. Los edificios más destacados eran la catedral, la casa consistorial, la universidad, la lonja, las Iglesias y conventos, las hospederías, los hospitales y los palacios de algunos nobles y burgueses.
La ciudad se dividía en barrios, cada uno con su propia parroquia. Disponían de un gran espacio abierto, la plaza del mercado, donde los comerciantes y campesinos instalaban sus tenderetes y en el que tenían lugar los principales acontecimientos de la ciudad: las representaciones de los artistas, las celebraciones festivas y los ajusticiamientos. El resto del espacio estaba ocupado por un enjambre de viviendas que propiciaban calles estrechas y tortuosas, tras las cuales, se encontraban pequeños huertos y corrales.
Pues esta típica ciudad medieval, que ha llegado a nuestros días en un grado de conservación impresionante no es otra que la zamorana de Puebla de Sanabria. La capital de la comarca zamorana de Sanabria cuenta con poco más de 1.400 habitantes, y en la zona limítrofe con Portugal, Galicia y la provincia de León.
El casco urbano de Puebla se encuentra en un territorio al que la naturaleza ha dotado de especiales características defensivas, modeladas a lo largo de los siglos por el arroyo Ferrera y los ríos Tera y Castro, que la han dotado de su especial fisonomía de espigón. Además, su ubicación estratégica junto a la frontera con Portugal, hizo que esta plaza fuera desde antiguo una villa aforada, fortificada y amurallada, con un notable protagonismo en la formación histórica del territorio que la rodea.
La localidad, declarada Conjunto Histórico-Artístico, prosperó en la Edad Media como un enclave estratégico, con un Castillo, que en la actualidad se trata de los recintos fortificados mejor conservados de la provincia de Zamora. También participó de manera principal y directa en las guerras de Portugal que tuvieron lugar durante el siglo XVII, sufriendo durante ellas un deterioro considerable. En su casco histórico sobresale la Torre del Homenaje que alberga la Casa de la Cultura, una biblioteca y un pequeño museo.
A su alrededor se pueden visitar la anexa ermita barroca de San Cayetano y la iglesia de Nuestra Señora del Azogue, de origen románico. En el municipio la vida gira alrededor de la Plaza Mayor, presidida por emblemático edificio del siglo XV en el que en estos momentos está situado el Ayuntamiento.
Lago más bonito de España
Pero Puebla de Sanabria también es reconocida por su belleza natural, y sobre todo por contar con el lago más grande y bonito de España. Hay que remontarse 100.000 años para buscar su origen, en el Pleistoceno Superior, gracias a un glaciar con lenguas de hielo de más de 20 kilómetros. Una superficie fluvial de 369 hectáreas y con una profundidad maxima que llega hasta los 53 metros. Gracias al glaciar se formaron abundantes circos glaciares que se han convertido en la actualidad en lagunas, con amplios y profundos cañones.
Es el segundo conjunto lagunar más grande en territorio nacional, con una veintena, algunas de ellas espectaculares, como la Laguna de los Peces, o escenarios que quitan el hipo en las inmediaciones como la cascada de Sotillo o una visita a uno de los pueblos más bellos de España, como es Puebla de Sanabria.
Desde 1978 es Parque Natural, antes en 1946 fue declarado sitio natural de interés nacional y en 1953 paraje pintoresco. Además cuenta con varias zonas de playa de arena, para el baño, y también para la pesca, además de merenderos en los alrededores. Este año, lamentablemente, hay problemas con los cámpings de la zona.
Una recomendación. Visitar los restos del antiguo Balneario de Bouzas, en la orilla derecha del lago, donde siguen fluyendo las aguas medicinales. Desde comienzos del 2011, el lago cuenta con un catamarán eólico-solar, el Helios-Cousteau, dotado con el equipamiento necesario para realizar recorridos didácticos y turísticos y facilitar la investigación subacuática.
El lago es cuna de leyendas y origen de relatos universales como la leyenda del origen del lago sobre el pueblo “Valverde de Lucerna”, que glosó en su día Miguel de Unamuno y donde se inspiró, en esta zona para su libro “San Manuel Bueno y mártir”.
Gastronomía
Uno de los atractivos más importantes no sólo de Puebla de Sanabria sino también de toda la comarca de Sanabria es su espléndida gastronomía basada en productos autóctonos de calidad. De las huertas generosas que forman parte de nuestro paisaje se obtienen los habones y las berzas que llenan ollas Sanabresas, siendo la base del caldo Sanabrés o caldo de berzas.
El pulpo a la Sanabresa, muy similar al de nuestros vecinos gallegos, forma parte de la tradición culinaria de la comarca, desde antiguo, siendo típico en las romerías.
La trucha de nuestros ríos y el bacalao comparten un lugar de honor en los fogones Sanabreses. De un producto básico como es el pan nacen los farinatos, mezclado con lo mejor de las carnes de la comarca.
Carnes de vacuno criadas de forma natural en los pastos de las sierras sanabresas, de las que se puede degustar la chuleta y el chuletón. Delicias de cerdo que en otros tiempos fueron la despensa invernal dando lugar a los chorizos, el mondejo y los sisos o picadillo, ingrediente principal de uno de los guisos más populares: los sisos con cachelos.
En los prados, en los linderos de los caminos y en los pinares de la Comarca se recogen gran cantidad de setas entre las que destaca por su calidad el Boletus Edulis de los pinares y la Macrolepiota Procera, popularmente conocida como “cucurril”, apreciada por su alto valor culinario. De las aguas frías y cristalinas de los regatos y riachuelos nacen las preciadas “morujas” presentadas en típicas ensaladas.
Entre los postres más característicos, figuran las rosquillas asadas de sartén, las manzanas asadas, así como las torrijas y los buñuelos, dulces tradicionales de la Cuaresma, la lecha frita y el arroz con leche.
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