Sociedad
La Barrosa, rito celtíbero en Soria para despedir el Carnaval
Daniel Serini y Adrián Gómez han sido los barroseros que han amenizado la fiesta ancestral
La localidad soriana de Abejar celebró hoy La Barrosa, una fiesta ancestral, ligada al carnaval, cuyo origen no está datado aunque los estudiosos la sitúan en la época celtibérica. Daniel Serini y Adrián Gómez fueron los valientes barroseros que desafiaron las bajas temperaturas, el hielo y la nieve en la calzada para hacer pervivir esta fiesta cargada de simbolismo y tradición.
La Barrosa, que simula una res, fue confeccionada por las amigas de las madres de los jóvenes durante un mes. En una estructura de madera de dos metros de largo por medio de ancho se coloca una sábana y según el diseño del año se colocan las escarapelas, los cuernos y la cintas de colores. Los barroseros recorrieron las calles del pueblo durante todo el día pidiendo donativos y viandas para la cena, salvo en las casas donde haya fallecido algún familiar donde se guarda luto y no se hace sonar los cencerros colgantes.
Los vecinos de Abejar les ofrecieron roscos, galletas, anís y moscatel para acompañar a los protagonistas de este ritual carnavalesco. Además, los barroseros sacudieron en el recorrido por el pueblo la estructura de madera de dos metros de largo por medio de ancho, que se conserva de tiempos remotos, para hacer sonar los cencerros colgantes.
Cuando la noche caiga, La Barrosa acudirá al salón donde tendrá que dar primero una vuelta, luego dos y luego tres. Tras ello cometerá sus últimas tropelías y entonces se fingirá darle muerte con unos disparos de fogueo. Su cadáver junto con los de los barroseros se dispondrá sobre un tapial, que es el lateral del tablamento de un carro y se le paseará con intensidad en forma de varias vueltas, por el Ayuntamiento. Después, la población beberá vino dulce, que simboliza la sangre de La Barrosa, informa Ical.
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