Turismo
La impresionante villa medieval que fue el primer Monumento Histórico Artístico de España
Este municipio, en tierras castellano y leonesas, forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bellos de España
Llega el final del verano y con él, los últimos momentos para disfrutar de una jornada inolvidable en familia. Son muchas las villas medievales en España en los que se puede despedir la época estival, pero hay que sobresale por encima de ellas. Su riqueza patrimonial y natural, así como su clima y su gastronomía hacen que hagan de este lugar el idóneo para perderse durante unos días. Se trata del primer municipio español que cuenta con la declaración de Monumento Histórico Artístico y forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bellos de España.
Además está enclavado en la Comunidad de Castilla y León, que mes tras mes es la preferida de los amantes del turismo rural, y que permite que cada vez sean más los turistas que elijan estas tierras para disfrutar de unas jornadas de descanso, sobre todo en alguna de sus villas medievales. Y es que este tipo de localidades se establecieron en la época romana y destacan por su espectacularidad. Una villa era un asentamiento rural formado por un edificio residencial principal y otra serie de edificios secundarios. Su origen es romano y entonces constituía el centro desde el que se administraba una explotación agrícola. Posteriormente ha perdido sus funciones agrícolas y ha reducido su actividad a la residencial. Con la consolidación del latifundio durante el Imperio romano, la villa se convirtió en el centro de las grandes explotaciones agrícolas.
Las características propias de cada villa han hecho que se las denominara a veces con adjetivos que complementaban esta categoría: villa cerrada si el núcleo de población se cerraba con una muralla a menudo formada por las mismas casas, con portales de acceso; villa franca si había sido una concesión real en zona de repoblación con una serie de privilegios, sobre todo comerciales. Prácticamente todas son de origen medieval.
En las villas se agrupaban a menudo los artesanos y los comerciantes estables. Así, las villas fueron cogiendo un carácter urbano, con una clase social que tenía oficios y formas de vida diferentes del habitual en el ámbito del campesinado, de forma que ya en la Baja Edad Media empezaron a suscitarse conflictos sociales entre los de la villa y los del campesinado. Muchas villas medievales han llegado a nuestros días en un gran estado de conservación, y en la actualidad el título de villa es generalmente puramente honorífico.
Pues la villa de estas características ideal para despedir el verano se encuentra en la provincia de Salamanca, y no es otra que La Alberca, una bonita localidad de calles empedradas que se resguarda bajo el Parque Nacional de las Batuecas.
Para conocerla a fondo hay que recorrer sosegadamente las calles y plazas de La Alberca, para que el viajero se vaya encontrando, con atractivos rincones y perspectivas, en los que resalta una arquitectura popular levantada a base de piedras y geométricos entramados de madera. Destacan los dinteles cincelados con fechas de fundación de las casas, con inscripciones, signos y anagramas religiosos, que quieren ser profesión visible de fe.
Cada una de las plantas superiores va sobresaliendo sobre la inferior, hasta llegar casi a tocarse los aleros de los tejados de las casas que se hallan frente a frente, lo que hace que en las calles se produzca un curioso juego de luces y sombras.
Se ha dicho que la estructura urbana de La Alberca es la de una judería, por lo intrincado, laberíntico y secreto de sus calles. Pero tampoco han faltado quienes, al recorrer el pueblo, lo han asociado con los arrabales de Damasco. Este pueblo es así, la unión, a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, islámica y judaica.
La Plaza Mayor, es el corazón de La Alberca, limitada por las casas porticadas sustentadas sobre columnas de granito. Las fachadas de las casas presentan dos hileras de balcones en los que en primavera y verano se encuentran llenos de flores. Y en el centro de la plaza destaca su característica cruz central.
En su patrimonio artístico cuenta con la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVIII, que como curiosidad se terminó en 1733, el mismo año que la Catedral Nueva de Salamanca. La torre fue construida doscientos años antes por los Duques de Alba, cuyo escudo de armas está esculpido en uno de los ángulos. Posee un interesante púlpito en granito policromado del siglo XVI, así como una imagen del Santísimo Cristo del Sudor.
La iglesia ha compartido protagonismo con la Ermita del Cristo del Humilladero dentro del pueblo que es la más antigua del municipio. La Ermita de San Blas, antiguamente conocida como la de Los Santos Mártires, hasta hace unos años fue el cementerio del pueblo. Y la Ermita de Nuestra Señora de Majadas Viejas. También cabe mencionar desde la entrada de Salamanca la Ermita de San Antonio.
La Ermita de San Marcos, cerca de la anterior, es un lugar privilegiado por las vistas que se pueden contemplar. Se encuentra junto a una gran laguna en medio de un bosque de robles. En la actualidad, está en ruinas, pero sorprende por su grandeza.
Artesanía
Diversos productos y objetos, producidos artesanalmente, pueden encontrarse en La Alberca. Los días festivos son el momento adecuado para admirar los preciosos trajes típicos de hombres y mujeres y los raros bordados serranos con que engalanan las calles.
Acompañando la vestimenta tradicional, la orfebrería de la zona ha creado interesantes joyas y otras alhajas de oro, plata y coral, que se usan como amuletos desde hace generaciones, para la fertilidad, el cuidado de los hijos, contra el mal de ojo…
Por otro lado, destaca el bordado serrano, con imágenes de ramos florales o de animales mitológicos, peces y aves, junto con otros motivos religiosos, que los diferencian de los realizados en otras comarcas. Estas figuras de los bordados tradicionales también se utilizan para decorar platos pintados.
Gastronomía
La Alberca cuenta con sobrados productos naturales que junto con los del campo charro hacen de la comida tradicional y popular, una de las más ricas, sabrosas y variadas de la península. Las carnes son uno de sus platos fuertes, con numerosas especies ganaderas, vacuno, caprino, ovino y porcino. “Cabrito Cuchifrito” y asado típicamente serrano que hacen las delicias de quien lo degusta. Dentro de las carnes tiene un lugar destacado, los embutidos, jamón de cerdo Ibérico, chorizo, salchichón, lomo, cabeza de lomo, curados al aire serrano.
Asimismo, son muy apreciados los hornazos, empanada a base de embutidos. El limón serrano hecho con limón, naranja, huevo duro y chorizo. Sus vinos, cosechas de la comarca y los dulces de extraordinaria calidad realizados con productos naturales, turrones, obleas, perrunillas, miel y polen.
Tradiciones
La fiesta albercana por excelencia es la de la Virgen de la Asunción, celebrada el día 15 de agosto como fiesta patronal del pueblo (Diagosto). A lo largo de tres días que siempre tienen su prolongación, se celebran ritos y ceremonias repetidos año tras año.
El Lunes de Pascua, se celebra en las eras el día del Pendón, que arrebataron las albercanas del siglo XV a las tropas portuguesas del prior de Ocrato. El lunes siguiente (el de la octava de Pascua) es el día la Romería: en la Plaza, el Ayuntamiento convida al pueblo y a todos los visitantes a obleas y vino, servido éste por los escancianos (mozos recién casados).
El Lunes de Pentecostés (ahora trasladado al sábado anterior), se celebra la Romería de Maralviejas o Majadas Viejas, en una ermita situada en un bosque de robles cercano al pueblo.
Y llegamos a la del Corpus Christi, una de las más hermosas celebraciones albercanas; se pulen las ventanas y balcones por donde va a pasar la procesión con colchas y paños bordados.
Por último, el cerdo de San Antón, el 13 de junio en la que se bendice un pequeño cerdo que se mueve por el municipio alimentado gracias a la voluntad de los vecinos. El 17 de enero es subastado entre todos ellos.
Y para los amantes del senderismo o la bicicleta de montaña, existen varias rutas para disfrutar solos o con amigos y en familia, como la Ruta La Alberca-Portilla La Bejarana-La Alberca o la Ruta Camino de las Raíces.
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