Escapadas invernales

Cinco rutas por serpenteantes e indomables carreteras para disfrutar de Castilla y León en moto

Los miles de "Pinguinos" que se esperan en Valladolid tienen la posibilidad de conocer pueblecitos con alma y un patrimonio sin igual escondido

Motero circulando
Motero circulando por la ComunidadPixabay

Castilla y León es una de las regiones más extensas de la Europa de la Unión, y la que tiene una mayor superficie forestal. Una Comunidad histórica, que puede presumir y, de hecho lo hace, de contar también con un patrimonio natural, artístico y monumental a lo largo de su geografía, compuesta por un total de 2.248 municipios, la mayoría de pequeño tamaño.

Pueblecitos con mucha alma que invitan a hacer parada y fonda, ya los que se puede llegar en alguna de las numerosas rutas de moto que hay a lo largo de los más once mil kilómetros de carreteras que atraviesan la Comunidad, a través de indomables y serpenteantes carreteras con las que los moteros pueden experimentar de lleno lo que es la libertad.

En estas líneas, y aprovechando que desde ayer han empezado a llegar miles de moteros a Valladolid procedentes de todo el mundo para participar en una nueva edición de "Pingüinos", la concentración invernal de motos más importante de toda Europa, así como a la localidad segoviana de Cantalejo para disfrutar de "La Leyenda Continúa", la otra reunión de moteros que se celebra de forma paralela en la Comunidad este fin de semana, queremos recomendar varias rutas en moto para aquellos que quieran algo más, ya sea conocer a fondo esta tierra y empaparse de todo cuanto la rodea sobre dos ruedas.

Concentración motera Motauros "El Reencuentro" en Tordesillas (Valladolid)
Concentración motera Motauros "El Reencuentro" en Tordesillas (Valladolid)Rubén Cacho/IcalAgencia ICAL

1- Tordesillas-Ávila

La primera de estas rutas es la que une la localidad vallisoletana de Tordesillas, tierra de motos por antonomasia, origen de Pingüinos y actualmente sede de la concentración Motauros, la Villa del Tratado donde España y Portugal se repartieron el mundo hace más de quinientos años, con Ávila , la capital amurallada, tierra de místicos y Patrimonio de la Humanidad. Ambos lugares están separados por algo más de cien kilómetros y el trayecto en coche o en moto como es este caso se puede hace en algo menos de hora y media.

Un recorrido por cuyo entorno el motero podrá disfrutar del arte mudéjar en su plenitud, como en Olmedo, y por una naturaleza espectacular con las riberas de Castronuño y la Vega del Duero como protagonistas hasta cambiar de rumbo hacia Medina del Campo atravesando la ciudad de Nava del Rey, en la que se pueda hacer una parada para conocer la iglesia de los Santos Juanes.

Una ruta repleta de castillos, con el de La Mota de la Villa de las Ferias medinense, pasando por el de Coca, ya en tierras segovianas, que lleva al motero hasta la provincia abulense, con Arévalo, conocido por su sabroso tostón y su patrimonio religioso, y Madrigal de las Altas Torres, lugar donde nació la gran reina de Castilla, Isabel la Católica.

Antes de llegar a Ávila hay que pasar por Bonilla de la Sierra, un curioso pueblo de la comarca de El Barco de Ávila-Piedrahíta, en pleno Valle del Corneja entre las sierras de Villanueva y El Mirón por el norte y Villafranca y Santiago por el sur, en el que el motero disfrutará de la calma, la soledad y, sobre todo, del privilegio de la libertad.

Una pareja con su perro contempla la vista del castillo de Peñafiel desde la Plaza del Coso
Una pareja con su perro contempla la vista del castillo de Peñafiel desde la Plaza del CosoAyto. PeñafielLa Razón

2- Peñafiel-Salamanca

Desde la milenaria Villa de Peñafiel , corazón de la Ribera del Duero, tierra del Infante Don Juan Manuel, de grandes vinos y de cordero lechal, arranca otra interesante ruta en moto con destino a Salamanca, la ciudad universitaria por excelencia que es también Patrimonio de la Humanidad, que no dejará indiferente a ningún motero, por lo que se puede encontrar en su camino, repleto de bodegas en las que se elaboran algunos de los mejores vinos del mundo, castillos como el de Peñafiel, sede del Museo Provincial del Vino y que inita ahora tras su reforma a una visita integral por toda la fortaleza, además del de Torrelobatón, Tiedra y Villaalonso, iglesias y monasterios, templos gastronómicos, pueblos amurallados y cultos, como el de Urueña, la Villa del Libro, donde más librerías y museos hay en España por habitante

El camino hasta Salamanca tiene parada obligada en Toro, para disfrutar de la Colegiata y de sus vinos también con DO, además de Zamora, la capital del Románico, y del Duero al igual que la villa toresana, por donde se llena de vida el gran río que nos une con Portugal, cuyo curso se puede seguir en moto en una una experiencia sin igual. También en tierras zamoranas, el motero ha de pasar con su vehículos por Sayago y circular por sus singulares y divertidas carreteras en dirección a Fermoselle, casi en Portugal, para después tomar el desvío hacia la presa de Almendra, ya en la provincia de Salamanca. El mar de Castilla, como se le conoce por estos lares, donde se puede disfrutar de las espectaculares vistas y saltos de agua.

A apenas una treintena de kilómetros de Salamanca, se encuentra Ledesma, un municipio que alegra la mirada al viajero y uno de los pueblos más bonitos de España, en el que destaca su impresionante iglesia de Santa María, en medio del caserío protegido por la muralla con el río Tormes a sus pies y con un casco antiguo que hay que recorrer.

Vista de Puebla de Sanabria.
Vista de Puebla de Sanabria.Agustin Pazdreamstime

3- Ciudad Rodrigo-Sanabria

Miróbriga,San Felices de los Gallegos, el poblado de Salto de Agua de Aldeadávila, el embalse más cinéfilo y emblema de la España de Franco, Villardeciervos, Ribadelago o Puebla de Sanabria son algunos de los lugares que ofrece otra de las rutas en moto más espectaculares de las que se puede hacer en Castilla y León y que une a las localidades de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca y limítrofe con Portugal, y la comarca de zamorana de Sanabria.

Un trayecto que sorprenderá al motero por sus contrastes, desde la majestuosa localidad de Ciudad Rodrigo hasta Villardeciervos, en plan sierra de la culebra, donde hace dos veranos el fuego asoló buena parte de esta zona, pasando por Los Arribes del Duero.

No es un camino complicado e invita a realizar paradas en los lugares de paso y su entorno. Conducir bordeando el lago de Sanabria, al final del camino, es una delicia.

Puente ferroviario en Berlanga de Duero (Soria)
Puente ferroviario en Berlanga de Duero (Soria)La RazónLa Razón

4- Soria-Segovia

Desde Soria a Segovia, la ciudad del Acueducto y Patrimonio de la Humanidad, se tardan casi dos horas y media, pero el viaje merece muy mucho la pena, sobre todo en moto y si se visitan los entornos. Un trayecto que se puede hacer a través de carreteras más sencillas y tranquilas, que discurren entre pequeños pueblos con una gran historia detrás que ahora lucha por sobrevivir contra una despoblación que no tiene piedad.

Berlanga de Duero, donde hay que ver la ermita de San Baudelio; San Esteban de Gormaz, y su fortaleza califal; Caracena y su espectacular cañón; Tiermes y su yacimiento arqueológico en tierras sorianas; y Ayllón, Maderuelo,  Sepúlveda , Pedraza o Riaza, en la provincia de Segovia, lugares con encanto, villas medievales y señoriales, que además ofrecen al motero una jornada sobre dos ruedas inolvidable por carreteras nacionales y locales que permiten una conducción relajada y sin sobresaltos.

Un viaje, además, que ofrece la posibilidad de desconectar del mundanal ruido mientras se contempla y se disfruta de las Hoces del Río Riaza o del Duratón y su ermita de San Frutos, hasta que se llega a Segovia con su acueducto, el alcázar y la catedral como protagonistas.

Ojo Guareña, en Burgos, es uno de los diez mayores complejos kársticos del mundo.
Ojo Guareña, en Burgos, es uno de los diez mayores complejos kársticos del mundo.Flickr

5- Aguilar de Campoo-Burgos

Desde la localidad palentina de Aguilar de Campoo hasta Burgos, el motero tiene ante sí una ruta que a buen seguro que repetirá por la belleza del camino que se va a encontrar, entre los páramos petrolíferos de La Lora o Las Merindades. Tras dejar atrás la Montaña Palentina, esta ruta se abre paso entre grandes páramos de origen kárstico que brindan un paisaje sin igual.

Una ruta que sobre dos ruedas es tranquila también, sin zonas complicadas, y con carreteras que invitan a la relajación, al menos hasta Sargentes de Lora, donde la vía se estrecha y encajona a los vehículos. Las Merindades ofrecen al motero un paraíso turístico, con pueblos que merece la pena visitar, como Puentedey, el municipio que se alza sobre un peñasco y creció sobre el Puente de Dios, por el enorme arco de piedra natural sobre el río Nela.

Un trayecto que incluye al Complejo Kárstico de Ojo Guareña, que con sus casi 100 km de desarrollo, es el conjunto de cuevas más extenso de la Península Ibérica y uno de los diez más grandes del mundo, o el pozo azul, la cueva subacuática más larga del mundo, conocida como el “Everest” del espeleobuceo cuenta con 14 kilómetros de túnel descubiertos aunque parece no tener fin ya que nadie ha logrado encontrar aún donde termina la cavidad, que está en un pueblo de 20 habitantes: Covanera.

Pueblos medieveles y turísticos como Frías, la ciudad más pequeña de España, forman arte de esta ruta, al igual que otros lugares emblemáticos como la ermita de Santa María de la Hoz en Tobera o la aldea del Portillo del Busto, en Oña, donde los vecinos escenifican cada mes de agosto el famoso Cronicón de Oña, una representación teatral que narra la historia de la fundación del monasterio de San Salvador y los avatares de los condes y reyes de Castilla en los siglos XI y XII.

Antes de llegar a Burgos hay que disfrutar de un paseo en la moto por la bajada a la comarca La Bureba, primer contacto con la Sierra de la Demanda.