Patrimonio

El Palacio de Avellaneda de Peñaranda de Duero será un hotel de lujo

La Junta concede al Grupo Olmedo Hoteles S.L. la gestión durante 50 años de este inmueble y defiende la colaboración público-privada como modelo a seguir

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha presidido esta mañana en Peñaranda de Duero (Burgos) el acto de firma de la concesión del Palacio de los Condes de Miranda entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y la entidad Grupo Olmedo Hoteles S.L.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha presidido esta mañana en Peñaranda de Duero (Burgos) el acto de firma de la concesión del Palacio de los Condes de Miranda entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y la entidad Grupo Olmedo Hoteles S.L.JcylLa Razón

Durante los próximos 50 años, el Grupo Olmedo Hoteles S.L. gestionará el Palacio de los Condes de Miranda de la localidad burgalesa de Peñaranda de Duero, que se convertirá en 2024 enun hotel termal de cinco estrellas, el sexto de la cadena hotelera

La concesión contará con una inversión de más de 12 millones de euros que permitirá su reconversión en hotel, con 78 habitaciones, área termal, espacio para eventos y diferentes zonas de restauración con diferentes propuestas gastronómicas; y algunas de sus salas históricas serán convertidas en suites, como el Salón de Embajadores, que se transformará en una estancia de cerca de 140 metros cuadrados.

Las previsiones iniciales apuntan a que este nuevo establecimiento dará empleo a cerca de 80 personas, la mayoría procedentes del entorno inmediato en el que se asienta la construcción.

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, presidía la firma de este acuerdo de colaboración público-privada que rubricaba el consejero de Cultura y Turismo, Gonzalo Santonja, con el representante del grupo hotelero. Una colaboración que, según decía, es un modelo a seguir por el Gobierno regional como elemento impulsor del patrimonio cultural de Castilla y León.

La Consejería, ante la imposibilidad de dar un uso permanente al Palacio, pretende así acometer de forma integral su rehabilitación en conjunto, dadas las particularidades tipológicas que presenta. Todo ello con el objetivo de aprovechar el rico y extenso patrimonio cultural que tiene esta Comunidad para traer inversiones y generar riqueza y empleo, sobre todo al medio rural.

La Consejería, además, se ha marcado como objetivo reforzar el reconocimiento de la función identitaria del patrimonio cultural, así como su capacidad para el desarrollo social y económico.

García-Gallardo se refería, por ejemplo, a la gestión del Espacio Cultural Las Médulas o la creación de la Fundación Siega Verde, como ejemplos de éxito a los que ahora se suma este procedimiento desarrollado para el otorgamiento de la concesión demanial del Palacio de los Condes de Miranda.

“Seguiremos aprovechando nuestro rico patrimonio para dinamizar la economía y, no lo duden, para revertir la despoblación y darle una nueva oportunidad a esta tierra", aseguraba el número dos del Gobierno regional, quien reafirmaba su puesta por el patrimonio cultural y por aprovechar todos los elementos que estén a su alcance para alterar esta realidad y seguir consolidando a Castilla y León como la referencia en el turismo rural.

Una de las joyas del plateresco español

Construido a inicios del siglo XVI, el Palacio renacentista de los Condes de Miranda de Peñaranda de Duero es un inmueble transferido a la Comunidad de Castilla y León por Real Decreto 3298/1983 y declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento desde 1923. Actualmente se encuentra afectado a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.

El Palacio de Avellaneda es una de las joyas del plateresco español. Constituye un majestuoso conjunto de fachada con portada plateresca, patio central de doble arquería, escalera de honor y elegantes salones con artesonados góticos, mudéjares, renacentistas y ricas yeserías.

La concesión a favor de la entidad Grupo Olmedo Hoteles S.L. se otorga por un plazo de 50 años a computar desde el día siguiente a su formalización. No obstante, podrá ser objeto de una o varias prórrogas antes de la expiración del plazo de su vigencia, previa petición expresa del concesionario. La prórroga deberá ser autorizada por Orden del titular de la Consejería a la que se encuentre afectado el bien objeto de concesión en el momento de la prórroga.