Sucesos
Condenan a una policía a seis años por tráfico de drogas y revelación de secretos en Valladolid
Durante el juicio, la acusada negó que cometiera los hechos, mientras su expareja sí asumió un delito contra la salud pública.
La Audiencia de Valladolid ha impuesto penas que suman seis años de prisión a una agente de la Policía Nacional, O.R.G., por delitos de tráfico de drogas y descubrimiento y revelación de secretos, además de ocho años de inhabilitación absoluta, según la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE.
Fue a finales de enero de 2023 cuando agentes de la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía, tras recibir varios avisos, iniciaron una labor de vigilancia y seguimiento de la procesada ante la posibilidad de que estuviera traficando con drogas en su domicilio y en las inmediaciones de la casa.
La encausada, aunque desempeñaba su jornada laboral en Madrid, residía en una vivienda de la calle Mieses de Valladolid con el que fuera su compañero sentimental, Carlos A.G.G., también encausado y condenado en sentencia de conformidad a tres años de prisión por tráfico de drogas con atenuante de drogadicción.
La vigilancia de los agentes dio como resultado la comprobación de que en el domicilio se producían frecuentes visitas de escasos minutos e incluso segundos, alguna de ellas en la vía pública, donde los policías apreciaron el intercambio de objetos de pequeño tamaño de mano a mano.
También observaron que algunas personas que habían realizado las breves visitas consumían una sustancia con apariencia de cocaína.
Tras más vigilancias y la observación de comunicaciones mantenidas por parte de la procesada a través de su línea telefónica y la del procesado -medidas que habían sido autorizadas por el Juzgado correspondiente- solicitaron la entrada y registro en el domicilio de los acusados.
En el registro, los agentes hallaron 17 billetes de cincuenta euros ocultos entre el colchón y el somier de una cama y más dinero en billetes de distintas cantidades en el cajón de una cómoda, en la que también hallaron cocaína en distintos envoltorios un carrete de alambre de jardinería y dos básculas de precisión.
En otra habitación, encontraron una libreta de color rojo con anotaciones de nombres y cantidades y recortes y envoltorios de plástico en una papelera, en la que también había una bolsa de plástico transpar3ente que, una vez analizada, arrojó un resultado positivo a cocaína.
La investigación de Asuntos Internos también desembocó en que la acusada, aprovechando su condición de agente del Cuerpo Nacional de Policía, accedió para fines particulares a información de carácter restringido o reservada sin estar debidamente autorizada para ello.
Durante el juicio, la acusada negó que cometiera los hechos, mientras su expareja sí asumió un delito contra la salud pública.
La encausada expuso que desde que rompió la relación sentimental con el encausado dormían en habitaciones separadas y que, cuando acudían visitas a ver al acusado -se supone que a comprar droga- ella cerraba la puerta de su habitación.
Admitió que accedió a datos a través de una aplicación de la Policía pero lo achacó a que habían cambiado el sistema de acceso y a que lo hizo por "curiosidad" y para saber cómo funcionaba, sin haber revelado información a nadie.
La acusada mantuvo en la vista oral que nunca ha traficado con droga y que tampoco consumía sustancias.
En concreto, la Audiencia ha condenado a la procesada a tres años y seis meses de prisión por un delito contra la salud pública y a dos años y seis meses por descubrimiento y revelación de secretos.
Contra la resolución judicial, que ha condenado también a la encausada al pago de sendas multas de 3.300 y 5.400 euros, cabe interponer recurso de apelación.
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