Sociedad

Las conductas suicidas entre niños y adolescentes se multiplican por cuatro tras la pandemia

Así lo destaca un estudio de la IBSAL, la Universidad de Salamanca y el Complejo Asistencial Universitario de la capital salmantina

Los doctores Jesús Pérez Sánchez-Toledo y Ana Maciá-Casas
Los doctores Jesús Pérez Sánchez-Toledo y Ana Maciá-CasasUniv. Salamanca

Las conductas suicidas entre niños y adolescentes se multiplicaron por cuatro en solo tres años, y como consecuencia de la pandemia. Así lo desvela un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), la Universidad salmantina (USAL) y el Complejo Asistencial Universitario de la capital, tras evaluar la evolución del riesgo de suicido en niños y adolescentes en el servicio de Urgencias tras la pandemia, con unos resultados que arrojan un aumento preocupante en 2022 respecto a 2019.

Se trata de un estudio liderado por el doctor Jesús Pérez Sánchez-Toledo, y que acaba de ser publicado en la revista de alto impacto "Healthcare" y donde se informa que de los 316 menores de 18 años que fueron vistos por los servicios de psiquiatría de guardia en el hospital de Salamanca, durante tres años consecutivos, se atendió a 78 menores en 2019, 98 en 2021 y 140 en 2022, algo que muestra una demanda creciente de la atención urgente en la salud mental infantojuvenil.

De los pacientes atendidos, con una edad media de 15 años y con un porcentaje de mujeres que duplica al de los hombres, más de la mitad de ellos expresaron estos pensamientos en 2022 cuando en 2019 este porcentaje alcanzó el 25 por ciento. En cifras totales, 79 pacientes presentaron riesgo de suicidio en el último año frente a los 19 que lo hicieron en la prepandemia, es decir, cuatro veces más y casi el 48 por ciento de los pacientes atendidos en urgencias se habían autolesionado frente al 33 por ciento registrado tres años antes.

Según el doctor Jesús Pérez, el estudio arroja "una subida exponencial de la atención de menores con ideas suicidas. No sabemos si esa tendencia ya venía de antes o se ha acelerado y si responde a nuevos hábitos de la juventud relacionados con el uso a redes sociales y el fácil acceso a información no deseable".

La médico psiquiatra del Equipo de Salud Mental infanto-juvenil de Salamanca y primera autora de este estudio, Ana Maciá-Casas, afirma que la tendencia "se ha disparado" y que puede darse a "múltiples factores socioeconómicos asociados que repercuten a nivel psicológico, ya no solo en niños y adolescentes, sino también en sus familias". A falta de analizar los datos de 2023 de los menores atendidos en urgencias por problemas de salud mental, avanzan que la situación "no ha mejorado" y que esto es "solo la punta del iceberg".

Un artículo que concluye con una demanda de mayor investigación para comprender los posibles factores involucrados en esta tendencia ascendente sostenida con el fin de "prevenir un mayor deterioro de la salud mental de más niños y jóvenes".