Patrimonio

Los cosos taurinos medievales más icónicos y singulares

Castilla y León es una Comunidad taurina pero, además, puede presumir de contar con algunas de la plazas más antiguas e icónicas

Montaje del coso taurino de Ciudad Rodrigo en la Plaza Mayor del municipio
Montaje del coso taurino de Ciudad Rodrigo en la Plaza Mayor del municipioVicenteIcal

Castilla y León es una Comunidad taurina pero, además, puede presumir de contar con algunas de la plazas más antiguas e icónicas además de ejemplo de arquitectura efímera, puesto que se montan y se desmontan cada año, y muchas de ellas situadas en los pueblos. Es el caso de la tradicional Plaza del Coso de Peñafiel, en Valladolid. Un espacio público creado en la Edad Media para albergar festejos taurinos que continúa teniendo esa función en la actualidad en la que destaca la abundancia de balcones de madera muy decorados con motivos tales como hojas, flores o frutos (guardamalleta es el nombre que reciben estos adornos de madera calada).

Este recinto acoge numerosas actividades durante el año como la tradicional Bajada del Ángel del Domingo de Resurrección, de Interés Turístico Nacional, pero, sobre todo, los festejos taurinos de las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque, declaradas de Interés Turístico Regional. En ellas, se instala un ruedo en el interior de la plaza que permite la suelta de reses al estilo de la villa, es decir: con un toro por dentro del ruedo y otro por fuera, una peculiaridad que ha otorgado a las fiestas de Peñafiel una fama que traspasa las fronteras nacionales.

Además, la Plaza del Coso cuenta con otra peculiaridad: conserva el derecho consuetudinario, basado en la costumbre de "derecho de vistas" o "balcón de servidumbre". Esta concesión permite contemplar los festejos de las fiestas patronales de San Roque desde los balcones de la Plaza del Coso, siendo o no propietarios de la vivienda.

Capea en el coso de Peñafiel (Valladolid), con un toro por fuera del ruedo, como es típico en esta plaza medieval
Capea en el coso de Peñafiel (Valladolid), con un toro por fuera del ruedo, como es típico en esta plaza medievalLeticia PérezIcal

También destaca la Plaza de Toros de Ciudad Rodrigo, sobre todo por la tradicional y artesanal construcción del coso taurino de la localidad salmantina, declarada recientemente Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial, con el objetivo de preservar sus valores patrimoniales.

La plaza de toros de Ciudad Rodrigo es una plaza tradicional construida de forma artesanal todos los años en la Plaza Mayor de la localidad. Desde el siglo XV, la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo ha sido el referente taurino y el enclave oficial para la celebración de todo tipo de festejos, si bien las primeras fuentes documentales que relacionan la configuración y el desarrollo de festejos taurinos con el Carnaval son del siglo XVIII. La primera referencia documental encontrada en el Archivo Histórico Municipal, en relación con los espectáculos taurinos y los tablaos, está fechada en 1418.

La plaza de toros de Ciudad Rodrigo constituye otro singular ejemplo de arquitectura efímera que se monta y se desmonta íntegramente cada año, siguiendo un modo de hacer transmitido y mantenido como patrimonio vivo de generación en generación. En su construcción participan los ciudadanos mirobrigenses organizados en diferentes gremios, con la experiencia de cientos de años en la construcción de un entramado perfecto y seguro de vigas, tablas, largueros, forros o cuñas, todo bien aferrado con las conocidas puntas de ‘veinte-ciento’ y alguna otra brida y constituido por 47 tablaos y cinco puertas. Los tablaos son previamente subastados de forma popular.

En un ambiente festivo, la unión de familias, amigos y peñas consigue levantar, en poco más de tres días, la tradicional plaza de madera, que se desmontará el Miércoles de Ceniza, siguiendo un ciclo que repetirá el mismo ritual ancestral año tras año. Previamente al montaje de la plaza y según el procedimiento establecido, se realiza la subasta popular de tablaos libres, bajo la fórmula de ‘pujas a la llana’.

Los vecinos, a partir de la tarde del viernes previo a la celebración del Carnaval, comienzan a ocupar el espacio adjudicado y levantan con sus propias maderas los tradicionales tablaos. Son ellos los responsables del traslado, montaje y desmontaje de las maderas que serán limpiadas y guardadas en espera del siguiente Carnaval, año tras año. En la actualidad el tradicional coso taurino consta de once tablaos grandes, 36 tablaos pequeños y dos puertas, las de la Rúa del Sol y la Puerta Sánchez Arjona

A este ancestral ritual que constituye el montaje de la plaza acuden más de 200 vecinos, participando en ocasiones hasta tres generaciones de una misma familia, siendo la participación de los jóvenes la garantía de la trasmisión de esta tradición a futuras generaciones. Fruto de esta cohesión y vinculación social, se consigue levantar, en poco más de tres días, la tradicional plaza de madera.

El coso taurino de forma cuadrangular, de aproximadamente 955 metros cuadrados, con 55 metros de largo y 18 de ancho, está formado por cinco puertas y cuarenta y siete tablaos o barreras. El tradicional proceso constructivo del coso taurino, salvando las diferencias existentes entre los diferentes tablaos, se ejecuta siguiendo unas pautas perfectamente definidas, a fin de garantizar la estabilidad de la estructura durante los festejos del Carnaval.