Cultura
¿Cuántas iglesias hay en la "Ciudad del Románico?
Una capital española es la que cuenta con más templos de estas características del mundo
España es uno de los países que cuenta con más patrimonio monumental y religioso de todo el mundo. Destaca, además, por la gran variedad de estilos. La presencia de numerosos pueblos ha hecho que a lo largo de la historia cuenta con una gran variedad de iglesias y edificios de gran riqueza. Uno de los estilos más característicos de nuestro país es el Románico, que comprende varios siglos, entre el X y el XIII. En España se extendió en la mitad norte llegando hasta el río Tajo, en plena época de Reconquista y repoblación, en especial tras la conquista de Toledo (1085) que aseguró la paz al norte del Duero y favoreció en gran medida su desarrollo. Entró tempranamente en primer lugar por tierras catalanas de los condados de la Marca Hispánica donde desarrolló un primer románico y se extendió por el resto con la ayuda del Camino de Santiago y de los monasterios benedictinos.
Dejó su huella especialmente en edificios religiosos (catedrales, iglesias, monasterios, claustros, ermitas…) que son los que han llegado al siglo XXI mejor conservados, pero se construyeron también en este estilo monumentos civiles correspondientes a su época, aunque de estos últimos se conservan bastantes menos (puentes, palacios) y militares (murallas como las de Ávila, castillos de Pedraza y Sepúlveda y torres).
Tal esfuerzo constructor sólo puede entenderse como consecuencia de la pujanza de la sociedad de los reinos cristianos, capaces incluso de extraer recursos (pago de parias) de los divididos reinos taifas. El "primer románico" se desarrolla en las décadas finales del siglo Xy a lo largo de buena parte del XI. En él juega un papel predominante la arquitectura anicónica. Nace en el norte de Italia y se extiende por el sur de Francia y noreste de España. Por su procedencia y desarrollo se le ha denominado también románico lombardo.
Es así como durante el siglo XI comienzan a construirse en el norte de Cataluña un elevado número de templos de estilo lombardo. Este primer impulso llega también al reino de Aragón, conservándose buenos ejemplares en la provincia de Huesca. Salvo algún caso aislado de Galicia y Valladolid, el primer románic, frenado por la tradición artística hispánica de lo astur-leonés y lo mozárabe, no tendrá en el resto de nuestra geografía ninguna implantación.
Como características más distintivas se puede citar el empleo de piedra escuadrada pero no pulida, las cabeceras son de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas, los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno, las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos; se emplean los pilares como sustentación, en lugar de la columna, y no hay figuración escultórica.
Una segunda fase de la arquitectura románica, que constituye la época dorada del estilo por su calidad y belleza, se extiende en la última mitad del siglo XI y la primera del XII, procedente de Francia y transmitido principalmente por las rutas de peregrinación. A esta fase del gran románico se le ha denominado románico pleno y segundo románico. Es el momento en que se levantan los principales monasterios, las grandes catedrales románicas de las rutas de peregrinación y otras importantes iglesias en las ciudades de mayor poder económico e influencia.
Muchos son los templos que existen en nuestro país, pero hay una capital que destaca por encima de todas hasta tal punto, de que se la considera como la “Ciudad del Románico”. Y es que solo en su casco histórico alberga 14 iglesias románicas y en toda la ciudad, nada más y nada menos, que 23, por lo que es la capital del mundo con más iglesias de este tipo. Y esa ciudad es Zamora.
De este numeroso patrimonio religioso destaca la Catedral de Zamora: Situada en el punto más alto de la ciudad, la Seo es una de las catedrales más pequeñas y más antiguas de Castilla y León, siendo declarada Monumento Nacional por la Real Orden el 5 de septiembre de 1889. Inscrita dentro del denominado Románico del Duero, fue construida por un solo maestro, del que no se conocen ningún dato y, presumiblemente, terminada en 1174 coincidiendo con el reinado de Alfonso VII.
Su seña de identidad es su espectacular cimborrio de influencia bizantina y con escamas de piedra. Se trata de un tambor perforado con 16 ventanas con vidrieras sobre el que se elevan dos cúpulas: una interna semicircular, gallonada y otra externa ligeramente apuntada. Su exterior se ameniza con cuatro cupulillas que sirven para reforzar las esquinas y cuatro frontones hacia los puntos cardinales que apuntalan la bóveda.
Otro elemento importante de la Catedral es la Torre del Salvador. Cuenta con 45 metros de altura y se construyó a lo largo del siglo XIII, aunque el estilo es románico. El campanario de la torre posee una amplia planta y es de construcción algo posterior. Junto con el cimborrio, la Puerta del Obispo, en la fachada sur, es quizás la pieza más valiosa de la Catedral. Es un ejemplo de decoración arquitectónica casi sin escultura y la única que se mantiene completa.
La planta de la Catedral es de cruz latina con tres naves, en origen tres ábsides, que se sustituyeron en el siglo XV por los actuales góticos y un crucero poco marcado en planta. Los transeptos se cubren con bóvedas de cañón apuntado, las naves laterales con bóvedas de arista capitalizadas y la nave central con bóveda de crucería.
El interior, por su parte, consta con las siguientes partes: Claustro de la Catedral, Museo Catedralicio, Puerta de acceso a la Catedral, Capilla de San Miguel, Fresco de San Cristóbal, Capilla de San Nicolás, Capilla de San Pablo, Capilla de Santa Inés, Trascoro, Capilla de San Ildefonso, Sala Capitular, Capilla de San Juan Evangelista, Capilla de San Bernardo, Nuestra Señora Salus Populi Romani, Coro, Rejas del Coro y Capilla Mayor, Capilla Mayor, Puerta del Obispo,
La zona más destacada es el Museo Catedralicio que cuenta con una magnífica colección de tapices flamencos así como tallas de gran relevancia artística.
Otros templos zamoranos de gran belleza
- Iglesia de Santa María la Magdalena: Está considerada la iglesia románica más bonita y elegante de Zamora (también está declarada Monumento Nacional). Se trata de un templo de una única nave reforzada por numerosos contrafuertes, que cuenta con una torre (inconclusa) a los pies y con un ábside semicircular que alberga la capilla mayor. Lo más destacable de esta iglesia es su gran esbeltez y la esmerada decoración de la portada sur (sobre la Rúa de los Francos). Está ornamentada con motivos vegetales y con una curiosa orla en la que aparecen 46 cabezas sonrientes representando el paraíso celestial.
Este templo tiene dos curiosidades. La primera es que alberga el sepulcro de una dama desconocida cuya figura yacente aparece empotrada en el muro junto a relieves de animales y seres mitológicos. La segunda, que entre la decoración vegetal de las arquivoltas se esconde un obispo con casulla, mitra y báculo.
- Iglesia de Santa María la Nueva: También del siglo XII, este templo fue incendiado por el pueblo zamorano durante el Motín de la Trucha (en el año 1158), para quemar a los nobles que había reunidos en su interior. Fue reconstruida por orden real, cambiando su nombre por el actual de Santa María la Nueva, estando catalogada como Bien de Interés Cultural.
De su estructura primitiva románica conserva la cabecera, el ábside semicircular decorado con siete arcos sobre columnas de delgados fustes, y la fachada sur. En su interior destacan una pila bautismal del siglo XII y un Cristo Yacente del siglo XVII, obra de Gregorio Fernández. Frente a esta iglesia se emplaza la escultura al “Barandales”, personaje que desde el siglo XVI abre las procesiones de la Semana Santa zamorana.
- Iglesia de San Claudio de Olivares: Considerada la más antigua y valorada por sus capiteles, ofrece una rica decoración escultórica tanto en las arquivoltas del pórtico como en los capiteles de las columnas del interior. Los documentos disponibles datan la iglesia sobre el año 1176, constituyendo el núcleo del arrabal de Olivares.
- Iglesia de Santiago El Viejo (o Santiago de Los Caballeros): Situada a extramuros, cerca del castillo, está muy ligada al Romancero Zamorano ya que perteneció a los capellanes del número del cabildo catedralicio y según cuenta la leyenda allí fue armado caballero el famoso héroe medieval El Cid Campeador por el Rey D. Fernando I de Castilla. A su lado se encuentra el campo de la Verdad, donde tenían lugar las justas medievales.
- Iglesia de San Pedro y San Ildefonso: El segundo templo en tamaño e importancia de la ciudad, también cuenta con la declaración de Monumento Nacional. Fue levantada sobre una anterior iglesia visigoda y guarda los restos de San Ildefonso, primer obispo de Zamora. Iniciada en el siglo XII, fue renovada durante el siglo XV con una cubierta a base de bóvedas de crucería gótica.
De su primitiva construcción románica se conserva la portada, la capilla mayor, un rosetón, y el muro meridional. A los pies del edificio se levanta una torre de origen románico alterada con elementos barrocos. Es la sede de la Real, Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano de Zamora.
- Iglesia de Santiago El Burgo: Declarada Monumento Nacional, la Iglesia de Santiago El Burgo es uno de los templos que mejor conservan su estructura románica original de finales del siglo XII. Tiene planta basilical con tres naves divididas en cuatro tramos y en la cabecera tres ábsides planos. Lo más destacable del templo es su fortísima torre y la portada de la fachada sur, con sus capiteles colgantes decorados con motivos vegetales y temas históricos, sobre el que se haya un precioso rosetón con doble celosía de piedra. Su interior esconde el retablo mayor dedicado a Santiago, la antigua mesa de altar románica y la capilla de los Villareal, de estilo renacentista.
Otros monumentos espectaculares de Zamora
Pero Zamora no sólo cuenta con iglesias de estilo Románica. En ella conviven numerosos monumentos de este estilo. Especial mención merecen las: - Murallas que conformaron el conjunto defensivo de Zamora, construidas entre el siglo XI y XIII y que todavía en nuestros días se conservan en muy buen estado.
- Puente de Piedra o Puente Nuevo:Construido en el siglo XII sobre el río Duero, el Puente de Piedra es uno de los cinco que posee la ciudad, aunque en su época era el único paso posible para comunicar los barrios del arrabal con el centro histórico. De estilo románico, este puente consta de dieciséis arcos apuntados y una longitud de 250 metros. Fue levantado para sustituir el destruido puente romano, por ello también es conocido como “Puente Nuevo”. Inicialmente tenía dos torres en sus extremos, que cumplían una triple función: elemento de vigilancia, control de mercancías y cobro tributario del portazgo.
- Palacio de Arias Gonzalo o Casa del Cid:Situado frente a la Catedral, el Palacio de Arias Gonzalo es una de las muestras de arquitectura civil románica que se conservan en España. La parte más antigua del edificio es la fachada que se encuentra adosada a la Puerta del Obispo, formando parte del primer recinto amurallado de Zamora. El edificio debe su nombre al aristócrata zamorano y albacea del rey Fernando I, Arias Gonzalo, aunque también es conocido como Casa del Cid, pues existe la leyenda de que el mismísimo Rodrigo Díaz de Vivar se crio en esta vivienda. Actualmente es una casa particular, pero está declarada Monumento Histórico Artístico.
- Castillo de Zamora: Una de las obras más importantes de esa primera cerca de murallas fue la construcción del Castillo de Zamora, a mediados del siglo XI. Situado en la parte más alta de la ciudad, se asienta sobre roca y se adapta de forma natural a la superficie irregular del terreno. Tiene planta romboidal, sobre la que destacan tres torres (dos pentagonales y una heptagonal), además de la Torre del Homenaje, la más alta, que servía de último reducto de defensa. El castillo está flanqueado por un foso de gran profundidad, al que se accedía a través de un puente levadizo. Tras varios años de reformas, actualmente alberga el Museo Baltasar Lobo. El castillo y su parque anexo son un excelente mirador sobre el río Duero y el conjunto catedralicio.
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