Educación

David García: "La Universidad Miguel de Cervantes no cierra las puertas a tener aulas en otros sitios fuera de Valladolid”

El rector de la institución asegura que su prioridad es conservar la "esencia" de 23 años de historia y mantener "muy actualizados" los planes de estudio

El rector de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid, David García López
El rector de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) de Valladolid, David García LópezMiriam ChacónIcal

“Ilusión y responsabilidad" marcan el inicio del curso académico en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, que comenzó el pasado lunes para unos 2.500 estudiantes de grados y másteres presenciales, puesto que han confiado a la institución académica algo “tan importante” como la educación superior. Su rector, David García López (Ávila, 1979) muestra a la Agencia Ical su satisfacción por el estreno de las nuevas instalaciones del campus de Valladolid. No en vano, el Edificio 03 permitirá duplicar el espacio destinado a docencia e investigación. Las nuevas instalaciones incorporan una veintena de aulas tecnológicamente avanzadas, laboratorios especializados, espacios polivalentes, salas de reuniones y un salón de actos. También, cuenta con la nueva plaza central y la remodelación del Edificio 02, donde se ha empezado a equipar el Centro de Práctica Clínica Simulada.

¿Cuántos alumnos tiene la Universidad para este curso, al incluir los alumnos de la modalidad ‘on line’?

Hay 2.500 alumnos en educación presencial, de los que más de 600 son de nueva matrícula, ya sea de grado o máster. Si nos vamos al global de titulaciones oficiales y la modalidad híbrida, la UEMC cuenta con 5.500 estudiantes. Es una cifra muy importante que, incluso, supera los datos de cursos anteriores.

¿Alguna novedad en cuanto a la oferta educativa para este curso?

Hay tres novedades. El Máster de Abogacía y Procura, en el que hemos puesto mucho esfuerzo y mucha ilusión también por los convenios que conlleva con empresas muy importantes y editoriales top a nivel internacional. El Máster de Nuevas Tecnologías en la Educación también es relevante por que va hilvanado con una microcredencial que tuvo mucho éxito el año pasado y que repetimos que es inteligencia artificial enfocada a la educación. Un modo microcredencial que supone hablar de un aprendizaje a lo largo de la vida. Es una titulación no oficial, pero con una demanda altísima. En cuanto a grados, está la titulación simultánea Criminología-Derecho, en la que hemos puesto muchas expectativas.

¿Al sumar estos nuevos másteres y el doble grado, de cuántos estudios hablamos?

La Miguel de Cervantes oferta 15 grados, 6 dobles grados, dos dobles grados internacionales, 18 másteres y un programa de doctorado. No nos volvemos locos con el número de titulaciones, al comparar la oferta de otras universidades que estrenan nuevos grados en mayor medida que nosotros.

¿Cuál es vuestra filosofía?

Nuestra prioridad, que viene de los últimos años, es mantener muy actualizados los planes de estudio. Si no vemos muy claro la demanda de un nuevo grado o máster, que va a tener impacto en la sociedad, no lo ponemos en marcha. Lo tenemos que estudiar mucho. Mientras tanto, lo que supone un trabajo muy intenso de muchos departamentos, actualizamos constantemente lo que ya tenemos. Y esto nos permite seguir creciendo en alumnos, a pesar de no tener cinco nuevos grados o másteres cada curso. Nuestro objetivo es que la gente encuentre en nuestra oferta, realmente, programas modernos, actualizados y alineados con lo que demanda la sociedad del 2025.

¿Cuáles son las titulaciones más demandadas?

En grados, los de Ciencias de la Salud como Odontología, Enfermería, Ciencias del Deporte, Fisioterapia, Psicología. En modalidad híbrida, tiene muy buena acogida Nutrición Humana y Psicología. Criminología y ADE también han experimentando muy buenas cifras de matriculados o algunas ingenierías como Organización Industrial e Ingeniería Informática que viven un momento dulce.

¿Hay alumnos que se quedan fuera por falta de plazas?

Sí, sobre todo en las titulaciones que cubren el cupo aprobado como ocurre, sobre todo, en Enfermería pero también en Fisioterapia, Psicología y Odontología.

¿Cuál es el criterio para que entren los alumnos?

Hay una comisión que tiene en cuenta la nota con la que acceden a la universidad pero además hay una entrevista para identificar la idoneidad de la persona para estos estudios y el orden de matrícula. Es decir, hay un proceso bastante riguroso y hay mucha tensión cuando llega el momento de entrar, por ejemplo, en Enfermería.

¿Trabajan para la puesta en marcha de algún nuevo grado para los próximos cursos?

Trabajamos constantemente, haciendo estudios de mercado y testando la demanda real en Castilla y León y comunidades limítrofes. Estamos muy orgullosos de nuestra modalidad híbrida, que se retroalimenta de la presencial y permite expandir nuestras aulas a nivel internacional.

Nuestro Departamento de Admisiones y Marketing tienen algunas ideas en titulaciones de Ciencias de la Salud, pero no quiero mencionar grados concretos. Solo ponemos en marcha grados cuando lo tenemos muy seguro y lo vemos claro, algo que sea demandado y útil para la sociedad.

Con un mercado laboral tan cambiante, ¿es posible que haya más recorrido en los másteres que en los grados?

No sólo en los másteres oficiales, sino en lo que ahora se denomina formación a lo largo de la vida. Vemos que el formato novedoso de las microcredenciales, que persiguen que una persona que se ha formado hace unos años de manera oficial en un grado, o antiguamente en una licenciatura pueda ahora actualizarse en inteligencia artificial, alguna técnica de mercado concreta o una cuestión muy especial para mejorar en su puesto de trabajo y adquirir nuevas habilidades. Por lo tanto, la universidad ya no es coto de chicos y chicas de entre 18 y 22 años. Es un centro de aprendizaje y conocimiento para toda la sociedad, sea cual sea su edad.

¿Ha llegado el momento de modernizar el mapa de titulaciones?

Las nueve universidades de Castilla y León estamos bien coordinadas y tenemos reuniones periódicas con la consejera de Educación y la directora general de Universidades e Investigación para poner en común cómo funcionamos y qué vamos a poner en marcha. Hace años se planteó el famoso plan de titulaciones que iba a medio plazo. Es, tal vez, lo que echamos en falta como tener una planificación a medio plazo. La realidad es que el mapa de titulaciones oficiales de la Comunidad es muy atractivo, lo que se traduce en que las universidades de aquí atraen estudiantes de otros territorios.

¿Tienen problemas para encontrar profesores?

La UEMC cuenta con cerca de 400 docentes y estamos muy orgullosos de nuestro claustro y hay titulaciones más complicadas al ser necesario combinar profesionales que tienen una buena capacidad docente, un doctorado y una acreditación, o incluso demostrar sesiones de investigación, con una experiencia profesional real y del día a día de su empleo. De hecho, ese es el perfil que nos gusta. La persona que tiene una trayectoria académica, lógicamente, y así lo exige la agencia de calidad, pero que también tiene una experiencia profesional real con el día a día de la profesión.

¿Cuesta encontrar talento?

Yo diría que es más un esfuerzo por identificar ese talento y saber lo que estamos buscando. Existe el talento, tanto en los jóvenes como en los no tan jóvenes.

¿Es posible aumentar a medio plazo los campus a otras provincias de la Comunidad en una universidad que ya cuenta con 23 años?

Es algo que siempre está encima de la mesa. Ya tenemos una escuela de negocios en Madrid, UEMC Business School, con una formación híbrida que registra muy buenos resultados. Nunca, hemos cerrado la puerta a expandir nuestras aulas a otras localidades. Ocurre lo mismo que con las titulaciones. Siempre perseguimos estar muy seguros y estudiar muy bien dónde nos vamos a implantar. No puedo dar más información porque no la hay, pero no cerramos la puerta a estar en otros sitios.

¿Qué porcentaje del alumnado que estudia aquí en la Miguel de Cervantes procede a otras provincias fuera de Valladolid?

En torno al 60 por ciento de los 2.500 estudiantes presenciales es de Valladolid y su provincia y Palencia.

¿Cuántos suponen los matriculados de otros países?

Los estudiantes extranjeros en la UEMC son el 2,5 por ciento de los alumnos en modalidad presencial pero llega al seis por ciento al incluir los de la formación híbrida, sobre todo de Latinoamérica.

¿Tiene espacio físico la Universidad para crecer por si fuera necesario construir nuevos edificios en este entorno?

Sí, sí. Lo tenemos planificado aunque con la nueva actuación estamos cubiertos para un tiempo. Ojalá sea necesario contar con más edificios. Eso significará que seguimos creciendo pero lo importante es mantener nuestra esencia de humanidad y cercanía y el modelo universitario que somos. No queremos una expansión y un crecimiento desmesurado que borre nuestra esencia.

¿Han alcanzado el número máximo de estudiantes potenciales o queda recorrido?

En los últimos cinco años, hemos crecido más del 40 por ciento. A este ritmo, en breve, tendremos que hablar de un Edificio 04 (risas). En todo caso, queda recorrido pero, siempre, teniendo en cuenta nuestra esencia como mantener el número de alumnos por aula, el profesor conozca el nombre de todos sus alumnos y pueda prestar su atención cuando lo necesite. Cuidando y asegurando eso, seguiremos creciendo si la demanda existe.

¿Cómo va otro de los objetivos de la universidad que es de generar conocimiento, tecnología y transmitirlo a la sociedad?

En ocasiones, se olvida que uno de los pilares fundamentales y una de las funciones fundamentales de la universidad es la generación y transmisión de conocimiento. El año pasado, fue un año de récord en producción científica en los 23 años de vida de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Nunca habíamos publicado tanto, sobre todo en alto impacto, ni concursado en tantas convocatorias competitivas nacionales e internacionales, con éxito en algunas de ellas. Además, nunca habíamos tenido tantos alumnos deseando integrarse en los grupos de investigación estratégicos. Hay que seguir en esta línea y por eso tenemos un plan propio de investigación, aprobado hace cuatro años y dotado con cinco millones de euros de fondos propios.

¿Es partidario de endurecer un poco la normativa sobre la creación de nuevos centros, de universidades, ya sean públicas o privadas, y así evitar que se cuelen iniciativas que no respondan a un modelo de universidad y solo buscan hacer negocio con la educación?

La cuestión es tener claro qué entendemos por calidad universitaria y es lo que la sociedad, las administraciones y el país deben de tener claro Y una vez que establezcamos ese límite, que haya las que tenga que haber. Obviamente, cuando hablamos de universidad pública, hay una financiación de las comunidades que lógicamente no va a ser infinito. Otro debate es si hay demasiadas o no para un país que envejece.

¿Existe una guerra entre la universidad pública y universidad privada?

No lo veo así y considero que se crea un conflicto artificial. Creo que nos complementamos. Castilla y León cuenta con una relación fantástica entre las nueve universidades, hay cinco privadas y cuatro públicas. Cada una tiene que ver su esencia y saber sus puntos fuertes y luego luchar por ello.

Lo que está claro es que la universidad privada en España, con 46 centros, ha dejado de ser subsidiaria de la pública, con 50. ¿Qué opinión le merece?

Si sigue a este ritmo, las universidades privadas superarán a las públicas. Hay que esperar al real decreto que se va modificar (640), de creación y acreditación de universidades, pero es posible que sea el resultado de una demanda existente que quizá no estaba siendo cubierta. Lo importante es que tengan una calidad en los ámbitos docentes, transferencia del conocimiento e investigación y luego ya veremos si son muchas o pocas.

Dice que no existe una guerra pero la universidad privada es una competencia directa a la pública. ¿O el precio de la matrícula descarta a un parte de los alumnos? ¿La pública se quedará con los estudiantes con las notas más altas y la privada, con los que no lleguen a esas calificaciones?

Es una competencia sana por captar a los alumnos. Lo de las notas es un mantra muchas veces repetido que no es cierto. Nosotros tenemos alumnos con notas altísimas que, quizás, persiguen una mayor cercanía del profesorado, una aula más reducida en cuanto a alumnos y una manera diferente de aprender, con la formación híbrida. Con esto, no critico a la universidad pública. Un ejemplo es la paradoja existente en los proyectos de investigación porque nos exigen tener éxito en una competición en la que no se nos deja participar.

¿Qué piensa cuando oye que es necesario garantizar que las universidades privadas cumplan con unos mínimos de calidad exigibles, al considerar que no compiten en igualdad de condiciones con las públicas?

El término que utilizó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que la universidad no puede ser un ‘chiringuito’ fue totalmente desafortunado. Se creó un caldo de cultivo negativo para la universidad en general, porque hablar de que una parte importante de la universidad española no cumple es hacer un flaco favor al sistema universitario de todo el país. Yo hablo por nuestra universidad, que cumple y cumplirá con la normativa que salga. Tenemos muy claro el camino para seguir seguir invirtiendo en ciencia e incrementar nuestra producción científica y el número de doctorados.

¿Le preocupa la escalada de precios de los alquileres de las viviendas y las habitaciones, que pueden impedir que los alumnos estudien en Valladolid?

Es una cuestión que excede al ámbito universitario. Creo que es un problema de país y que, desde luego, afecta al ámbito universitario porque estamos hablando de gente joven que en muchas ocasiones se costea su estancia o bien corre a cargo de sus familias, si no trabaja. Tal vez, en Valladolid no haya tanta problema pero que consta que hay otras provincias de la Comunidad donde es una preocupación importante. La UEMC tiene convenio con distintas residencias para que nuestros alumnos puedan acceder y vivir en Valladolid sin alquilarse un piso o una habitación que es otra opción.