Turismo
Descubra los pueblos más interesantes de Valladolid y sus encantos
Diez localidades de la provincia vallisoletana que merecen una escapada
Valladolid cuenta con un buen número de localidades que bien merecen una visita. No solo la capital, con sus bienes patrimoniales y últimamente gastronómicos, sino que uno que viaje hasta tierras vallisoletanas no debe dejar de perderse pequeños pueblos, cada uno con sus propias características y atractivos que los hacen únicos. Comencemos.
Wamba
Nuestra primera parada se encuentra a escasos diez minutos de Valladolid. Se trata de Wamba, el curioso pueblo y único en España cuyo nombre empieza por la letra "w". El mayor osario conocido de España y que además es visitable. Miles de tibias, fémures y calaveras se hacinan desde el suelo y hasta una bóveda, perfectamente ordenados en una de las dependencias de lo que fue en su día un importante monasterio cisterciense y del que sólo en la actualidad se mantiene una iglesia visigótica del siglo X, llamada Santa María. La vista, espeluznante y tétrica.
Trigueros del Valle
No nos desviamos mucho y seguimos nuestro trayecto atravesando Villanubla, Fuensaldaña (con castillo incluido y restaurantes de buen yantar) y Mucientes, llegamos a Trigueros del Valle, una de las cunas de vino clarete de Valladolid. Se ha convertido en uno de los pueblos más visitados de toda España el pasado año y la culpa la tiene su castillo, donde se ha ubicado el Museo Encantado, con criaturas que harán las delicias de los más pequeños.
Medina de Rioseco
La ciudad de los almirantes tampoco podía faltar en esta lista. Con una Semana Santa histórica, con iglesias y patrimonio que quitan el hipo como de la Santa María de Mediavilla, la de Santiago. Pasear por sus calles empedradas y degustar su buena gastronomía y pastelería. Las "marinas" son únicas. Y para rematar la faena un paseo por el Canal de Castilla con barco incluido. Además, comienzan ahoras las visitas teatralizadas para conocer la historia de la localidad.
Urueña
No podía faltar en esta lista el pueblo con más librerías que bares. La Villa del libro de Urueña, donde la paz y el sosiego invita a descansar por unas horas en esta localidad que acoge también el Museo Etnográfico de Joaquín Díaz. También conserva una antigua muralla que merece la pena caminar por ella y observar los amplios parajes de la Meseta castellana. Y si uno tiene tiempo y ganas, acercarse hasta el monasterio de la Santa Espina.
San Cebríán de Mazote
Proseguimos nuestro camino para llegar al más pequeño de las pueblos de esta lista, San Cebrián de Mazote, pero que cuenta con uno de los tesoros únicos de España. Su principal atractivo es la Iglesia de San Cipriano, construida en el siglo X, en estilo mozárabe y hoy declarada Monumento Nacional.
Tordesillas
Llegamos hasta Tordesillas, localidad imprescindible en la historia de Castilla y de España. Un puente medieval sobre el Duero nos transporta a un sinfín de conventos, palacios e iglesias que bien merecen una vista como las Casas del Tratado, el Monasterio de Santa Clara o las iglesias de Santiago o la de San Pedro. Sitio también de buen yantar y de buena afición de la tauromaquia.
Castronuño
Aquí nos vamos a detener en un paraje natural de gran belleza como es la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño-Vega del Duero. Una atractiva senda por su ribera nos hace disfrutar de este paraíso natural en plena meseta castellana. Muy recomendable para hacer con niños.
Simancas
En dirección a Valladolid, nos detenemos en Simancas. La vista del castillo ya nos da pistas que nos encontramos ante otra villa histórica. Así lo atestigua esta fortaleza que custodia archivos de relevancia para constatar la historia de nuestro país. Pero no nos podemos perder la iglesia de El Salvador o sus murallas, o pasear por el puente medieval sobre el Duero y pasear por sus calles que huelen a mucha, pero que mucha historia.
Olmedo
Nuestros pasos nos llevan a otra plaza con encanto, patrimonio y buenos restaurantes. Nos referimos a Olmedo, donde destaca su muralla o la Casona de las Carnicerías, sin olvidarnos de su Plaza Mayor. Y muy recomendable el parque temático del mudéjar. Y para los amantes del teatro, un lugar imprescindible en verano con su "Olmedo Clásíco".
Peñafiel
Y cerramos nuestro paseo entre los pueblos con más encantos de Valladolid llegando a Peñafiel. Ya acercándonos a esta localidad impone su castillo en forma de barco que se ve desde la lejanía, y que acoge el museo Provincial del Vino. Unas vistas increíbles. Y en su casco histórico, el convento de San Pablo, entre otros. Y no puede faltar degustar un buen lechazo, típico de la zona.
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