La deslumbrante iglesia centenaria de las primeras en España construida con ladrillo

Son numerosas las joyas patrimoniales que goza Castilla y León. Cualquier pueblo, por pequeño que sea, tiene su iglesia, ermita o templo. Hoy nuestros pasos nos llevan hasta un cruce de caminos de la Ruta Jacobea, una importante localidad de antaño, y con un patrimonio más que espectacular, vinculado al mudéjar-románico, que deleita al viajero que se acerca por estas tierras leonesas. Nos estamos refiriendo a Sahagún, cuyo origen tuvo lugar a la sombra de un monasterio dedicado a los santos Facundo y Primitivo. Una villa monumental que atesora un gran patrimonio, entre los que destaca una de sus iglesias, la de San Tirso.

Estamos ante una construcción histórica, pues se considera que fue una de las primeras iglesias románicas españolas en las que se reemplazó la piedra y la escultura monumental por el ladrillo, y de hecho se una figura de las más representativa del arte mudéjar castellano y leonés, y que sirvió de prototipo para edificaciones posteriores no solo en la misma localidad, sino también en la provincia y en otros lugares de la Vieja Castilla.

Su edificación arrancaba en las primeras décadas del siglo XII, y quedó terminada entre 1180 y 1190 aunque existen noticias documentales de la parroquia. De dicho periodo se conserva la cabecera con tres ábsides y la torre de cuatro cuerpos. Se trata de una planta basilical de tres naves, crucero y tres ábsides semicirculares. También se conserva la portada original de triple arquivolta ojival y la torre actual es una reconstrucción exacta de la desaparecida original, que se derrumbó en 1948 arrastrando los ábsides en los que se apoyaba.

En su interior no encontramos con dos piezas de estilo gótico realizadas en piedra hacia 1240, como son un San Juan Evangelista, que debió pertenecer a la primitiva portada del monasterio de San Benito, así como un sepulcro que procede del monasterio de Trianos, donde se puede ver la efigie yaciente de un caballero. También custodia la sillería de la iglesia de la Peregrina, una imagen de San Miguel del siglo XV así como retablo neoclásico con la imagen del titular perteneciente a la escuela de San Salvador Carmona además de la urna con los restos de los mártires San Facundo y San Primitivo.

Pero no es la única maravilla patrimonial que podemos contemplar en este municipio leonés. Otro ejemplo claro es la Iglesia de San Lorenzo, otro magnífico ejemplo de mudéjar, aunque más clásico, de grandes dimensiones, y cuya construcción se iniciaba a principios del siglo XIII. Plenamente de ladrillo y cuenta con tres ábsides de herradura. Su campanario ha servido de inspiración para otros monumentos cercanos.

Sigamos nuestro periplo por esta localidad para llegar hasta el Monasterio de San Benito. Se edificó sobre un edificio románico y fue uno e los grandes monumentos medievales españoles aunque a partir del siglo XV comenzaba su declive, aunque se ha conservado la capilla de San Mancio o el arco de San Benito aunque como otras tantas joyas expoliadas la magnífica Lauda Sepulcral de Alfonso Ansúrez se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid.

Continuamos con el Santuario de la Virgen Peregrina, fundado en 1256 y que sirvió de hospital de peregrinos. El edificio, construido también en ladrillos, es amplio y austero. Y todavía hay más templos que merece la pena visitar en la localidad como la ermita de la Virgen del Puente o, ya pero a cinco kilómetros de la localidad se encuentra el Monasterio de San Pedro de las Dueñas.