Cultura

La Diputación de Valladolid inaugura la exposición "Cromatismos en busca de la belleza" de Laura Juárez

Se puede visitar en el Teatro Zorrilla hasta el próximo 8 de octubre

La diputada de Cultura, Yolanda Burgoa, inaugura la exposición junto a Laura Juárez
La diputada de Cultura, Yolanda Burgoa, inaugura la exposición junto a Laura JuárezDiputación de ValladolidDiputación Valladolid

La diputada de Cultura, Yolanda Burgoa, ha inaugurado, en la Sala de Exposiciones del Teatro Zorrilla, la exposición ‘Utopía’, ‘Cromatismos en busca de la belleza’ de Laura Juárez. La quinta cita de la temporada de exposiciones en la sala del Teatro Zorrilla permite contemplar la obra de Laura Juárez, a través de una serie de registros y abstracciones cromáticas. La exposición podrá visitarse hasta el 8 de octubre de martes a domingo en horario de 12,00 a 14,00 horas y de 19,00 a 21,00 horas.

La artista vallisoletana Laura Juárez presenta una muestra que remite al expresionismo abstracto de formas líricas que logra la desmaterialización, transubstanciación, espiritualización de los contenidos y valores expresivos de las líneas y los colores, de los volúmenes hallados e imaginados.

En la obra de la artista hay un colorido controlado cromáticamente en un movimiento hondo. Se puede ver una respetuosa alusión a las “dripping paintings” de Pollock, pero teñidas con la suave tranquilidad de Laura Juárez.

El color no está al servicio de lo representado, sino que es materia y substancia de la obra. Punto, línea y superficie quedan pulverizados, desmembrados y con un nuevo fluir. La línea es algo artificial y artístico, ha trabajado en su trazo, se ha doblegado a él, para expresar de igual forma, velocidad y profundidad, vibración y sucesos prolongados. Se estructuran las profundidades de la imagen y se matizan los estratos de color.

La artista pone énfasis en el blanco, símbolo de lo virgen e ignoto, aunque también del silencio, que no es una cosa muerta sino llena de posibilidades. Como pintora, se halla en relación con este color primordial, en la línea evolutiva que viene siguiendo la pintura desde los impresionistas, para quien la mezcla con blanco significaba iluminación de la materia, mayor claridad de la paleta o un empleo más sinfónico como en Whistler. La austera superficie blanca como campo de acción se hace flotante, transparente y creadora de espacio.

En sus series morfismos, figuración-no figuración, forma y carencia de forma, ingenuidad y refinamiento, huella e intromisión, tales diferencias quedan obsoletas en su obra de sublimado pragmatismo experimental. Reduciendo la pintura a su esencia: la mancha y su prolongación inevitable, la línea. Formas que, a continuación, deja que se desarrollen y crezcan orgánicamente para acabar extrayendo de ellas un equivalente plástico de la creación. Reemplaza el objeto por el signo. Un signo que ya no significa un objeto contingente y fragmentario, sino la realidad hecha posible por su totalidad y su unidad restituidas.

Laura Juárez destaca en la utilización del grafito y el carboncillo, instrumentos más duros y agudos que funcionan en mayor medida como prolongación de sus propios dedos.

El azul es el otro color protagonista en su obra con las asociaciones del mar y el cielo, allí donde la naturaleza viva y palpable se puede concebir de la forma más abstracta. Para Ives Klein “el azul no tiene dimensiones, está más allá de las dimensiones que forman parte de los otros colores”.

Se puede aplicar a la obra de Laura Juárez las palabras del pintor romántico Philipp Otto Runge: “es absolutamente indispensable la estricta regularidad en las obras de arte que, sin motivo exterior o sin anécdota, nacen de la imaginación o de la mística de nuestra alma”.