Patrimonio
Este es el Puente Romano más impresionante de España
Construido en el siglo I d.C. sigue siendo uno de los emblemas de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad
El antiguo Imperio Romano ha dejado una profunda huella en la historia, la cultura y el idioma de la actual España. Muchos fueron los avances que trajeron a nuestro país, como las calzadas, pero también construyeron numerosas joyas arquitectónicas que siguen en nuestros días y se han convertido en los principales atractivos turísticos de las ciudades, como es el caso del Acueducto de Segovia.
En esta ocasión nos vamos a centrar en los puentes romanos, que fueron los primeros puentes grandes y duraderos que se construyeron. Los puentes romanos se construían con piedra y tenían el arco como estructura básica. La mayoría utilizaba también hormigón, que los romanos fueron los primeros en utilizarlo para los puentes.
Al igual que con la bóveda y la cúpula, los romanos fueron los primeros en darse cuenta del potencial de los arcos para la construcción de puentes. Los puentes de arco romanos solían ser semicirculares, aunque algunos eran segmentarios (como el Puente de Alconétar). Un arco escarzano es un arco que tiene menos de un semicírculo. Las ventajas del puente de arco rebajado eran que permitía el paso de grandes cantidades de agua de crecida por debajo, lo que evitaba que el puente fuera arrastrado durante las inundaciones y el propio puente podía ser más ligero. Por lo general, los puentes romanos contaban con piedras de arco primario en forma de cuña (dovelas) del mismo tamaño y forma.
Los primeros puentes de arco romanos, influidos por la antigua noción de la forma ideal del círculo, describen a menudo un círculo completo, con el arco de piedra continuando bajo tierra. Un ejemplo típico es el Puente Fabricio de Roma. Más tarde, los puentes romanos de mampostería se apoyaban sobre todo en arcos semicirculares o, en menor medida, en arcos segmentados.
Las características de estos edificios suelen ser, cuentan con más de cinco metros de ancho, la mayoría se inclinan ligeramente, suelen tener trabajo rústico, la mampostería está formada por hileras y cabeceras alternas; es decir, una capa de piedras rectangulares se coloca en sentido longitudinal y la siguiente capa tiene los extremos hacia el exterior, las piedras unidas con juntas de cola de milano o barras metálicas, y tiene hendiduras en las piedras para sujetar las herramientas de agarre.
Pues de los cientos que en la actualidad hay en España, el más espectacular es el Puente Romano de Salamanca. Fue construido en el siglo I y reconstruido en el siglo XVI debido a una riada. Siendo original la mitad Norte. Tiene 26 arcos, aunque de la construcción romana solo quedan 15 en la margen derecha, y estos son del año 89 aproximadamente. Los arcos son de medio punto con grandes dovelas almohadilladas y los restantes son añadidos posteriormente en el siglo XVI. Esta construido sobre el rio Tormes y pertenecía a una de las más importantes calzadas romanas la Vía de la Plata, que unía Mérida y Astorga.
El puente se presenta en el siglo XXI como fruto de varias restauraciones. Una de las catástrofes que más le afectaron fue la riada de San Policarpo (noche de 26 de enero) del año 1626. Hasta comienzos del siglo XX no pierde la condición de paso único de acceso a la ciudad, e incluso durante una década, hasta 1973, siguió soportando el tráfico pesado. A partir de la construcción de un tercer puente para el tráfico rodado queda como un paso exclusivo de uso peatonal y de andadura.
Fue declarado Monumento Histórico Artístico el 3 de junio de 1931, y Bien de Interés Cultural desde el año 1998. La importancia del puente como símbolo de la ciudad se puede ver en el primer cuartel del escudo de la ciudad.
Destaca un verraco celtíbero en la entrada, inmortalizado en "El Lazarillo de Tormes", y ambos, el toro y el puente, son emblemas de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad. El puente romano de Salamanca aparece frecuentemente en las crónicas medievales, siendo protagonista de las fuentes históricas y la historiografía que menciona a la ciudad desde el siglo XII. El puente es mencionado al comienzo de la obra del diplomático Diego Hurtado de Mendoza titulada Lazarillo de Tormes, la escena del lazarillo y el ciego que paran en el puente antes de comenzar su viaje es repetida frecuentemente en las descripciones del puente. Miguel de Cervantes hace ligera mención al puente en su pequeña novela el Licenciado vidriera.
Otros puentes romanos
- Ávila: La ciudad romana de Ávila precisaba de un puente para cruzar el río Adaja. Un hermoso puente que se sitúa cerca del recinto amurallado, en la zona sur de esta ciudad. Un puente capaz de comunicar la puerta ‘decumana’ de occidente con la ribera contraria del río.
Del primitivo puente romano solo quedan los estribos ocultos en los bordes. El puente que se ve es del siglo XII, momento de esplendor de la ciudad. Tiene en la actualidad tres arcos apoyados en pilas con sillares reutilizados de la necrópolis romana. Los tajamares corresponden a esa época con actuaciones de consolidación posteriores. El 6 de julio de 2023 fue declarado bien de interés cultural con la categoría de monumento.
- Córdoba: Está situado sobre el río Guadalquivir a su paso por Córdoba, y une el barrio del Campo de la Verdad con el Barrio de la Catedral. Es también conocido como el puente Viejo, ya que fue el único puente con que contó la ciudad durante veinte siglos, hasta la construcción del puente de San Rafael a mediados del siglo XX. El 9 de enero de 2008 se inauguró la mayor remodelación que el puente Romano ha tenido en su historia.
Desde 1931, el puente, junto con la puerta del Puente y la torre de la Calahorra, está declarado bien de interés cultural en la categoría de Monumento. Además, forma parte del centro histórico de Córdoba que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994
- Orense: Fue construido en el siglo I d. C. dentro de un ramal de la vía XVIII o Vía Nova, sobre el río Miño. La situación estratégica del mismo como nudo de comunicaciones en el centro de la entonces provincia de Gallaecia no hizo sino aumentar durante los siglos posteriores contribuyendo al desarrollo de la ciudad de Orense.
Durante el siglo XII el arco principal del puente cedió dando lugar a una serie de interminables reparaciones y derrumbes que no finalizaron hasta el siglo XVII. La reforma final, dirigida por Melchor de Velasco Agüero, dio al puente su aspecto actual, indiscutiblemente medieval a pesar de que se mantengan elementos romanos originales, como son los arcos de inicio del mismo.
Durante varios años el arco central del Puente Viejo fue el de más luz de España, hasta mediados del siglo XIX. Precisamente la apertura de la carretera Villacastín-Vigo supuso el derribo de la torre existente en el puente que figura en el escudo de la ciudad. Fue declarado monumento histórico por Decreto de la Jefatura del Estado de 6 de abril de 1961 junto con la Capilla de los Remedios, situada al lado del puente. Hoy en día y tras su peatonalización en 1999 es uno de los tres símbolos principales de la ciudad, junto con las Burgas y el Santo Cristo de la Catedral de San Martín.
- Alcántara: Fue construido sobre el río Tajo en las inmediaciones de la actual localidad cacereña de Alcántara, cerca de la frontera con Portugal. Es un puente que conjuga técnica depurada con estética y funcionalidad, uno de los más claros exponentes de lo que fue la ingeniería civil romana impregnada de carácter propagandístico. Su enclave se encuentra en la ruta entre Augusta Emerita, actual Mérida, y Bracara Augusta, actual Braga en el norte de Portugal.
Mide 58,2 metros de altura y tiene una longitud de 194 metros. Consta de seis arcos, de desigual altura, sostenidos por cinco pilares que arrancan a distintos niveles, y se estima que se construyó con toda magnificencia como vigía permanente del Imperio romano en una región bien considerada por sus yacimientos metalíferos.
El momento exacto de su edificación es incierto: aunque tradicionalmente se ha fechado su construcción en tiempos de Trajano, a causa de la inscripción que conserva dedicada a este emperador, otras hipótesis apuntan a que podría ser una obra de época de Augusto que recibió su vinculación con Trajano de manera apócrifa mucho tiempo después. Sus altos pilares provistos de contrafuertes que realzan su verticalidad y sus arcos propician la buscada monumentalidad y se consideraron arquetipo de otras obras, como el cercano pero más modesto puente de Segura.
En su arco central se conserva una inscripción que alude al emperador Trajano, razón por la cual tradicionalmente se ha fechado la obra durante su gobierno, y a los municipios de la zona que contribuyeron al proyecto. Dañado y reconstruido extensamente en varias ocasiones desde la Edad Media hasta el siglo XIX, momento en el que alcanza su aspecto actual, el puente ha sido descrito por cronistas, viajeros y estudiosos que lo han podido admirar a lo largo de la historia y que han dejado testimonios de elogio desde el medievo hasta nuestros días.
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