Curiosidades
Los falsos mitos y creencias que hay que tener en cuenta al recoger setas
La temporada está siendo estupenda en la mayor parte de la Comunidad, donde los bosques y los montes están repletos de este producto estrella del otoño
Los amantes de las setas y los hongos siguen de enhorabuena en este otoño húmedo y con temperaturas agradables. La temporada está siendo estupenda en la mayor parte de la Comunidad, donde los bosques y los montes están repletos de este producto estrella de la época que ofrece la Madre Tierra y que se esconden en prados y caminos, junto a pinares,robledales, encinas o coníferas,
Los restauradores se frotan las manos porque ven que podrán preparar muchos y suculentos platos pero también los municipios donde se encuentran debido a que la micología se está convirtiendo en una actividad turística y familiar, que ha experimentado un importante auge, por cuanto permite a los que se adentran en este mundo disfrutar de la naturaleza y al aire libre, además de hacer ejercicio.
Pero dicho esto, a la hora de salir a por setas conviene tener en cuenta varios aspectos y seguir una serie de recomendaciones importantes para evitar sustos. Ya lo dice el refranero popular: "más vale prevenir que curar" y "más vale un por si acaso que un válgame Dios".
Como ya hemos comentado en informaciones anteriores, para salir a por setas lo principal y más importante es saber cuándo, dónde y cómo. Aunque también es importante manejar ciertos códigos y huir de las falsas creencias que existen en torno a la actividad micológica
Conocer la mejor hora y el lugar donde hay que ir a por setas y hongos es vital. Además, se aconseja ser prudente, paciente y observar mucho todo lo que hay alrededor además de cuidar la naturaleza y recoger como mandan los cánones este producto para evitar un estropicio y que las setas no vuelvan a salir en el lugar donde se han recolectado
Una buena navaja con la que hacer palanca para coger toda la seta y proteger el micelio, y contar con una buena cesta de mimbre que permita recoger la setas y esparcir las esporas que dejan para que estas puedan salir otra vez el año siguiente y en más zonas de los bosques y montes, es también importante.
También se recomienda no recolectar las setas cerca de zonas que pueden estar contaminadas, como puede ocurrir en ciudades y entornos urbanos, cunetas de carreteras, áreas industriales o agrícolas, jardines o zonas próximas a vertederos, así como rechazar aquellas que son jóvenes o demasiado maduras, ni tampoco las que estén rotas.
Pero como decíamos unos párrafos más atrás, hay que huir de algunos falso mitos o creencias populares que rodean a las setas y los hongos que han pasado de generación en generación y que supuestamente sirven para diferencia una seta comestible de otra tóxica.
Y en estas líneas de LA RAZÓN queremos dar a conocer algunas de estas creencias falsas.
1- Se dice que las setas que crecen sobre la madera son comestibles. Error. Existe una especie de hongo, la Galerina marginata, que crece en la madera y puede ser mortal.
2- Las que crecen en prados, zonas soleadas y arenosas son comestibles y las que lo hacen en lugares oscuros y sombríos son venenosas. Mentira. Hay especies del género Clitoybe, que se caracterizan por tener esporas de tonos blanco, ante, crema, rosado y amarillo claro, sus laminillas descienden por el estipe, y su coloración abarca desde el blanco claro al marrón y lila. Es muy difícil distinguir entre las especies de Clitocybe, requiriendo el análisis con microscopio. Por ello, con la excepción de unos pocos miembros carismáticos e identificables, rara vez se recolectan hongos de este tipo para su consumo.
3- Las que tienen anillo y volva son siempre tóxicas. Tampoco es cierto del todo. Algunas de ellas, como la amanita cesarea, una de las setas que se pueden comer más apreciadas y mas consumidas en los restaurantes, presenta ambas características.
4- Si las setas cambian de color cuando las tocas o al cortarlas es que son venenosas. Otro falso mito. Hay varias especies comestibles, como el popular níscalo o robellón, otra de las setas que más se consumen, que cambian de color cuando las manipulamos. Por el contrario, la amanita phalloides no experimenta cambio alguno de color.
5- Las setas y hongos que comen los caracoles u otros animales no son venenosas. Cuidado. ¿Sabemos si estos animales han muerto al consumirlas? Además, conviene recordar que pueden ser comestibles para ellos pero no para el ser humano.
A la hora de cocinar también hay que tener en cuenta varias cosas y rechazar algunos mitos que también existen.
6- Las setas venenosas pierden su toxicidad al hervirlas o al cocinarlas. ¡Ojo! Hay setas que tienen unas toxinas muy peligrosas y que lo aguantan todo.
7-Si cocinamos las setas con un objeto de plato e incluso con ajo y cebolla y estos se ponen de color oscuro son tóxicas. Tampoco es cierto, ya que el ennegrecimiento de las setas y los hongos se debe a los compuestos azufrados que tienen y no a las toxinas, Ahí está el caso del rebozuelo, otra de las setas comestibles más apreciadas, que oscurece la plata mientras que la amanita phalloides, que puede ser mortal, no oscurece nada
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