Sociedad
La Iglesia de Burgos apuesta por reciclar, el comercio justo y la eficiencia energética
“Nunca antes el planeta ha estado tan maltratado y las personas que lo habitan tan maltratadas”, indica Luis Gutiérrez, responsable del Departamento de Sociopolítica del Arzobispado burgalés
La iglesia Católica realiza una apuesta por el reciclaje, el consumo sostenible, el comercio justo y la eficiencia energética en Burgos, a través de un Departamento de Ecología Integral, como medidas básicas para implementar la nueva filosofía de ecología integral promocionada por el Papa Francisco.
“Nunca antes el planeta ha estado tan maltratado y las personas que lo habitan tan maltratadas”, ha indicado a EFE Luis Gutiérrez, responsable del Departamento de Sociopolítica del Arzobispado de Burgos e impulsor del nuevo Departamento de Ecología Integral. Gutiérrez ha insistido en que “si a la iglesia le importa la gente, le tiene que importar el mundo en el que vive” y, en estos momentos, ese mundo sufre una sobreexplotación de recursos que impacta negativamente en el presente y el futuro de la sociedad. “Hay que abrir los ojos a ese mundo porque, aunque hagas como el avestruz y escondas la cabeza, el problema no va a dejar de estar ahí”; tampoco si se niega, se minimiza o se soslaya.
De ahí surge la necesidad de crear, en el seno de la diócesis burgalesa, un Departamento de Ecología Integral, que va más allá de la “moda” de la ecología para enraizar en la filosofía católica. En su encíclica Laudato Si, el Papa Francisco habla de la ecología integral como un nuevo paradigma de justicia, en el que el hombre, el medio ambiente, la economía, la sociedad y la cultura van de la mano. “La ecología tiene que ser integral, es decir, tiene que abarcar todos los aspectos de la personalidad y no se puede desligar de la persona, que es lo más importante”, ha insistido Gutiérrez.
Y la iglesia Católica en Burgos puede contribuir a ese nuevo paradigma con acciones de su día a día, con una apuesta por las energías renovables, la eficiencia energética, el comercio justo, la economía sostenible o el reciclaje, igual que puede hacer cada ciudadano en su casa.
Si Europa apuesta por el comercio sostenible, de proximidad, aunque no es el más barato, o por hacer las casas más eficientes energéticamente y generar energía con placas solares, ¿por qué no hacerlo desde la Iglesia en Burgos? Y la reflexión de Luis Gutiérrez se materializará en pequeños detalles como sustituir el agua embotellada de reuniones, consejos, conferencias y encuentros por una jarra con vasos; o en utilizar productos reciclados y reciclables.
También en impulsar un comercio de proximidad para los comedores de los seminaristas y los de Cáritas Diocesana y, si se piensa en inversiones más potentes, energía renovable para suministrar a edificios religiosos como es el palacio arzobispal y hacerlos más sostenibles. Luis Gutiérrez ha recordado que la creación del Departamento de Ecología Integral, que se pondrá en marcha pasado el verano, va mucho más allá de “poner una placa en la puerta de un despacho” y lanzar algunas ideas.
Habrá una persona responsable, un equipo de personas “sensibilizadas y dispuestas, pero que también sean capaces de abrir puertas” en la diócesis, y se recabarán ideas al mismo tiempo que se propondrán. “Hay que ser muy eficientes y muy prácticos”, ha insistido Gutiérrez, quien además ve esta apuesta por la ecología integral como una oportunidad para la atracción de jóvenes.
El hándicap de la Iglesia católica es que falta relevo generacional, ha recordado, y los jóvenes tienen unas inquietudes diferentes, que hay que atender para atraerlos. Gutiérrez lo ve en el Movimiento Mundial por el Clima, denominado también Movimiento Laudato Sí, que tiene mucha fuerza sobre todo en Iberoamérica y en el que los más jóvenes están especialmente implicados, pues lo que está en riesgo es su futuro, el mundo en el que vivirán ellos y sus hijos.
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