Cultura
El imponente Castillo incrustado en la roca que fue casa de los templarios
Su origen data del siglo IX
España es tierra de historia, patrimonio, cultura. Así lo demuestran las más de 10.000 fortalezas que existen a lo largo del terriotio nacional. Cada una de ellas es diferente, pero todas ellas deslumbran por su espectacularidad y su belleza. Son el reflejo de la cultura e historia que dejaron las antiguas civilizaciones, y que gracias a su buen estado de conservación se han convertido en algunos de los principales atractivos turísticos de España, uno de los actuales motores económicos de nuestro país.
Además los castillos permiten a uno viajar en el tiempo y conocer los acontecimientos y episodios históricos y leyendas que se vivieron entre sus muros. Incluso, muchos de ellos se enclavan en lugares privilegiados, lo que permite disfrutar de su entorno natural, que son auténticas joyas.
Podemos hablar de muchos “monumentos” de estas características que existen en nuestro país, pero en esta ocasión vamos a hablar de una imponente fortaleza que está incrustada en una roca, y que durante un tiempo fue la casa de los Templarios. Además, se encuentra en Castilla y León, tierra de castillos, debido a la importancia que tuvieron mucho tiempo en el fortalecimiento y la creación de España.
La fortaleza en cuestión es el Castillo de Cornatel, una fortaleza no tan conocida pero de indudable belleza, que se levanta en las montañas del Bierzo, concretamente en Villavieja, del municipio de Priaranza del Bierzo. El castillo se asienta sobre un promontorio rocoso cortado hacia el este y el norte por un barranco de más de 180 metros de desnivel, por el que transcurre el arroyo de Rioferreiros. Por sus otros dos flancos, que resultan de fácil acceso, está protegido por una sola muralla recorrida por un paseo de ronda defensivo almenado. Por este lateral es por el que accederemos al castillo por medio de una relajada escalera de piedra y madera.
Hay diferentes teorías acerca del origen de este Castillo, pero la teoría más defendida actualmente por diferentes estudiosos es la correspondencia en su origen con el Castelo de Ulver, del que hacen mención fuentes alto y pleno medievales. Se cree que en su origen fue el lugar en donde vivía un destacamento militar romano, debido a su gran cercanía a las explotaciones auríferas de Las Médulas. Más tarde, después de que los romanos abandonaran los yacimientos, el papel que realizaba es relegado a un segundo plano durante el dominio visigodo, reapareciendo posteriormente como destacado «castellum» en la España cristiana de los siglos IX y X.
A comienzos del siglo XI, según los primeros documentos hallados, el castillo de Ulver aparece como un castillo importante, en aquellos primeros tiempos de la Reconquista. A mediados del mismo siglo, el Conde Munio Muñiz, propietario de numerosos territorios, aparece como tenente del castillo. Desde el año 1093 hasta el año 1108, aparece Jimena Muñiz como la dueña de dicha fortaleza, la cual mantuvo una relación con el rey Alfonso VI de León y Castilla, con el que tuvo dos hijas, Teresa y Elvira, y que ha sido considerada como su más ilustre huesped.
Más tarde, Los Templarios toman la posesión de Ulver. Éstos permanecerían en la fortaleza hasta 1312, con la desaparición de dicha orden. En 1327, Alfonso XI dona el castillo a Álvar Núñez Osorio. Años después, pasa a ser propiedad de Pedro Fernández de Castro.
El castillo es heredado por Pedro Álvarez Osorio, I Conde de Lemos. En 1467, se produce la segunda Revuelta Irmandiña contra la nobleza gallega, en la cual, la fortaleza de Cornatel es tomada y casí totalmente destruida al igual que otras fortalezas bercianas y un alto número de fortalezas gallegas, de las cuales quedaron una ínfima parte de las que existían en ese momento. En 1469, Pedro Álvarez Osorio manda reconstruir sus castillos, entre ellos Cornatel, donde se establece.
A la muerte de éste se produce un cruento conflicto sucesorio: por un lado, la segunda mujer del Conde de Lemos, María de Bazán y su hija Juana Osorio, casada con Luis Pimentel (hijo del conde de Benavente), y por otro lado Rodrigo de Castro Osorio, nuevo Conde de Lemos.En 1486, los Reyes Católicos actúan para solventar el pleito, creando el marquesado de Villafranca del Bierzo, al que se vincula el Castillo de Cornatel, para Juana y su marido Luis Pimentel.
En 1843, el castillo es utilizado como escenario romántico para una de las principales novelas históricas españolas, "El Señor de Bembibre", escrita por el escritor berciano Enrique Gil y Carrasco.
Tras varios años de abandono, se concede la titularidad del castillo a la Junta Vecinal de Villavieja. El castillo de Cornatel fue utilizado para guardar los rebaños de la aldea, contribuyendo más a su deterioro. Unos años más tarde fue declarado Bien de Interés Cultural, más concretamente el 22 de abril de 1.949.
En el año 2002, el Castillo fue testigo de parte de su restauración, tras siglos de abandono del enclave, asegurando los lugares más deteriorados y dotándole de elementos de seguridad, para poder ser visitado de cara al público. La obra fue financiada por Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León (formada por Caja España, Caja Duero, Caja de Burgos, Caja círculo, Caja Segovia, Caja de Ávila y la Junta de Castilla y León) y la Diputación de León. La inversión fue de 1,2 millones de euros.
Además, en el año 2003 en pleno proceso de inventariado de propiedades comunales, el Ayuntamiento de Priaranza lo inventarió como propiedad comunal del pueblo de Villavieja, tras la restauración, la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León delegó la gestión y el mantenimiento del mismo al propio Ayuntamiento, según señala en su página web de turismo.
En el año 2006, es abierto al público. En la actualidad está abierto de miércoles a domingo de 11 a 14 horas y de 16 a 20 horas. Además, para obtener información se puede llamar al teléfono 606 89 81 40, y en el correo electrónico: castillodecornatel@gmail.com.
La fortaleza se caracteriza por su robustez y adaptación al terreno montañoso. Su planta es irregular, aprovechando la orografía del lugar para maximizar su capacidad defensiva. Las murallas, de considerable altura y grosor, están reforzadas con torres y almenas, ofreciendo una vista imponente del paisaje circundante.
En el interior, se pueden apreciar restos de las distintas dependencias que componían el castillo, como la capilla, las estancias residenciales y las zonas de almacenamiento. A pesar de las reformas y el paso del tiempo, el castillo conserva su esencia medieval, transportando a los visitantes a épocas de caballeros y cruzadas.
Museo
El castillo cuenta con un museo, donde se recrea el pasado del mismo y sus fases de construcción, así como las posesiones por las que ha pasado a lo largo de la historia. A partir de enero de 2010 cuenta además con una exposición de armas de asta medievales pertenecientes a la asociación local Caballeros de Ulver, informa Wikipedia.
Su inclusión en rutas turísticas, como la del Camino de Santiago, ha incrementado el flujo de visitantes, interesados no solo en la historia del castillo, sino también en el impresionante entorno natural que lo rodea. Y es que desde la fortaleza se pueden disfrutar de una de las mejores vistas de la comarca del Bierzo, donde las montañas y los valles son los únicos protagonistas.
En cuanto a sus actos, la fortaleza acoge exposiciones, charlas, así como las “Noches Mágicas de Cornatel”, estejo popular de ambientación medieval que se celebra cada último fin de semana de agosto y en el que, además de disfrutar de conciertos de música celta, exhibiciones y actividades diversas, se organiza un mercado medieval denominado «Villa de Cornatelo». Este festejo se empezó a celebrar en 2003, incrementando cada año el número de visitantes.
Cómo llegar
Desde Ponferrada por la N-536 hacia O Barco. Pasada la localidad de Santalla, pocos kilómetros después, ya en el Alto de Rioferreiros y a la izquierda, surge el desvío hacia Villavieja, Castillo de Cornatel y Paradela de Muces. Se toma esa carretera hasta el siguiente desvío, a la izquierda, en el que se indica la dirección hacia el Castillo de Cornatel y Villavieja.
Desde León, el viaje es de alrededor de 1 hora y 30 minutos por las carreteras AP-71 y A-6 (hay peajes). Por su parte, desde Ourense el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 50 minutos por la vía N-120.
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