Curiosidades
El increíble pozo azul sin fondo que hay en España, que es el Everest de espeleobuceo
Se han explorado 14 kilómetros de galerías pero se estima que pueden llegar hasta 20 kilómetros más
La provincia de Burgos cuenta, además de pueblos con un sobresaliente patrimonio, con una naturaleza única y exuberante. Podemos hablar de cascadas como las de Orbaneja del Castillo o La Tobalina, o valles repletos de cerezos o desfiladeros que quitan el hipo como el de La Yecla. O el modelo kárstico de Ojo Guareña. Pero nuestro protagonista se haya en el Parque Natural de las Hoces de los ríos Ebro y Rudrón, donde aparecen ante nuestros ojos manantiales, cascadas, bosques o cañones.
Y allí, en una pequeña localidad de nombre Covanera, se encuentra un sorprendente lugar muy desconocido para la gran mayoría de la población, conocido como el Pozo Azul. Se trata de una surgencia del río Rudrón que no brota en superficie, sino en profundidad y la refracción de la luz confiere al agua un color azul verdoso de gran belleza. De hecho se le ha empezado a denominar la "cala de Burgos" por sus transparentes e idílicas aguas cristalinas.
Estamos ante la cueva subacuática más larga del mundo y conocida como el Everest del espeleobuceo. Atravesar esta surgencia implica meterse en la montaña que lo alberga y hasta la fecha se han explorado más de13 kilómetros de galerías, pero se calcula que aún puede llegar a tener otros 20 kilómetros más, casi nada. Por lo que solo expertos buceadores profesionales pueden adentrarse en estas aguas, muy peligrosas de hecho, y que oscilan entre los 9 y los 11 grados a lo largo de todo el año.
En la actualidad se han explorado diez tramos y es el espeleobuceador Jason Mallison el mayor conocedor de las galerías, todo un experto que comenzó a explorarlas en el año 2001. Gente de la zona señala que en muchas ocasiones una de las tareas de los lugareños era ir a tapar cuevas para evitar que cayera el ganado.
Em 2014 dos exploradores llegaron hasta 14 kilómetros y solo siete personas en el mundo han conseguido atravesar los primeros seis kilómetros.
Una visita a este lugar que no deja indiferente a nadie y que ha forjado un sinfín de leyendas sobre el mismo. Uno de estos relatos tiene lugar en el siglo XIX cuando la comitiva de la reina Isabel II se paró a descansar junto a un puente en el río Rudrón en su viaje a Santander. Una dama de su corte, que conocía el lugar de oídas, quiso conocerlo in situ, y allí se encontró con un joven pastor que estaba tocando música. Al verla, creyendo que era la reina se arrodilló ante ella, aunque enseguida le sacó del error.
La música se convierte en magia y el pastorcillo a partir de entonces veía surgir de las aguas del pozo a su bella dama en numerosas ocasiones. Semanas después, el séquito volvió a pasar por estos lares y ahora sí fue la reina la que quiso conocer el Pozo. E impresionada por el talento del pastorcillo lo llevó a la corte donde está al lado de su dama, que muerte repentinamente.
El joven retornó a estos parajes y al tocar la melodía cree verla y cae por un empinado peñasco, y se dice que desde entonces ambas almas vagan por el lugar.