Patrimonio
La mejor ruta para disfrutar de algunos de los castillos más bonitos de España
El recorrido reúne tradiciones, gastronomía, historia y folklore en un entorno singular que constituye un museo al aire libre de la historia
España es tierra de monumentos. Y algunos de los más espectáculares son las fortalezas. Son muchos los castillos que inundan los diferentes rincones de nuestro país, pero hay una provincia que destaca por encima de las demás, y no es otra que Valladolid. Por este motivo, la Diputación de Valladolid, que preside Conrado Íscar, ofrece una ruta, ideal para todos los públicos, y para realizar en este mes de septiembre. A través de su página web ofrece este recorrido que reúne sus tradiciones, su riqueza gastronómica y enológica, su folklore, su artesanía... en un entorno singular y diverso que constituye un museo al aire libre de la historia.
Las tierras valllisoletanas habitadas desde los tiempos prehistóricos, acogieron a las legiones romanas, albergaron asentamientos celtibéricos; durante la Edad Media fueron testigo de las batallas fronterizas entre los reinos de Castilla y de León y, más tarde, de los enfrentamientos civiles protagonizados por monarcas y grandes señores.
Desde mediados del siglo XV, Enrique IV reforma y amplía los castillos de Portillo y de La Mota de Medina del Campo, creando un modelo tan imitado durante toda la centuria que llegó a constituir un estilo característico, la llamada Escuela de Valladolid.
Pronto, los grandes nobles contestan a la moda iniciada por el monarca vallisoletano: Torrelobatón, Peñafiel y Fuensaldaña comparten semejanzas en sus entradas por el puente levadizo, sus accesos con pasillo en doble codo y sus celdas intramuros.
Nobles y letrados enriquecidos de origen frecuentemente judeo-converso o humilde, adquieren señoríos y levantan castillos residenciales, que reproducen a escala los grandes modelos: en la planta cuadrada se alza la poderosa torre del homenaje de interior palacial, cuya altura es igual al lado del recinto y al doble de la altura de éste, lo que la convertía en la dominante y más fuerte, donde el castellano o gobernador hacía juramento de guardar fidelida y de defender la fortaleza con valor.
Los resultados son magníficos y las estudiadas proporciones confieren a las edificaciones un aspecto sólido y majestuoso. Interiormente imitan la estructura de los palacios urbanos vallisoletanos, con suntuosos patios porticados, en torno a los cuales se articulan ordenadamente estancias residenciales, almacenes, cuadras y dependencias para el servicio.
Existieron muchos más castillos, murallas y torres vigía en la provincia de Valladolid, aún así hoy se conserva un gran número de ellos, portadores de historias y leyendas que nadie se puede perder, y entre los que destacan:
Castillo de Peñafiel
Se sitúa en un cerro estratégico, desde el que se pueden admirar tres valles: el del Duero, el del Duratón, así como el del Arroyo Botijas. Hoy por hoy, se le puede considerar como el castillo de más bella factura que puebla la geografía vallisoletana y de hecho, está declarado Monumento Nacional. Construido en diversas fases desde el siglo IX hasta que sufre las últimas remodelaciones en el XV, sin olvidarnos las que hiciera en el XIV el Infante Don Juan Manuel.
Tiene 210 metros de largo por tan sólo 20 de ancho y muchos lo han descrito como un auténtico barco anclado en tierra. La torre del homenaje, de 34 metros de altura se ubica prácticamente en el centro del recinto, dejando a uno y a otro lado, dos patios interiores, uno de los cuales, el del norte, era ocupado por los almacenes y aljibes; y el del sur, por las caballerizas y guarniciones, aunque hoy es el ocupado por el Museo Provincial del Vino, referente enoturístico de la provincia de Valladolid.
Horario de visitas
De octubre a marzo: De martes a domingo y festivos de 10,30 a 14,00 horas y de 16,00 a 18,00 horas
De abril a septiembre: De martes a domingo y festivos de 10,30 a 14,00 y de 16,00 a 20,00 horas.
Cerrado: días 1 y 6 de enero; 24, 25 y 31 de diciembre.
Castillo de Fuensaldaña
El visitante se puede adentrar en la historia de los castillos y dejarse llevar a través del tiempo en esta experiencia que combina con perfecta armonía lo histórico y lo tecnológico, ofreciéndote una moderna línea expositiva en referencia al interesante y mágico mundo de los castillos.
El Castillo de Fuensaldaña pertenece a la denominada Escuela de Valladolid, creada en la segunda mitad del siglo XV, con una serie de construcciones que se caracterizan por tener planta cuadrada y, sobre todo, por una gran torre del homenaje.
Comienza a edificarse en el siglo XIII, pero su aspecto actual data del siglo XV, cuando el castillo es la residencia señorial de los Vivero. De planta cuadrada, posee torres circulares en las esquinas, y en uno de sus lienzos, una gran torre del homenaje rectangular, que en planta sobresale dentro del patio de armas.
Ha tenido diversos usos palaciegos y también fue sede de las Cortes de Castilla y León. Hoy es un centro de interpretación de los Castillos.
Horario de visitas
Del 1 abril al 30 septiembre:
De martes a sábados: de 10:30h a 14:00h y de 16:30h a 20:00h.
Domingos y festivos: de 10:30h a 15:00h.
Del 1 octubre al 31 de marzo:
De miércoles a sábados: de 10:30h a 14:00h y de 16:00h a 18:00h.
Domingos y festivos: de 10:30h a 15:00h.
Castillo-Archivo General de Simancas
A orillas del río Pisuerga en el casco urbano de Simancas, se alza este castillo rodeado de murallas. Fue declarado Bien de Interés Cultural Patrimonio histórico de España. En el siglo XV la familia Enríquez, Almirantes de Castilla, serán los promotores de la construcción del castillo sobre una fortaleza árabe. Posteriormente pasó a formar parte de la Corona con los Reyes Católicos que lo refuerzan y lo convierten en el centro de las defensas de Castilla. En los siglos posteriores hubo más reformas, a manos de Juan de Herrera, Francisco Mora, Pedro Mazuecos y Diego de Praves, la actual data de 1950. El castillo llegó a tener hasta 3 puertas con sus puentes levadizos. Fue depósito de armas y monedas y también cárcel.
En 1540, por orden de Carlos I, una de sus torres se dedica a archivo de los documentos más importantes de la Corona. Será Felipe II quien dedique el conjunto de la fortaleza a la guarda y custodia de documentos, otorgándole un reglamento.
Felipe II transformó el castillo en Archivo General de Reino albergando uno de los archivos más importantes de Europa con más 35 millones de documentos. Es el fondo documental más homogéneo y completo de nuestra memoria histórica de los siglos XVI al XVIII.
Horario de visitas
Todos los días, incluidos festivos de 10 a 14 horas y de 17 a 21 horas.
Castillo de Tiedra
La primera mención al castillo data de los tiempos de Sancho II de Castilla (siglo XI). Tras la separación de los reinos de Castilla y León, Tiedra formó parte del segundo. Alfonso IX de León lo entregó en compensación, a su mujer, la infanta castellana doña Berenguela, cuando se anuló su matrimonio. Y, en 1285 Sancho IV de Castilla entrega como recompensa a don Pedro Álvarez de Asturias la villa de Tiedra. El matrimonio de su hija con Alfonso de Meneses incorpora Tiedra al señorío de los Téllez de Meneses.
Cuando muere el último vástago del linaje, Enrique II dona sus señoríos a su hermano don Sancho, abuelo de los Infantes de Aragón: Juan II les confisca la villa en 1430 para entregarla años después a don Pedro Girón, Maestre de Calatrava, cuyo señorío confirmarán los Reyes Católicos.
El castillo de Tiedra formaba parte de la línea defensiva de los Torozos. Su sencilla estructura consta de una torre del homenaje cuadrada construida en sillería, con varias plantas abovedadas; mide 13 metros de ancho y 28 de altura, y presenta la particularidad de estar coronada por un matacán corrido, probablemente rematado por almenas. Circunda a la torre una muralla almenada hexagonal de poca altura reforzada con tres cubos circulares y estuvo rodeada de un foso. Poseía varias puertas de acceso.
Horario de visitas
Visitable los sábados, domingos y festivos.
-Abril-octubre: 11 a 14 horas y de 17.30 a 20 horas. En julio y agosto abierto de lunes a domingo.
-Marzo-noviembre: 11 a 14 y de 17 a 19 horas.
Castillo de La Mota
Tiene su origen en la repoblación del siglo XI: se fortifica, independizándolo del recinto de la vieja villa de "la Mota". Tras la batalla de Olmedo (1445) la Mota queda definitivamente bajo poder real, compatibilizando sus funciones militares con las de archivo y prisión.
Tras pasar por varias manos, en la recta final del siglo XV los Reyes Católicos se la entregan a Alfonso de Quintanilla, guarneciéndola con armas y artillería; se construye entonces la barrera de artillería, terminada en 1483, como indica la fecha grabada junto a los escudos de los Reyes Católicos en la entrada principal. Durante la Guerra de las Comunidades, la fortaleza permanece fiel a la corona, pese a que Medina era comunera.
El castillo actual, que responde a la tipología de la Escuela de Valladolid, aprovecha una esquina del recinto de la villa vieja, construido en hormigón de cal y canto. Su barrera exterior, con cubos cilíndricos y dotada de galerías subterráneas, data del tiempo de los Reyes Católicos y fue la más avanzada de su época. La fortaleza tiene un amplio patio de armas y una Torre del Homenaje de casi 40 metros de altura. Desde el patio se accede a la capilla de Santa María. El Centro de Recepción de Visitantes se encuentra ubicado sobre los vestigios de un poblamiento de la Edad de Hierro.
Horario de visitas
Invierno (del 1 de Octubre al 31 de Marzo)
-De martes a sábado: de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.00 / Domingos y festivos: de 11.30 a 14.00 / Lunes cerrado.
Verano (del 1 de Abril al 30 de Septiembre)
- De lunes a sábado: de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 / Domingos y festivos: de 11.00 a 14.00.
Castillo de Íscar
La repoblación de Íscar fue iniciada por Alfonso VI (1086): al amparo de la villa fortificada se crea una Comunidad de Villa y Tierra que fue alternativamente de los reyes de Castilla y de León hasta el siglo XIV, o de los señores de las casas de Lara y de Haro, hasta que Enrique II las dona a Juan González de Avellaneda (1371). Hasta el S.XIX perteneció al os los Condes de Miranda del Castañar.
El castillo se eleva, sobre las ruinas de fortalezas anteriores. Su parte más antigua (del siglo XIII), son los restos de murallas y la estructura de la torre del homenaje. Tuvo un foso que defendía el acceso desde el páramo. En el siglo XV se refuerza la torre y se añade un cuerpo que daba acceso a la torre a través de un puente levadizo.
En el lado opuesto se construyó un gran espolón defensivo flanqueado por 2 pequeñas torres, en una de las cuales aparecen los escudos de Pedro de Zúñiga y Avellaneda y de su esposa, Catalina de Velasco y Mendoza, que permiten datar la obra entre 1478 y 1493.
Se levantó una barrera artillera con cuatro cubos circulares con troneras, se añadieron al recinto primitivo otros tres cubos iguales y se construyó una bóveda de crucería en el interior de la torre, reforzada después con una columna central. También se reconstruyó el muro sur de la torre insertando un nuevo cubo en la muralla.
Horario de visitas
Visitas Individuales: Sábados y Domingos a las 12.30 (Concertar previamente en el Tf: 696 305 757)
Grupos (a partir de 10 personas): Concertar con la Oficina de Turismo en el Tf: 606 688 273
Castillo de Villavellid
Fue otra de las fortalezas que jalonaban la línea fronteriza de los reinos de Castilla y León, enfrentados durante siglos en disputas territoriales. Su construcción debió iniciarse durante el siglo XV por orden de don Diego de Almanza, regidor de Toro, y a su muerte la villa "con su casa fuerte" forma parte del mayorazgo legado a su hija Constanza, casada con Juan Enríquez de Guzmán. Su hijo Francisco, primer marqués de Alcañices, constituye mayorazgo en 1522 con varias villas entre las que se encuentra Villavellid.
Construido según los parámetros de la Escuela de Valladolid, caracterizada, entre otros aspectos, por el respeto constructivo de las proporciones entre los elementos que lo integran, se levantó sobre gruesos muros de cantería que ocultan armazones de mampuesto; su planta es cuadrada y presenta tres cubos cilíndricos en cada uno de sus tres ángulos, ocupando el cuarto la torre del homenaje. Ésta es de planta cuadrada y se elevaba sobre dos pisos, que actualmente se encuentran hundidos.
Castillo de Villalba de los Alcores
Reconquistada la zona y establecida la frontera por Alfonso III en el Duero, comienza la repoblación en torno a una iglesia primitiva. En el siglo XI, con la unificación de los reinos de Castilla y de León por Fernando I, es "villa realenga"; se dona entonces a la Orden de San Juan de Jerusalén, hasta que pasa a manos de la familia Meneses (1195), por orden de Alfonso VIII.
En 1931 se declara Monumento Histórico. De la muralla, que alcanzó un perímetro de más de un kilómetro a finales del XV, se conservan grandes lienzos; tuvo al menos dos puertas y 36 cubos semicirculares, de los que aún podemos contemplar 7, algunos de ellos se han rehabilitado y acondicionado para su visita.
Se trata de una edificación muy singular: un castillo-palacio completamente abovedado siguiendo los arquetipos y técnicas cistercienses, con la particularidad de organizar su estructura en 2 niveles superpuestos de bóvedasde crucería. Tiene planta rectangular y 9 torres, 7 macizas y 2 con salas interiores abovedadas.
El castillo es privado. La Oficina de Turismo organiza la proyección de un video explicativo así como la posibilidad de visitar los restos de la muralla y sus cubos restaurados.
Castillo de Portillo
Prototipo de la Escuela de Valladolid es, sin embargo, fruto de las sucesivas etapas constructivas que se suceden a lo largo de casi 150 años. Fue edificado sobre una fortaleza preexistente probablemente construida por el infante Tello en el siglo XIV: a esta primera etapa corresponde la planta del recinto interior con arcos apuntados, bóvedas góticas y una curiosa torre en forma de 'D'. Durante el reinado de Enrique IV (1454-1464), se eleva la torre con una gran sala abovedada y se adosa a la fachada el cuerpo palacial, manteniendo los escudos en los frentes de las ventanas. En 1465 Rodrigo Alonso Pimentel, conde de Benavente, recibe el castillo. Ambos pasarán de un bando a otro durante las guerras civiles castellanas.
El conde edifica la barrera exterior y los fosos empedrados, reforma el patio y construye el impresionante pozo de 32 metros de profundidad con escaleras y salas subterráneas perimetrales. Tanto en la torre del homenaje como en el patio de armas se celebran numerosas actividades que hacen de este castillo un atractivo centro cultural.
Horario de visitas
Verano (de marzo a octubre)
Sábados, domingos y festivos: De 11.00 a 13.30 y de 17.30 a 20.00
Invierno (de octubre a marzo)
Sábados, domingos y festivos: De 11.30 a 13.30 y de 17.00 a 18.30
Castillo de Urueña
Su condición de baluarte natural entre Montes Torozos y Tierra de Campos ha condicionado la historia de esta villa disputada a lo largo de los siglos por los reinos de Castilla y de León. Su recinto amurallado, que se adapta al escarpado borde del páramo, data del siglo XII y es uno de los mejor conservados de la provincia; protegía un castillo que se edificó sobre una fortaleza romana a mediados del siglo XI a instancias de Fernando I. Un siglo después, la infanta doña Sancha, hermana de Alfonso VII, ordenaría la construcción de las murallas, de perímetro ovalado. Dos puertas permitían el acceso al interior: al noroeste llano, la del Azogue, con dos cubos en sus laterales, y la de la Villa, con arco apuntado, situada al borde del páramo.
El Castillo situado al extremo suroriental de la villa, aparece como una torre albarrana de la muralla, a la que se une por el adarve; el llamado Peinador de la Reina., punto más alto del conjunto monumental y cuyo interior es un espacio de cinco plantas visitables. La última es el mirador que se abre en un ángulo de 360o, permitiendo ver el inmenso paisaje que nos rodea.
La fortaleza es de planta cuadrada y sus esquinas están reforzadas por cubos cilíndricos, excepto la Torre del Homenaje, en el sur, de planta cuadrada. Del espacio entre muralla y castillo, que pudo constituir un patio defensivo previo, hoy sólo se conservan los engarces. A continuación de dicho patio pudo encontrarse el acceso principal, en la parte que da al pueblo y en el que residieron personajes ilustres como doña Urraca o María de Padilla. También fue prisión de Pedro Vélez, el conde de Luna o la infanta Beatriz de Portugal.
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