Historia
Los misterios que esconden los toros de piedra más famosos de España
Este conjunto escultórico fue realizado en el siglo III antes de Cristo y se encuentra en la provincia de Ávila
Mucha riqueza patrimonial es la que atesora Castilla y León. Monumentos milenarios, conjuntos escultóricos, escenarios históricos cargados de heroísmo. Y entre todos ello y uno de los más antiguos en esta comunidad, no solo de España, sino a nivel mundial se encuentra unas esculturas famosas y con mucho misterio detrás. Hay que desplazarse hasta la comarca abulense de El Tiemblo. Allí nos encontramos con unas enigmáticas esculturas conocidas como los Toros de Guisando.
Estamos ante un conjunto escultórico vetón, que a día de hoy, siguen encerrando cierto misterio, y que presuntamente se encuentra datado en el siglo III antes de Cristo. El viajero que se acerque hasta este paraje de la provincia abulense descubrirá cuatro esculturas realizadas en granito y que representan a estos animales, toros o verracos, y que en aquellos tiempos se les atribuía una función mágico-religiosa (primero de los misterios), con la finalidad de favorecer la fertilidad y la protección del ganado. Tampoco se descarta que fueran en su día utilizados como separadores de zonas de pastos.
Otro de los misterios es conocer cuál es su origen, es decir, qué pueblo las construyó. No se sabe a ciencia cierta, pero los historiadores creen que fueran esculpidas por el pueblo vetón, llegados desde el norte de Europa a esta zona, 700 años antes de Cristo. Lo que sí parece más aproximado es que fueron realizadas alrededor del siglo III antes de Cristo, y antes de la invasión hispana por parte de tropas romanas.
Se trata de unas esculturas, de más de dos metros y medio de largo, poco elaboradas y donde algunas de ellas dan muestra de un incipiente realismo, pero que se han convertido, sin lugar a dudas, en una de las mejores manifestaciones artísticas de la España pre-romana.
El pueblo vetón era ganadero y se establecían en zonas ricas de agua y donde abundaba el pasto para sus rebaños, como vacas, toros y cerdos y se dedicaban a la caza animal, espacialmente jabalíes. Por ello, esta zona era ideal para su asentamiento y para sus manifestaciones artísticas.
Se cree (este es el tercero de los misterios), que hubo otra escultura, una quinta, pero que fue destruida allá por el siglo XVI. Lo cierto, es que a lo largo de la historia han estado presentes en obras literarias españolas y Miguel de Cervantes los cita en varias ocasiones en el universal Don Quijote de la Mancha, pero también otros autores como Lope de Vega o Federico García Lorca además de salir una referencia en el “Libro de grandezas y cosas memorables de España”.
Y un lugar que forma parte de la historia de España por otra cuestión: Aquí se firmaba el Tratado de los Toros de Guisando, allá por el año 1468 entre el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel, que sería más tarde la Reina Católica, y donde se reconocía su proclamación como Princesa de Asturias y con ello, heredera al trono de Castilla.
Merece la pena acercarse a este lugar y contemplar un pedazo de nuestros orígenes milenarios...