Política

Pablo Fernández compatibilizará "sin problemas" su labor en las Cortes con la organización de Podemos

El también líder de la formación morada en Castilla y León asegura que pondrá a la Comunidad en el centro de la acción política nacional

Pablo Fernández e Irene Montero, durante el acto de Podemos en la Plaza de Fuente Dorada de Valladolid, donde acampó el movimiento del 15-M
Pablo Fernández e Irene Montero, durante el acto de Podemos en la Plaza de Fuente Dorada de Valladolid, donde acampó el movimiento del 15-MRubén CachoIcal

El nuevo secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, se ha comprometido hoy a mantener a Castilla y León, donde es procurador en las Cortes y líder autonómico del partido, en el “centro” de su labor política ahora que da el salto a la dirección nacional de la formación ‘morada’, lo que en ningún caso supondrá renunciar a su acta de parlamentario. Es más ha asegurado que puede compatibilizar todas sus responsabilidades “sin ningún tipo de problemas”.

“Voy a asumir más responsabilidad todavía, pero estoy capacitado, estoy preparado y estoy con muchas ganas, con mucha fuerza y con mucha ilusión”, ha dicho en un acto junto a la ex ministra Irene Montero, que encabeza la candidatura ‘Ahora más que nunca’ en las primarias del partido para las elecciones europeas del 9 de junio, en la Plaza de Fuente Dorada de Valladolid, el lugar donde acamparon durante las movilizaciones del 15-M que dio origen a Podemos.

Fernández aseguraba que luchará “con ganas” y “fuerzas” contra los próximos presupuestos de la Comunidad que ya anticipado que serán “negativos” aunque no se conocen, y que peleará por dotar de futuro a Castilla y León” porque el gobierno de PP y Vox es, a su juicio, “absolutamente incapaz de solucionar los problemas”.

Al respecto, afirmaba que el Gobierno de Mañueco "recorta” derechos de las mujeres, del colectivo LGTBI y de los “más desfavorecidos” a través del vicepresidente, Juan García-Gallardo, al que acusa de priorizar el “insulto”, el “menosprecio” y el “odio” en las políticas de la Junta.

Como ‘número tres’ de Podemos decía que su objetivo es que el partido “siga desplegándose y fortaleciéndose en los territorios” y que siga creciendo para afrontar tanto las elecciones gallegas del 18 de febrero, como las previstas para este año en el País Vasco y “fundamentalmente” las europeas. “Yo creo que las políticas que estamos desplegando están siendo muy eficaces y están funcionando”, apuntaba.

Fernández reconocía que en comunidades como Castilla y León al proyecto de Podemos le ha costado “enraizarse” especialmente en el mundo rural, por lo que desde su nuevo cargo intentará que estos territorios puedan dotarse de más instrumentos para que pueda “fortalecerse”.

Además, prometía “trabajo” para intentar superar el “ruido” que se ha generado con la salida de antiguos dirigentes y abogó por dar continuidad a la labor de su antecesora, Lilith Verstrynge, que renunció a su cargo el pasado viernes.

Espíritu comunero

Por su parte, Irene Montero, impulsora de la nefasta Ley del solo sí es sí que permitió Sánchez y favoreció a más de un millar de violadores y agresores sexuales, hacía un llamamiento a mantener “siempre la llama de la esperanza” en Castilla y en León al ser una comunidad en la que el Partido Popular y las “políticas de derechas” llevan a su juicio siendo “muchos años la “única realidad posible”, lo que señaló puede llevar a la gente a “resignarse” y pensar que “no hay alternativa y que “así es la vida”.

Además, pedía no caer en la “resignación” porque la formación morada ha demostrado que “sí se puede” cambiar la realidad, y aludía al “espíritu comunero” y al Canto a la Esperanza que dice “quién sabe si las cigüeñas han de volver por San Blas y quién sabe si esa llama comunera volverá a crepitar”.

“Yo creo que no perder la esperanza, no resignarse, es una señal de identidad nuestra que también comparte mucha gente en Castilla y en León, incluso a pesar de tantos años de políticas del Partido Popular, que es un partido que gobierna sin resolver los principales problemas de la ciudadanía, el acceso a la sanidad, a la vivienda, a la educación, especialmente en los territorios más despoblados”, finalizaba, en declaraciones recogidas por Ical.