Curiosidades
El exquisito pan que cautivó a Carlos I de España y V de Alemania
Elaborado a la antigua usanza con harina "Candeal", destaca por su forma redondeada y achatada así como por su miga prieta, una corteza dorada y su lechuga representativa
Este miércoles se celebra el Día Internacional del Pan, día establecido por la Federación Internacional de Panaderos para rendir homenaje a este alimento ancestral y básico en el día a día de todo el mundo.
Castilla y León, territorio cerealista por excelencia, puede presumir y así lo hace de ser el granero de España, pero también de elaborar muchos de los mejores panes y de diferentes formas gracias a la calidad de los cereales que cultiva, ya sea trigo, cebada o centeno.
Por ejemplo, destaca el pan de coscoja típico de la comarca vallisoletana de Peñafiel, una de las zonas cerealistas más importantes. Una torta de aceite que marida a la perfección con otros productos típicos de este territorio regado por el Duero, como son los excelentes vinos de la DO Ribera de Duero o con el cordero lechal.
Y es que la provincia de Valladolid es una de las zonas en la que se elaboran los mejores panes de España, y en estas líneas LA RAZÓN quiere acercar en este día tan significativo uno de los panes más reconocidos pero también singulares, y que tiene historias por detrás que contar.
Nos estamos refiriendo al pan lechuguino, que es el característico de Valladolid desde siempre que Este pan
Su calidad, contrastada, deriva de la calidad del trigo con el que se hace y de una harina sublime denominada "Candeal"
Aunque su principal singularidad viene dada también por el dibujo del pan, ya que su superficie presenta una serie de lóbulos con surcos circulares concéntricos que se asemejan al cogollo de una lechuga.
Pero no de una lechuga cualquiera, sino de una especie ancestral y típica española pero también de la provincia de Valladolid denominada oreja de mulo. Una especie polimorfa en colores, ya que las hay verdes, amarillentas y moradas, así como de textura crujiente o mantecosa y de diferentes formas de hojas, que tienne un sabor dulce y se pueden consumir crudas.
Se pueden cultivar y consumir durante todo el año. La variedad romana de esta lechuga oreja de mulo es la más extensamente cultivada. Es muy vigorosa, con un repollo grueso y apretado de buena calidad con hojas largas, duras y erectas de color verde algo oscuro.
Pues esta lechuga es la que se representa en el centro del pan lechuguino de Valladolid, un producto, además, integrado en la marca de garantía "Pan de Valladolid", también por su elaboración artesanal y a la antigua usanza, que destaca por un amasado lento, así como por un buen refinado de la masa, el boleado manual, fermentación natural, cortes muy cuidados y una cocción en horno de suelo refractario con poco vapor, esencial para que la miga quede prieta, y la corteza fina y crujiente.
Un pan con mucho sabor que es ideal para comer con carnes rojas, embutidos, guisos y legumbres, pero también para elaborar una espectacular sopa de ajo o castellana.
Y es que tal es su espectacular sabor y belleza que el rey Carlos I de España y Emperador del V del Sacro Imperio Romano Germánico se encaprichó de él y cuando abdicó y se retiró al monasterio extremeño de Yuste, en la comarca de la Vera y su última morada antes de morir, pidió que le trajeran sin falta este pan lechuguino desde Valladolid.
La provincia de Valladolid es el primer lugar de España en el que queda constancia de la utilización de la máquina de rolos para el refinado de la harina, y presume también de otros panes como el "Cuatro Canteros", que se diferencia por el rajado de sus bordes separados de la zona central del pan, así como el de "Cuadros", de "Polea", "Fabiola" y la "Barra Blanca" o de "Picos".
Un alimento con el que se investiga también en busca de mejorarlo, que todo el mundo tiene en su casa ya que sin él la comida no sabe igual, y que está entre los favoritos de los españoles, por no decir el que más.
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