Escapadas
La pequeña villa medieval, con una calzada romana, donde comer patatas revolconas, torreznos o chuletón de Ávila
Enclavada en el Valle del Tiétar, en ella se respira tranquilidad y aire fresco mientras se disfruta de un paraje espectacular
Si alguien está buscando escapar unos días o un simple fin de semana de la ciudad para desconectar del mundanal ruido y dejar los problemas cotidianos del día a día a un lado, pero, a la vez, para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, de una gastronomía muy particular y exquisita, y, sobre todo, de una experiencia sin igual para los cinco sentidos, la provincia de Ávila, y más en concreto el Valle del Tiétar, es el sitio que debería elegir.
Una zona en la que se puede practicar senderismo e incluso ala delta o parapente , además de comer y beber estupendamente, e incluso empaparse de la historia y cultura de esta provincia cercana a Madrid, repleta de paisajes rurales sin igual, de castillos y monumentos que transportan al viajero a otro mundo, lleno de aventuras.
Una zona espectacular dicho así, con todas sus letras, en la que el viajero que se precie de serlo ha de conocer alguna vez en la vida, y que seguro que repite.
En estas líneas queremos hacer hincapié en un municipio de este valle que forma parte de los pueblos de Barranco de las Cinco Villas: Cuevas del Valle.
El nombre de esta localidad situada a los pies del Puerto del Pico y que es la población que se encuentra a mayor altitud de la zona, probablemente provenga del gran número de casas antiguas que cuentan con una cueva en su planta baja.
Por este pueblo pasa una espectacular calzada romana construida en los siglos I y II a.C, que conectaba Extremadura con la vía de la Plata siendo una de las calzadas mejor conservadas de España. Fue usada por los romanos en la conquista de la península, y luego entre los siglos XIII y XIX, por la Mesta para la trashumancia de ganado. La calzada romana comienza en el mismo pueblo y acaba en el Puerto del Pico.
Este municipio, del que destacan sus calles y casas de piedra con grandes balcones de madera típicos de la zona -algunos decorados y otros de piedra-, está protegido por la Rubía el Torozo lo que hace que las temperaturas sean suaves.
El casco viejo es digno de ver y pasear por él. En el se encuentran la calle Real, la del Ayuntamiento Viejo y la de los Soportales, que conservan aún todo el sabor y belleza de la arquitectura popular de la zona: bajos de mampostería de granito sobre los que se alzan entramados de madera y ladrillo, con balcones volados de tabla recortada y grandes aleros. Calles sinuosas y empinadas que evocan otros tiempos.
Para los amantes del patrimonio, Cuevas del Valle ofrece la Iglesia Natividad de Nuestra Señora, de estilo gótico, data de finales del siglo XV y es digna de ver. En el exterior destacan contrafuertes rematados con pináculos con bolas y la torre campanario con un añadido en ladrillo del siglo XVII restaurado en 2021.
También la Ermita Virgen de las Angustias construida en 1637, acoge a la patrona del municipio. La Ermita de San Antonio, construida en mampostería y bóveda de cañón, cuenta con un magnífico retablo de ladrillo estilo mudéjar.se cree que fue levantada por trashumantes, alberga a San Antón patrón de los animales.
Cuevas del valle, además, presume de Rollo o picota símbolo de la independencia jurídico-administrativa del Señorío de Mombeltrán, dada por Carlos II en 1695.
Y también destaca el Ayuntamiento viejo, la antigua casa Consistorial del pueblo, que ha sido restaurado respetando la arquitectura tradicional de la zona.
Para los amantes del senderismo, hay varias rutas:
1-El Castañar de las Huertas (Recorrido circular. Dificultad Baja Distancia: 3.5 km)
2- Ruta de las Cinco Villas (Recorrido circular. Dificultad Media. Distancia 16.8 km)
2- Ruta de "La Rubía" (Recorrido lineal. Dificultado Baja. Distancia 7.3 km)
4- Subida por La Calzada Romana (Recorrido lineal. Dificultado Media. Distancia 4.5 km)
5- Ruta de las "Tumbas Moras" (Recorrido lineal. Dificulad Media. Distancia 4.1 km)
Y, finalmente, para comer, qué decir. La provincia de Ávila ofrece al comensal varios restaurantes de calidad, uno de ellos con Solete Repsol (El Rinconcito de Gredos) en los que se pueden disfrutar los platos típicos abulenses como el tostón, el cabrito, las patatas revolconas, las migas, las carillas, os torreznos y el chuletón de Ávila. Entre los dulces destacan las flores, mantecados, rosquillas y los hornazos de Semana Santa.
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