Educación
Piden que no se incentive el uso de móviles entre al alumnado para actividades escolares en clase
El Colegio de Psicología de Castilla y León advierten que son una distracción del aprendizaje
El Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCYL) ha sugerido a los profesores de Secundaria que no pidan a los alumnos que lleven sus propios smartphones a clase para realizar tareas educativas, ya que esta situación normaliza que los niños dispongan de móviles a edades tempranas y discrimina a quienes no cuentan con ellos. Los profesionales desaconsejan el uso de teléfonos con acceso a internet en menores de 15 años y advierten de que potenciar su utilización desde las aulas puede provocar efectos negativos en su desarrollo, por lo que piden que se regule su uso en los colegios de Castilla y León.
La digitalización de la enseñanza ofrece aspectos positivos, pero también puede convertirse en un arma de doble filo, porque el uso continuado y excesivo de pantallas en niños y adolescentes genera cambios en la estructura cerebral que afectan a las habilidades de lectura y escritura: peor ortografía, pobreza léxica, dificultades de redacción y poca reflexión y profundidad de los conceptos. “Las nuevas tecnologías pueden ser una buena herramienta para educar siempre que no se utilicen como un fin en sí mismas y siempre que sea el propio colegio, con profesores formados en digitalización, quien las proporcione y las controle. Las aulas de informática con ordenadores adecuados para el aprendizaje escolar son el lugar más apropiado, y no los smartphones particulares de algunos alumnos”, asevera David Cortejoso, secretario de CopCyl, quien asegura que “los teléfonos inteligentes en estas edades son un elemento con una gran potencia distractora y con un enganche brutal”.
Una solicitud compartida con la UNESCO, que ya ha pedido a las escuelas de todo el mundo que prohíban los smartphones en las aulas como ya han hecho el 98% de los colegios del Reino Unido; Francia, que introdujo la medida en 2018; Italia, donde los profesores recogen los teléfonos de los alumnos al comienzo de la jornada; o Finlandia y los Países Bajos, que van a implantar la prohibición en 2024. En España esta situación solamente se da en Galicia y la Comunidad de Madrid; en el resto del país son los propios centros los que deciden si limitar o no su uso. “Los smartphones han demostrado ser una distracción del aprendizaje. Si sumamos el tiempo de exposición en clase a los deberes realizados con nuevas tecnologías y al tiempo de ocio, es fácil que los alumnos de Secundaria superen la hora diaria que se aconseja como máximo para su edad”, explica David Cortejoso, secretario del COPCYL y experto en nuevas tecnologías.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un descenso en el uso del móvil en España a edades tempranas. Mientras que en 2012 tres de cada diez niños de 10 años tenían un smartphone, diez años después (en 2022), ha bajado a dos de cada diez (un 21,6%). “Los informes de los expertos están calando en la sociedad, que ya es capaz de advertir los peligros que entraña para los niños”, señala Cortejoso. A los 12 años, el uso de móviles se eleva hasta el 67,5% y a los 14 años hasta el 93,5%. “Los niños se excusan en que todos sus amigos tienen móvil cuando empiezan el instituto, pero lo cierto es que una tercera parte de los alumnos de 1º de Secundaria no lo tiene”, advierte el secretario del COPCYL. En cuanto al nivel económico del hogar, las familias con mayor nivel adquisitivo compran menos móviles a sus hijos de entre 10 y 15 años. Mientras que en el 72% de los hogares con ingresos de entre 900 y 2.500 euros compra móviles a sus hijos, el porcentaje desciende hasta el 66% en las familias con ingresos de más de 2.500 euros.
La sobreexposición a las pantallas puede provocar un gran número de perjuicios en los niños, como retrasos a nivel educativo, sensorial o motor, trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDH) o incluso problemas en la memoria. “Desde el COPCYL no estamos en contra de las nuevas tecnologías, creemos que son necesarias, aunque es importante evaluar y analizar los riesgos y amenazas que conllevan, sobre todo para los menores”, exponen los profesionales, al tiempo que instan a los gobiernos a apostar por la formación digital del profesorado.
Desde el COPCYL también aconsejan a los profesores que no pongan tareas a los niños de Primaria que deban realizarse fuera del horario escolar con nuevas tecnologías. “No les aporta nada a esas edades. Están en un momento en el que deben ir adquiriendo la costumbre de sentarse en su mesa y dedicar un tiempo pequeño a los deberes, las TIC sólo les distrae”, señala Cortejoso, quien advierte de que además el móvil y la tableta se han convertido en “el mayor elemento de discusión y disputas en casa, además de que no todas las familias disponen de estos dispositivos”.
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