Escapadas

La pintoresca ruta por la Sierra de Gredos que atrapa y engatusa al senderista

Monasterios, miradores e incluso pozos naturales forman parte de este espectacular recorrido por la sierra abulense para desconectar del mundanal ruido

Pozo de Felipe
Pozo de FelipeLa RazónLa Razón

La Sierra de Gredos forma parte del Sistema Central en la Península Ibérica, y se sitúa entre las provincias españolas de Salamanca, Cáceres, Ávila, Madrid y Toledo. Un espacio tallado por la erosión glacial en la que destacan el Circo y la Laguna Grande de Gredos, presididos por el esbelto pico Almanzor, con 2.592 metros, la máxima altura de todo el Sistema Central.

Situado al sur de la provincia de Ávila, el visitante puede disfrutar de una espectacular creación natural de lagunas, gargantas, circos, riscos, galayos y depósitos morrénicos, escenario en el que habita la cabra hispánica. En la Cordillera Central, separando los ríos Duero y Tajo, como un muro granítico, se levanta esta sierra que ofrece también un singular e interesante hábitat. Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la Sierra de Gredos puede considerarse como un auténtico paraíso para la flora. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se ha localizado un gran número de endemismos botánicos.

Las 86.236 hectáreas que abarca el Parque Regional son un paraíso para los amantes del senderismo o de la bicicleta de montaña, ya que permiten explorar una gran variedad de rutas y de un fantástico paisaje de montaña. Además, da igual el punto de partida que el turista elija, aunque una de las rutas más emblemáticas se encuentra en el Circo de Gredos, donde hay unas bonitas, pero exigentes caminatas, en las que se disfruta de las mejores imágenes de Gredos.

Otra de las rutas que no dejan indiferente a nadie que la haya realizado es el Sendero de los Pozos de Felipe que discurre entre Mombeltrán y Santa Cruz del Valle. De 14 kilómetros de distancia ida y vuelta que suelen hacerse en cinco horas. En ella, el caminante debe pararse a contemplar con admiración los pozos de Felipe y relajarse con el sonido del agua cayendo por las pequeñas cascadas.

Estos pozos son el resultado de la acción erosiva de las corrientes fluviales en los cauces de los ríos durante millones de años que se formaron cuando uno o varios fragmentos de roca quedan atrapados en algún hueco del curso.

Los geólogos llaman a este tipo de pozos Marmitas de Gigante. Estos agujeros se forman cuando el agua atrapa un canto rodado en su seno y lo hace rotar como un taladro, hasta que llega a perforar la roca y forma estas grandes ollas.

En este punto se puede volver hasta Mombeltrán o continuar proseguir el camino hastaun mirador que ofrece una de las mejores vistas del Valle del Tiétar, al sur, y toda la sierra de Gredos, al norte: el cerro del Amoción.

El sendero cruza la Cañada Real y sigue el curso del río Prado Latorre y es un camino que se puede realizar en cualquier época del año, si bien se aconseja en primavera o verano.

Pero antes de llegar a este lugar, el caminante debe hacer parada también junto a las ruinas del monasterio de la Torre, que data del siglo XVI, concretamente del año 1520 , de origen dominico y permaneció activo hasta el siglo XIX, para después continuar hasta los restos de un martinete del siglo XVII, donde nuestros antepasados veían como la fuerza del agua hacía mover incansablemente sus martillos, y cómo sus fraguas devoraban el carbón vegetal para lograr fundir el cobre y conseguir los célebres calderos y calderas de Mombeltrán.

 

Después, el caminante ha de adentrarse en El Robledo y caminar entre algunos de los pocos ejemplares de roble que todavía quedan en el Barranco. Una especie de árbol con muchos beneficios, como por ejemplo que retiene el agua, alberga entre sus ramas y troncos a decenas de animales, suaviza las temperaturas bajo su copa y ofrece alimento a los herbívoros.

Mombeltrán está situado en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, en el llamado Barranco de las Cinco Villas. Está rodeado de parajes singulares, caminos, despoblados y ruinas que constituyen un importante patrimonio paisajístico y cultural. Callejas, plazuelas, fuentes, pilones y plazas caracterizan el trazado urbano tradicional. El castillo, la iglesia y el hospital de San Andrés son testimonio de su importante y atractivo patrimonio histórico.