Patrimonio
La portentosa pareja de arpías que es un "imprescindible" del arte románico en España
Ataviadas con un gorro frigio sobresalen enfrentadas en un capitel que forma parte del espectacular conjunto escultórico de un antiguo monasterio de la Orden de Santiago
España es el país del Románico. Un estilo arquitectónico que entró por Cataluña en el siglo XI, por las tierras de la Marca Hispánica, para después extenderse por el resto del país.
Numerosos son los templos que forman parte de la geografía española, todos ellos de gran espectacularidad y una gran belleza que no dejan indiferente a nadie, y que son foco de atracción turística, especialmente en el medio rural, donde se ubican gran parte de estos templos.
El arte Románico fue el primer gran estilo claramente cristiano y europeo que agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media.
Y Castilla y León es uno de los territorios donde este estilo tiene está más arraigado y tiene sus mejores exponentes, sobre todo en las provincias de Palencia y Zamora, y especialmente por las singularidades de cada una de ellas.
Aunque en estas líneas, este periódico se centra en uno de los enclaves más importantes de la ruta del Románico español que el amante del patrimonio ha de visitar alguna vez en la vida: la iglesia de Santa Eufemia de Cozollos, construida en el siglo XIII sobre los restos de un antiguo monasterio de la Orden del Císter, y único vestigio de lo que fuera RealMonasterio de Freiras Comendadoras de Santiago, que albergó a las primeras monjas santiaguistas. De hecho, una de las beatas con mayor enjundia que vivió entre sus muros fue doña Sancha Alfonso, hija de Alfonso IX de León y de Doña Teresa Gil de Soverosa.
Ubicada al norte de la provincia de Palencia, en un bello paraje en la vega del río Burejo, cerca del municipio palentino de Olmos de Ojeda y a quince kilómetros de Aguilar de Campoo, sus orígenes se remontan al siglo X con un posible establecimiento eremítico, y por los numerosos hallazgos arqueológicos en la zona. De hecho, se afirma que allí hubo presencia de un poblamiento romano en las cercanías de La Granja.
Si bien, se tiene constancia de la existencia de este templo ya en el año 1075, bajo la propiedad del rey Alfonso VI aunque fue en 1109 cuando una bula del Papa Pascual confirma al Obispo de Burgos como poseedor para siempre del 'Monasterio de Cuzolo', quien lo mantuvo hasta que en 1186 Alfonso VIII lo recuperó para entregárselo a la Orden Militar de Santiago.
La estructura de este espectacular edificio, que escapó a la desamortización, es de cruz latina, con una sola nave, crucero bajo torre y cabecera compuesta por tres ábsides semicirculares, siendo el central el mayor de todos. Sobre el hastial de los pies -parte superior triangular de la fachada de un edificio, en la cual descansan las dos vertientes del tejado o cubierta-, se alza una grandiosa espadaña.
La iglesia, declarada Monumento Nacional en el año 1931, se conserva en muy buen estado, especialmente su sillería y la estructura de los ábsides, sobre todo el central, con dos contrafuertes que lo dividen en tres segmentos donde se abren ventanales de medio punto con arquivoltas.
No hay que perderse su magnífico conjunto escultórico disperso a lo largo y ancho de la iglesia, desde las arquivoltas hasta los capiteles de los vanos de la cabecera y del interior del templo, con una amplia variedad de temáticas que pasan por un ajetrezado jaqués, además de animales como aves y leones, vegetales e incluso escenas bíblicas como una escena de Sansón desquijarando al león, otra de las Tres Marías ante el Sepulcro vacío de Cristo.
Hay otras escenas curiosas, como la de un fallecimiento en la que el difunto se encuentra entre personajes con báculos y plañideras, con la mano de dios bendiciendoo, o el capitel figurado con dos arpías afrontadas tocadas con gorro frigio. Una imagen imprescindible del arte románico palentino.
Las arpías son una animal fantástico con cabeza humana, casi siempre de mujer, aunque en el románico, a partir del siglo XIII, también son masculinas. En la mitología griega se presentan con un cuerpo de ave, pezuñas de cabra y cola de reptil y eran un símbolo funerario. En la Edad Media se las presenta como alegoría de los vicios o como demonios femeninos.
La iglesia del antiguo monasterio de la Orden de Santiago es un excepcional edificio románico y se ha reconvertido en centro de agroturismo y escenario de conciertos y otros actos festivos.
Los visitantes también pueden disfrutar de visitas guiadas por el interior de la iglesia, donde podrán conocer más sobre su historia y arquitectura. Además, la Iglesia de Santa Eufemia ofrece servicios religiosos regulares, como misas y celebraciones especiales en fechas importantes del calendario litúrgico.
✕
Accede a tu cuenta para comentar