Semana Santa
La Procesión General vuelve a vestir de arte las calles de Valladolid
El desfile ilumina el centro de la ciudad con 33 pasos de las 20 cofradías de la ciudad
La Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor volvió a vestir de arte hoy a las calles de Valladolid, cubiertas por el silencio, que solo se atrevieron a romper los tambores y cornetas, y el murmullo de una ciudad con ganas de revivir la pasión, declarada de Interés Turístico Internacional.
El desfile volvió a iluminar el centro de la ciudad con 33 pasos de las 20 cofradías, todas las de Valladolid, y convirtió el corazón de Valladolid de nuevo en un museo al aire libre. Las tallas de Jesús de la Esperanza y la Sagrada Cena fueron las encargas de abrir el cortejo, que cierran el Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Angustias en un desfile que representa todos los pasos de Cristo hasta su crucifixión.
La procesión arrancó a las 19.30 horas de la iglesia de las Angustias, para caminar por el centro de la ciudad hasta llegar a la plaza Mayor. Es uno de los momentos cumbres del desfile, que entra por la calle Ferrari y efectúa una vuelta casi completa a la plaza, saliendo por la calle de Santiago.
De la plaza Mayor, el cortejo camina por la calle de Santiago, plaza de Zorrilla, Miguel Iscar, Duque de la Victoria, Regalado y Canovas del Castillo, donde finaliza. En la Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias se produce un momento especialmente emotivo, el canto de la Salve Popular, a la llegada de la cofradía titular.
Entre los pasos figuran numerosas piezas de principios del siglo XVI y de la Escuela Castellana, muchas de las cuales pertenecen a Gregorio Fernández, como El Señor Atado a la Columna, el Ecce Homo, y Camino del Calvario. La imagen de Nuestra Señora de las Angustias, que cierra la procesión, pertenece a Juan de Juni. En la lista de escultores también aparecen Pedro y Juan de Ávila, entre otros.
Muchas de las piezas son propiedad del Museo Nacional de Escultura, con sede en Valladolid, las cuales abarcan todas las escenas de la Pasión de Cristo, desde la Última Cena hasta la Soledad de su Madre.
Por su singularidad, esta procesión es mencionada expresamente en la proposición que la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados aprobó en octubre de 2015 para instar al Gobierno a elevar a la UNESCO la declaración de la Semana Santa de Valladolid como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
Su historia se remonta al siglo XVIII cuando la minoría ilustrada de la época realizó una primera propuesta de procesión general, para acabar con la multiplicación de procesiones organizadas por las cinco cofradías históricas y las disputas que derivaban de esto. Las cofradías deseaban mantener su independencia de las autoridades, y así, en la prevista Procesión General de 1731, acabó desfilando únicamente la Cofradía de Jesús Nazareno.
En plena Guerra de la Independencia, las nuevas autoridades ‘afrancesadas’ consiguieron hacer realidad una Procesión General en abril de 1810 en colaboración con las cofradías y el Jefe de Policía, José Timoteo de Monasterio, cofrade de Jesús Nazareno. A lo largo del siglo XIX convivieron las procesiones de Regla de las cofradías penitenciales con la organización de procesiones unificadas el Viernes Santo, con bastante irregularidad y con un continuo descenso del número de cofrades.
Al promover el arzobispo Remigio Gandásegui la recuperación de los pasos y procesiones, la del Viernes Santo se convirtió en el eje vertebrador de la iniciativa. La primera gran Procesión General estaba prevista para 1922, pero tuvo que ser suspendida por la lluvia. En los siguientes años, el recorrido se amplió, manteniéndose ya con pocas variaciones hasta la actualidad. Todas las nuevas cofradías creadas en el siglo XX se han incorporado también, junto a las históricas, a esta procesión.
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