Historia

¿Qué ciudad española enamoró a la Unesco por su casco histórico?

La declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 1985

Vista de Segovia
Vista de SegoviaEduardo MargaretoIcal

Siete son las maravillas del mundo. Pero hay una ciudad española que enamoró a la Unesco por su casco histórico y su rico y variado patrimonio. Este flechazo a primera vista hizo que la organización mundial la declarara Patrimonio de la Humanidad en el año 1985.

La declaración de bienes como Patrimonio Mundial es un reconocimiento que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a los sitios que poseen un Valor Universal Excepcional. Por medio de esta distinción se califican estos bienes como universales, y su disfrute, protección y cuidado pasa a ser reconocido por todos los pueblos del mundo, independientemente del territorio en el que estén localizados.

Entre los cometidos que tiene la UNESCO está promover la identificación, la protección y la preservación del patrimonio cultural y natural de todo el mundo considerado especialmente valioso para la humanidad. Con este objetivo surge la idea de redactar un tratado de carácter internacional que cristalizó en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, aprobado por la UNESCO en 1972. Hasta ahora 193 países han ratificado este documento, lo cual implica una aceptación casi universal- Estos países reconocen así que los sitios localizados en su territorio e inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, sin perjuicio de la soberanía o la propiedad nacionales, constituyen un patrimonio universal en cuya protección y salvaguarda la comunidad internacional entera tiene el deber de cooperar. Gracias a esta Convención se ha podido proteger sitios con valor cultural o natural que se hubieran deteriorado o desaparecido debido a la falta de recursos para preservarlos.

Las Pirámides de Egipto, la Gran Muralla China, los canales de Venecia, las cataratas de Iguazú,… son ejemplo, entre muchos otros, de los 1154 bienes declarados Patrimonio Mundial que están distribuidos en 167 países. España, con 49 bienes, está a la cabeza entre los países con más sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial..

Estos bienes se dividen en tres categorías, en función de sus características: bienes culturales, bienes naturales y bienes mixtos (estos últimos poseen valores tanto culturales como naturales). En la actualidad hay declarados 897 bienes culturales, 218 naturales y 39 mixtos.

De los 49 que existen en España hay una que está en boca de propios y extraños por su majestuoso Acueducto, lo que provocó que en diciembre de 1985, la Unesco la incluyera en el listado de Ciudades Patrimonio por la belleza de su enclave, de su entorno, de sus edificios, arboledas y calles. Sin embargo, la ciudad va más allá de lo físico, pues el elemento humano, el que la ha creado y que ha sido parte de ella, no se ve y, sin embargo, es la esencia misma de la ciudad. Segovia es así porque desde ella Alfonso X estudiaba el firmamento, porque Quevedo se inspiró en sus espacios y sus gentes para escribir el Buscón don Pablos, porque en esta ciudad fue proclamada Reina de Castilla Isabel I, la Católica, y porque aquí se guarda el primer libro impreso en España, “el Sinodal de Aguilafuente”.

 

A Segovia la han hecho los místicos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, y los valientes guerreros Juan Bravo, el Comunero, o Día Sanz y Fernán García conquistadores de Madrid a los moros. Pero también a Segovia la han dado forma y sentido la palabra de María Zambrano, los paseos, tertulias y clases de Antonio Machado en el Instituto, Gómez de la Serna desvelando “El secreto del Acueducto” y Louis Proust investigando en el Real Laboratorio de Química a la sombra del Alcázar.

Las calles y las plazas de la ciudad se convierten varias veces al año en escenario de actividades artísticas. Durante la Semana Santa, el interior de los templos ofrece a los melómanos la ocasión de disfrutar de sobrecogedores conciertos durante la Semana de Música Sacra. En mayo, Titirimundi llena los espacios de títeres y marionetas ávidos de contar historias imposibles, llenas de magia e imaginación. Folksegovia, por su parte, es otro de los festivales imprescindibles, una cita en la que confluyen las músicas del mundo durante el mes de junio.

La ciudad de Segovia está rodeada por arboledas y huertas que hacen del lugar un paisaje pintoresco. Tuvo una relevante importancia en el Imperio Romano y también fue lugar de asentamiento de visigodos. Conserva un gran conjunto románico de valor y destacó su industria pañera a finales de la Edad Media, alcanzando su apogeo en el siglo XVI.

Su principal monumento es el Acueducto, que fue construido probablemente en la época de los Flavios, entre la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II, siendo emperadores Vespasiano y Trajano, con el fin de transportar el agua del río Acebeda hasta la ciudad. Esta impresionante obra de ingeniería, en excelente estado de conservación, comienza cerca del Palacio de la Granja con arcos sencillos que conducen el agua hasta la cisterna conocida como el Caserón. Posteriormente, un canal de sillares la transporta hasta una segunda torre y, al llegar a la plaza de Díaz Sanz, comienzan a formarse dos monumentales filas de arcos superpuestos. Sus 20.400 bloques de piedra no están unidos por masa ni cemento alguno, y se mantienen en un perfecto y sólido equilibrio de fuerzas. La altura máxima de la construcción se alcanza en la Plaza del Azoguejo con 28,10 m de altura y un total de 167 arcos.

 

Pero Segovia es mucho más que el Acueducto, Segovia es un Alcázar que recuerda a los castillos centroeuropeos, que data de principios del siglo XII, es uno de los castillos medievales más famosos del mundo​ y uno de los monumentos más visitados de España.​ Por sus estancias han pasado veintidós reyes,​ además de algunos de los personajes más destacados de la historia. Su imponente perfil se levanta, majestuoso, sobre el valle del Eresma y es símbolo de la Ciudad vieja de Segovia.

Palacio y fortaleza de los Reyes de Castilla, su traza refleja el esplendor de la Corte durante el medievo, y sus muros han sido testigos de batallas, intrigas palaciegas, bodas reales y sucesos asombrosos. En su ya milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado,​ Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.

 

La capital segoviana también destaca por sus iglesias románicas de gran atractivo espiritual, que confluyen en la Catedral de Santa María, que es la última catedral de estilo gótico que se condtruyó en España, edificada entre los siglos XVI y XVIII. Está considerada como la obra maestra del gótico vasco-castellano y se la conoce como “La Dama de las Catedrales” por sus dimensiones y su elegancia.

En el exterior del edificio destaca su torre de 88 metros de altura, pero en su interior podréis visitar la capilla del Santísimo, el retablo de Sabatini, el claustro y la sala de pintura.

La catedral fue consagrada en 1768 y tiene unas dimensiones de 105 metros de largo, 50 de ancho y 33 de altura en la nave central; consta de 18 capillas y dispone de tres puertas de acceso: la del Perdón, la de San Frutos y la de San Geroteo, primer obispo de la diócesis.

 

Segovia, como ya hemos visto, es patrimonio, es historia, es naturaleza, pero también es gastronomía, ya que es una de las ciudades donde mejor se come de España, y cuenta con algunos de los restaurantes más emblemáticos de nuestro país. La capital segoviana es considerada el centro de lo que se conoce como asado castellano.​ Los mesones segovianos son muy conocidos en toda España y ofrecen sus característicos asados a los clientes.

El mesonero Cándido al hacerse propietario en Segovia del Mesón del Azoguejo en 1931 se hace popular por cocinar el cochinillo asado en el que será denominado a partir de entonces como Mesón Cándido.​ Popularizando no sólo el asado de cochinillo sino su forma particular de trincharlo con platos.

 

La abundante ganadería que existe en la provincia permite realizar un queso castellano de fama, como son los de Cuéllar, y también los de Sacramenia. A pesar de ser conocida la carne y sus preparaciones de asados castellanos, la provincia posee abundantes recursos hortofrutícolas. Son famosos las preparaciones de asados como pueden ser el lechazo asado o el cochinillo. Es conocido el frite de carne de cordero de Pedraza. Dentro de las preparaciones del cerdo debidas a las matanza del cerdo se tienen numerosos productos de chacinería: el lomo embuchado. Una de las más conocidas es el chorizo de Cantimpalos.

Dentro de las legumbres segovianas, la más representativa es el judión de La Granja, una especie de judía de hoja más ancha que se cultiva en las huertas del municipio de Real Sitio de San Ildefonso, que durante las fiestas patronales de San Luis realiza la Judiada, que consiste en una preparación de una fabada multitudinaria con este producto. Se caracteriza por su gran tamaño. Los garbanzos de Santa María la Real de Nieva, o de Santiuste son conocidos, así como los del municipio segoviano de Valseca. Todos ellos participan en los cocidos famosos en la gastronomía de la provincia como son los de Pedraza. La provincia produce algunos productos de la huerta como son las endibias, las remolachas, las patatas, tomates, los guisantes y fresas, siendo especialmente destacadas las que se cultivan en la comarca de El Carracillo.

 

Uno de los elementos más representativos de la repostería segoviana es el delicado ponche segoviano, de cremoso interior y tostada apariencia. Las rosquillas segovianas, los mantecados de Sepúlveda y los bolillos de Carnaval. Además, en el Real Sitio de San Ildefonso es típica la torta de Valsaín que consiste en una masa similar al bizcocho rellena de anises en grano y recubierta de azúcar, a la que en la zona de Cuéllar se le añaden chicharrones de la matanza del cerdo y es denominada torta de chicharrones.