Sociedad

Los radares móviles de la Guardia Civil ‘cazan’ a más de 145.000 vehículos, un 48% más que antes de la pandemia

Bajan las denuncias por hablar por el móvil, por no llevar el cinturón de seguriad y los positivos en controles de alcoholemia

Radar de la Guardia Civil
Radar de la Guardia CivilIcalIcal

Los radares móviles de la Guardia Civil ‘cazaron’ el pasado año en la Comunidad a más de 145.000 vehículos por exceso de velocidad, un 48,7 por ciento más que en 2019, mientras que el total de las denuncias rebasaron las 244.000, superando en un 16,7 por ciento los niveles prepandemia, registrándose caídas en las multas por hablar por el móvil, no llevar puesto el cinturón de seguridad o por positivos de alcoholemia.

El jefe del Sector de Tráfico de la Guardia Civil en Castilla y León, el teniente coronel Francisco González Iturralde, explica que este incremento de las denuncias por exceso de velocidad está en relación con los estudios de la Dirección General de Tráfico (DGT) que ponen de manifiesto un incremento de la velocidad media por la que se circula en las carreteras de la Comunidad.

Tras el exceso de velocidad, la segunda infracción más común fue conducir sin la ITV en vigor, con más de 23.600 denuncias, que suponen un incremento del cinco por ciento con respecto a 2019. En tercer lugar y como en años anteriores, aparecen las denuncias por no llevar puesto el cinturón de seguridad, con 8.270 (-23 por ciento), seguidas por los positivos en los controles de alcoholemia, con 5.227 (2,1 por ciento menos), y por conducir utilizando el teléfono móvil, que sumaron 4.446 (41,6 por ciento menos).

Además, por positivos de drogas se impusieron 2.702 denuncias (-21,6 por ciento); por carecer del seguro obligatorio 3.395 (14,4 por ciento menos); por el mal estado de los neumáticos, 2.836 (25,4 por ciento menos), y por defectos en el alumbrado o el sistema de señalización, 2.416 (35,5 por ciento menos).

Con estos datos, González Iturralde lamenta que todavía sean más de 22 las denuncias diarias que se imponen al día por no utilizar el cinturón de seguridad, cuando todo el mundo sabe que es una de las medidas de seguridad que más víctimas salvan en casos de accidente, o que más de una docena de conductores sean sancionados todos los días por utilizar el teléfono móvil mientras conducían, a pesar de que se trata de uno de los principales factores de distracción al volante.

Por provincias, Burgos volvió a situarse en cabeza con 60.282 denuncias, y también fue la provincia donde más crecieron las infracciones con respecto a 2019, al subir un 41,2 por ciento. Después se situó Valladolid con 34.353 (3,8 por ciento más) y León, con 27.653 (1,04 menos). En el lado opuesto se sitúa la provincia de Zamora, con 13.918 (33,8 por ciento más) y seguida de Palencia, con 15.508 (24,7 por ciento más).

En Salamanca se impusieron 31.774 denuncias (31,5 por ciento más); en Ávila, 19.441 (37,8 por ciento más) y en Segovia, 22.215 (6,4 por ciento menos), y en Soria, 19.382 (6,9 por ciento más).

Delitos

Además de las denuncias, durante el pasado año el Sector de Tráfico de la Guardia Civil también detuvo o investigó a 1.981 conductores por delitos relacionados con la seguridad del tráfico, una cifra ligeramente mayor a la registrada en 2019, cuando se alcanzaron los 1.961, lo que supone una subida del 1,02 por ciento con respecto a 2019.

Aunque en este periodo ha caído un 6,16 por ciento, la conducción bajo los efectos del alcohol continúa siendo la primera causa de los delitos contra la seguridad vial, con 973 detenidos, que representan casi la mitad, por detrás de las personas investigadas por conducir sin carné, por no tener el permiso en vigor o por hacerlo sin haber obtenido nunca el mismo. Así, el pasado año se investigó por este delito a 822 conductores, lo que supone el 41,4 por ciento del total de los delitos contra la Seguridad Vial.

De estos 822 investigados, 464 (9,43 por ciento más) fueron por conducir habiendo perdido todos los puntos del permiso, 236 (-ç4,45 por ciento menos) por manejar un vehículo sin haber obtenido nunca el carné; 111 (23,33 por ciento) por hacerlo después de haberlo perdido cautelarmente por una sentencia judicial y en once casos (15,38 por ciento menos) se trataba de personas que fueron sorprendidas conduciendo a pesar de haber sido privadas definitivamente de la licencia por decisión judicial.

Además, se iniciaron diligencias penales a 62 conductores que se negaron a someterse a la prueba de alcoholemia (29,1 por ciento más); 40 por exceso de velocidad (73,9 por ciento más), 34 por conducción temeraria (15 por ciento menos), 12 por conducir bajo los efectos de drogas, 65 por delito de conducción temeraria, nueve por abandono del lugar del accidente y cuatro por delito de grave riesgo para circulación.

Por provincias, León se situó en cabeza con 398 delitos (4,1 por ciento menos), por delante de Valladolid con 332 (3,75 por ciento más) y Burgos, con 251 (1,57 por ciento menos). No obstante, el mayor crecimiento lo experimentó Zamora con un 58,5 por ciento, hasta los 195 delitos, seguida de Palencia con una subida del 25,7 por ciento (171). Por el contrario, la caída más notable correspondió a Segovia un descenso del 21,8 por ciento, hasta los 157 delitos. También hubo caídas en Salamanca (14,4 por ciento menos), hasta los 172, y en Ávila, que sumó 154 (8,33 por ciento menos). En la provincia de Soria no hubo variaciones y se contabilizaron 115 delitos contra la seguridad vial, informa Ical.