
Naturaleza
¿Sabes de setas? La especie mortal que se confunde con un champiñón silvestre
Los expertos reniegan de las aplicaciones de móvil y apelan a las reglas universales de olor, color o hábitat para separar los hongos comestibles de los venenosas

El otoño es una de las épocas más especiales y esperadas del año por la recolección de setas y hongos. Y aunque la campaña micológica de este año se está dejan desear más de la cuenta debido a la ausencia de lluvias, las últimas precipitaciones caídas esta semana y las que se esperan desde hoy animan la temporada.
Los amantes de la micología están de enhorabuena, navaja en mano y con la cesta lista, y ya se frotan las manos ante unas semanas en las que esperan recolectar este fruto tan preciado de pinares y montes, antes también de que las heladas nocturnas hagan su aparición.
Los recolectores ya están ojo avizor a la captura de boletus, sobre etodo los edulis y los pinícolas, los níscalos, las setas de cardo o la Amanita caesarea (oronja), que son quizas las joyas gastronómicas que se extraen de la tierra en esta época más apreciadas en Castilla y León.
También abundan los perrechicos, las senderuelas (Marasmius oreades), las trompetas de los muertos o las angulas de monte, que son igualmente unas setas apreciadas y buscadas por los recolectores.
Sin embargo, antes de salir al monte hay que tener en cuenta que hay especies de setas y hongos que son tóxicas y que además se parecen mucho a otras habituales que sí que son comestibles, por lo que hay que tenerlo muy claro a la hora de recolectar y comer, ya que la inexperiencia puede llevar a una tragedia.
De hecho, la confusión más habitual a la vez que peligrosa es la que se da entre el champiñón silvestre con la Amanita phalloides -crecen en los mismos tipos de bosque-, que es mortal. Además, los síntomas graves por ingerir este hongo tardan al menos un día en aparecer y cuando el hígado ya está gravemente dañado.
¿Cómo diferenciarlas?
Pues los champiñones disponen de unas láminas que mutan de un color rosa pálido a otro más intenso y gris marrón en la madurez, mientras las láminas de las amanitas son blancas siempre y están ornamentadas en la base del pie por una especie de saco membranoso que se llama volva que los champiñones silvestres no tieen.

Otras dos setas que suelen confundirse y provocan intoxicaciones cada año son la conocida como seta pérfida (Entoloma sinuatum) y el popular perrechico o seta de San Jorge. La primera, de color blanquecino en el sombrero y en el pie, sobresale por su aspcto carnoso que llama la atención así como por su olor a harina fresca y pepino. El perrechico es también de tonalidad blanco crema y desprende igualmente un aroma a harina muy intenso, pero con láminas blanco crema.
Hay que tener en cuenta para poder diferenciarlas que la primera abunda entre la hierba y restos vegetales salpicados de espinos, mientras que la pérfida suele crecer bajo los rrobles principalmente.
También es bueno saber que el perrechico sale en primaveral y la pérfida es más de verano y principio de otoño en lugares más bien frescos.
Pero dicho todo esto, los expertos advierten de las aplicaciones de móvil y apelan a las reglas universales de olor, color o hábitat para separar las comestibles de las venenosas
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