Patrimonio
La sobria iglesia que cuenta con el escudo de piedra más grande del mundo
Es de estilo renacentista
Las ciudades españolas cuentan con numerosas joyas arquitectónicas que ni te das cuenta que están ahí. Es el caso del escudo de piedra más grande del mundo, que se encuentra en una sobria iglesia de una capital, que ha sido partícipe de la historia de esa, y que en muchas ocasiones no te das cuentas de que está. En esta ocasión se encuentra cercana a una facultad y cientos de universitarios pasan sobre él, cada día.
La heráldica eclesiástica es más típica de otra época, en la de plasmar tu escudo te daba importancia. Es lo que debío pensar el autor de la pieza, que quiso que se viera bien el escudo de su familia. La Heráldica eclesiástica nace en el siglo XIII, y como continuación de la Heráldica militar, es la religiosa la primera que hace su aparición. Sirve para distinguir, a través de los escudos grabados en los sellos episcopales y para acreditar el origen de los documentos, identificar la diócesis que los despachaba y al ordinario cuya firma los daba validez. Se conservan algunos documentos anteriores a dicha época que se autentizan con escudo de armas eclesiásticas.
Las primitivas armas eclesiásticas corresponden a los blasones gentilicios de la familia del prelado, los cuales las emplean puras al diferenciarse por la boca del escudo de las del jefe de la casa y, por otro lado, al carecer de descendientes, al menos legítimos, se agota en ellos el uso de las mismas.
En infinidad de iglesias se encuentran blasones gentilicios, es decir, correspondientes a personas sin relación aparente, al menos, con la jerarquía eclesiástica. La presencia de estas armas en los lugares sagrados se deben a tres razones muy diferentes: por patronatos, por sepulturas y por donación.
Las primeras, siendo las más difundidas; son las menos reconocidas por los posibles derechos derivados de su presencia en determinadas capillas o altares y que pudieran reivindicar los descendientes de los fundadores del patronato. Las segundas corresponden a los enterramientos en las iglesias, costumbre decaída principalmente por razón de policía e higiene, pero cuya existencia es innegable y se debe a la adquisición realizada en tiempos para obtener una sepultura digna en el recinto sagrado, cuando se enterraba aún dentro de las Iglesias o en sus cercanías inmediatas.
Su actual costumbre queda reducida casi exclusivamente a las altas jerarquías de la iglesia o a personas de sangre real. Y la tercera que es la única que continúa subsistiendo, aunque de manera muy limitada, obedece a una concesión especial derivada de una importante donación, bien por su donante o por servicios excepcionales a la nación o de generoso beneficio para la institución. El blasón eclesiástico representa a las armas temporales de las personas, mientras que el timbre indica el rango y la dignidad.
Para significar las dignidades eclesiásticas, el arte heráldico se sirve de varios elementos litúrgicos, y muy principalmente del sobrero o capelo, como al laico le sirve de empleo del casco o de la corona. Para regular el uso de los escudos eclesiásticos, los Estados de la Iglesia fundan en 1853, antes de la incorporación violenta de Roma a la unidad italiana, un "Istituto Araldico Romano" para la composición y ordenación de los escudos de armas eclesiásticos en relación con las dignidades por quienes por sus cargos desempeñaban éstas.
En 1969, Pablo VI eliminó del escudo de los obispos y cardenales el uso de la mitra y el báculo mediante el decreto Ut sive sollicite. Los presbíteros y diáconos, por lo general, no utilizan escudo de armas, salvo que lo utilicen por otras razones (por ejemplo, la pertenencia a una familia con títulos nobiliarios); en esos casos, deberán timbrar su escudo con el capelo correspondiente.
Escudo de piedra más grande del mundo
Para dar relevancia a esta heráldica muchos templos la plasmaban en sus paredes, pero hay uno que destaca por encima de todos, ya que es el escudo de piedra más grande del mundo, y se encuentra en la Iglesia de Santa María la Magdalena de Valladolid. Se trata de un templo parroquial católico situado en la calle Colón, frente al Museo de Colón y junto a la Facultad de Medicina y el Monasterio de las Huelgas Reales.
Los orígenes de la iglesia datan de mediados del siglo XII, cuando, sobre una de las puertas de la muralla de Valladolid, que se encontraba en el ámbito de la actual iglesia, se erigió una pequeña capilla. Hacia 1538 fue edificada, asociada al edificio medieval, una capilla sepulcral mandada construir por el doctor Corral. Esta capilla posee planta cuadrangular y se cubre con bóveda de terceletes y combados.
El abulense Pedro de la Gasca reconstruyó a partir de 1566 toda la iglesia parroquial, con la idea de que sirviera de enterramiento suyo y que pregonara su grandeza. De la Gasca demostró fidelidad a la Corona ya desde la Guerra de las Comunidades de Castilla en 1521. El 16 de febrero de 1546 Carlos V le nombro presidente de la Audiencia de Lima y, a su vuelta, obispo de Palencia y de Sigüenza, donde murió en 1567.
Para conseguir transmitir su majestuosidad Pedro de la Gasca contrató a los mejores arquitectos y escultores de la época para el proyecto de la Iglesia. Lo primero que ordenó fue construir la capilla mayor a cargo del reputado renacentitsta Rodrigo Gil de Hontañón, que también se encargaría de diseñar su única nave de grandes proporciones, con una bóveda de crucería estrellada y soportada por altos contrafuertes en el exterior.
Sin embargo, el crucero del lado de la Epístola no pudo ser realizado al estar en su solar la capilla del Doctor Corral. Se ofreció a los descendientes de este demoler la capilla y reedificarla en un lugar adecuado y abierta a la nave de la nueva iglesia. Los descendientes del doctor Corral se negaron y por ello la iglesia actual muestra la notable asimetría de no tener el brazo del crucero del lado de la Epístola.
Por el exterior se puede ver incluso cómo están dispuestos los arranques de las bóvedas que hubieran cubierto ese brazo del crucero no realizado. Todo el edificio está realizado en ladrillo, tapial y piedra, ésta última reservada para los lugares más nobles y más comprometidos constructivamente.
La majestuosa fachada de los pies presenta un gran rectángulo de piedra y está presidida por el descomunal escudo de estilo renacentista del patrón, que deja evidencia de su identidad, de su patronazgo, y así asegura su paso a la posteridad. Es el escudo esculpido en piedra más grande del mundo. En la parte inferior, la fachada lleva dos puertas gemelas de medio punto y al lado del evangelio se levanta una torre de planta cuadrada con un cuerpo superior de campanas, torre que fue reconstruida en la década de 1940, respetando totalmente su fisonomía original, ya que se hundió en 1938 debido al mal estado de sus fábricas.
A pesar de las avanzadas fechas en las que fue realizado, el templo se cubre con bóvedas de crucería estrellada, con terceletes y combados. En las claves muestra las armas del patrono, que se repiten en numerosos lugares del interior y exterior del edificio. A lo largo de las paredes del templo, a la altura del arranque de las bóvedas, corre un friso con una leyenda relativa al Patronato del templo. El maestro de obras Francisco del Río fue el encargado de la construcción.
En el interior destaca el sepulcro de Pedro de la Gasca, en alabastro y jaspe, obra del escultor romanista Esteban Jordán. El obispo aparece con todos sus atributos episcopales: capa pluvial, mitra y báculo. En un principio este sepulcro se encontraba en la capilla mayor, aunque fue trasladado a mediados del siglo XX a su localización actual, en el centro de la nave de la iglesia, para desentorpecer el culto.
El retablo mayor posee traza manierista y las esculturas se deben también a Jordán que trabajó en ellas de 1571 a 1575, encargándose de la arquitectura, escultura y policromía. El retablo muestra banco, tres cuerpos y ático, con tres calles. En el banco se encuentran pasajes de la vida de Santa María Magdalena. Una imagen de la santa dispuesta en el primer cuerpo y representada en el momento de su traslación, preside el retablo. En los cuerpos segundo y tercer y en el ático, se encuentran pasajes de la vida de Cristo en relieve. El retablo se corona con un Calvario, flanqueado por sendos escudos de De la Gasca.
La capilla del Doctor Corra está presidida por un magnífico retablo plateresco tallado a mediados del siglo XVI por Francisco Giralte, que muestra pasajes de la vida de Cristo. Se trata de uno de los retablos señeros de su época. En la misma capilla también existe una notable reja de hierro coetánea del retablo.
En otra de las capillas se encuentra el Cristo de las Batallas, obra de Francisco de Rincón y que es muy similar al Cristo de los Carboneros de la iglesia de las Angustias. Ambas obras participan en las procesiones de la Semana Santa de Valladolid. En el crucero, en un retablo barroco con temas de la Pasión de Cristo figura el Cristo del Perdón, obra de la segunda mitad del siglo XVII. En la sacristía hay un crucifijo de escuela de Jordán y en el coro alto, un órgano barroco del siglo XVIII, que ha perdido sus tubos.
Otras Iglesias famosas de Valladolid
Por suerte la Iglesia de Santa María la Magdalena de Valladolid no es la única famosa de la capital vallisoletana. Son muchas las que cuentan con una enorme belleza.
- Iglesia de la Antigua: La iglesia de Santa María de La Antigua se levanta desde al menos el siglo XII. Conserva de fines de esa centuria o principios de la siguiente una esbelta torre románica rematada con una flecha recubierta de teja, que la hace ser, con el de la iglesia de San Esteban (Segovia), el campanario románico más alto de España y la Península ibérica en la actualidad, y un pórtico en el lado norte también románico. El resto del eficio es gótico y neogótico, pues se levantó en el siglo XIV y, tras posteriores añadidos en diferentes estilos, fue intensamente restaurado y reconstruido en la primera mitad del siglo XX.
Posiblemente sea una de las parroquias con más historia de Valladolid. Bajo el actual edificio se han encontrado restos de unos baños romanos. Aunque tradicionalmente está asociada con el conde Pedro Ansúrez, lo cierto es que su existencia aparece por vez primera en la documentación en 1.177.
- Iglesia de San Pablo: Situada en la plaza del mismo nombre, es el único resto que se conserva de un antiguo convento dominico. Hoy es uno de los edificios religiosos más representativos de Valladolid, además de uno de los más bellos ejemplos del estilo gótico isabelino. El convento fue fundado en 1260 por la reina Violante de Aragón y Hungría, esposa de Alfonso X el Sabio.
En la iglesia fueron bautizados los reyes Felipe II, Felipe IV y Ana Mauricia de Austria. Del primero cuenta la leyenda que le sacaron del Palacio de Pimentel a través de una ventana con una cadena, porque si salía por la puerta principal tendría que ser bautizado en la Iglesia de San Martín. Uno de sus mayores impulsores fue el Duque de Lerma, sus restos descansan en la Capilla Mayor junto a su esposa. El elemento más destacado es su fachada, concebida como un gran retablo de piedra con escenas religiosas, animales, motivos vegetables y escudos de armas.
- Iglesia de San Benito: La Iglesia de San Benito el Real, de la orden benedictina, es uno de los templos más antiguos de Valladolid. Fue erigida sobre el antiguo Alcázar Real y está realizada en estilo gótico, aunque la fachada en forma de torre pórtico es posterior. La fachada fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón en 1569. Originalmente, esta torre poseía bastante más altura por la existencia de otros dos cuerpos para el campanario, que se encontraban sobre los actuales, y que gueron derribados en el siglo XIX por amenazar ruina.
Adosado a la iglesia se encuentra el gran edificio monacal, que cuenta con tres claustros, uno de ellos el conocido Patio Herreriano, hoy museo de arte contemporáneo, y una fachada principal manierista diseñada por Juan del Ribero Rada.
- Iglesia de El Salvador.
- Iglesia de San Martín, destaca por su torre gótica del siglo XIII.
- Iglesia de San Juan de Letrán, famosa por su monumental fachada barroca.
- Iglesia de las Angustias, sede de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias.
- Iglesia de San Agustín, único resto que se conserva de un antiguo convento, hoy convertida en Archivo Municipal.
- Iglesia de Santiago, destaca el artesonado del coro y el retablo obra de Alonso Berruguete.
- Iglesia de San Lorenzo, en su interior se guarda la imagen de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid.
- Iglesia de la Pasión, cuenta con una fachada barroca con balconada para seguir los pasos de la Semana Santa.
- Iglesia de San Miguel y San Julián, sobre todo llama la atención su colección de tallas, retablos y pinturas de artistas como Gregorio Fernández, Pedro de Sierra o Gil de Mena.
- Iglesia de Jesús Nazareno, uno de los pocos templos penitenciales de Valladolid que todavía permanecen abiertos al culto.
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