Medio ambiente
Suárez-Quiñones avanza un aumento de la población de lobos: "Es algo notorio; la gente de los pueblos lo sabe y lo ve”
La Junta ultima el censo del lobo que presentará a finales de este mes o principios de noviembre y con el que espera que el Gobierno deje sin efecto su sobreprotección a este animal
A finales de este mes de octubre o principios de noviembre, la Junta tendrá listo el censo real del lobo en Castilla y León, según ha avanzado este lunes el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Un censo en el que ya se ha constatado un incremento importante de la población de este animal protegido desde hace más de tres años por el Gobierno de España en el Listado de Especies Protegidas (Lespre). "Es algo notorio y la gente de los pueblos lo sabe y lo ve”, decía el consejero, mientras apuntaba que están depurando la población en zonas de frontera para que sea un censo real "y no se dupliquen ejemplares.
En estos momentos, Castilla y León cuenta actualmente con el 60 por ciento de los lobos de España, y el resto se reparten principalmente entre Galicia, Asturias y Cantabria.
Suárez-Quiñones explicaba que su departamento tiene la obligación de remitir al Gobierno los datos antes de finalizar el año y que este, a su vez, debe informar a la Comisión Europea de la situación de la especie en el territorio nacional.
Unos datos que, a juicio del consejero, van a permitir que el Gobierno de España remita un informe a Europa diciendo que el lobo "está en un estado de conservación favorable”, para que no repita el error cometido en el anterior, de carácter sexenal, en el año 2018-2019, en el que informó a Europa de que estaba en un estado de conservación desfavorable, "que no era correcto -advertía- porque entonces también había un incremento favorable, con un aumento de población constante.
Por ello, pedía al Gobierno que “haga su trabajo y cumpla con su deber, "pero con datos reales.
El consejero se mostraba optimista respecto del censo, ya que considera que permitirá “desbloquear" la falta de controles de población del lobo al sur del río Duero, una zona en la que no se puede gestionar, ni cazar a este animal pero sí realizar controles excepcionales cuando haya daños notorios a la ganadería, como está ocurriendo ahora.
Al respecto, anotaba un incremento de los mismos del 34 por ciento a la extensiva y semiextensiva desde 2021, por lo que el consejero confiaba en que el Gobierno pueda entrar en razón cuando vea que Europa está tratando de flexibilizar la normativa y que esta protección estricta al sur se convierta en una protección simple, como había al norte.
“Y si es mañana, mejor que pasado, deje sin efecto esa orden de incorporación del lobo en el Lespre, que ha sometido a los ganaderos y a Castilla y León a una zozobra enorme por los daños tan terribles que están sufriendo estas poblaciones de la ganadería”, afirmaba, al tiempo que insistía en que la orden ministerial fue un “error" que se estableció y dictó por razones de ideología, "no de equilibrio o falta de población favorable”.
Finalmente, rechazaba que exista una preocupación por que el lobo se acerque a las zonas urbanas, ya que donde está actuando es en las explotaciones ganaderas a pesar de adoptar medidas preventivas y compensar los daños a los ganaderos.
Agua de calidad
En la EDAR de Traspinedo se han invertido caso dos millones de euros, se ubica en la parcela prevista para tal fin en sus normas subsidiarias. Con una superficie de 4.600 metros cuadrados, se encuentra situada entre la margen izquierda del río Duero y la carretera N-122 Valladolid-Soria. La población de diseño de la planta es de 3.900 habitantes equivalentes.
Para llevar las aguas residuales desde el antiguo punto de vertido en el arroyo La Vega, donde las aguas residuales no recibían tratamiento alguno, hasta la nueva instalación de depuración, se ha ejecutado un emisario de 4.000 metros, para cuya construcción se han tenido que superar el cruce de la carretera provincial de Traspinedo VP-2303, la vía férrea Valladolid – Ariza, así como la propia carretera N-122 Valladolid – Soria.
El proceso de depuración está formado por pozo de gruesos, desbaste y desarenado, todo ello alojado en un edificio de proceso, donde se eliminan los sólidos de mayor tamaño, arenas y grasas. El tanque imhoff es el encargado de la reducción de los sólidos suspendidos, almacenamiento y digestión de fangos y del tratamiento biológico mediante biodiscos (eliminar la materia orgánica carbonada y conseguir una reducción del nitrógeno). El último proceso al que se somete el agua es la decantación secundaria en el que se separa el efluente depurado de los fangos formados en los procesos anteriores.
Los fangos decantados en el clarificador se conducen al tanque imhoff para su digestión y desde éste, cada cierto tiempo, se impulsan a la línea de fangos formada por espesador y deshidratación mecánica para su posterior envío a un gestor autorizado que realiza su valorización.
Una vez tratadas las aguas, el efluente depurado en la EDAR se conduce desde un pozo de registro hasta el punto de vertido en el río Duero a través de un nuevo emisario de salida.
Otras actuaciones
El 9 de octubre de 2020 se firmó el Protocolo General de Actuación entre la Comunidad de Castilla y León y las nueve diputaciones provinciales, para promover el establecimiento de sistemas de depuración de las aguas residuales urbanas en los núcleos con población de 500 a 2.000 habitantes equivalentes, con una inversión prevista de 140 millones de euros.
Hasta el momento, el programa de actuación se ha desarrollado en un total de 241 depuradoras, con una dotación financiera de 140 millones de euros compartida entre la Junta de Castilla y León (40 %), diputaciones provinciales (40 %) y ayuntamientos (20 %). La Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente es la encargada de la ejecución de las actuaciones y de su operación y mantenimiento durante 25 años, según datos de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda.
De los proyectos anteriormente mencionados, 117 obras se encuentran en estado de ejecución; 10 proyectos han sido aprobados y con los acuerdos suscritos; 45 han sido redactados pendientes de aprobación municipal, y 50 proyectos están en fase de redacción.
La provincia de Valladolid cuenta en la actualidad con previsión de ejecución de 34 depuradoras y 21 millones de euros de inversión, de las que:
Siete depuradoras están en fase de ejecución: Castronuevo de Esgueva, Geria, Pollos, Ataquines, Tordehumos, Torrelobatón y Villabrágima, encontrándose en distinto grado de avance.
Dos actuaciones se encuentran con el proyecto redactado y el convenio firmado por los ayuntamientos: La Pedraja de Portillo y Villalar de los Comuneros.
Doce depuradoras esperan la firma del convenio: Becilla de Valderaduey, Bolaños de Campos, Ciguñuela, Encinas de Esgueva, Nueva Villa de las Torres, La Parrilla, Pesquera de Duero, Pozal de gallinas, Santibáñez de Valcorba, Siete Iglesias de Trabancos, Villagarcía de Campos y Viloria.
Otros doce proyectos se encuentran en fase de redacción: Castromonte, Montemayor de Pililla, Mota del Marqués, Mucientes, Olivares de Duero, Peñaflor de Hornija, Piña de Esgueva, Rábano, San Román de Hornija, Herrera de Duero, Villafranca de Duero y Villavicencio de los Caballeros.
El programa de depuradoras para poblaciones entre 0 y 500 habitantes equivalentes se firmó el 28 de marzo de 2023 con las diputaciones, y se encuentra en un estado inicial, con una inversión prevista de 125 millones de euros. Hasta el momento cuenta con una única obra en ejecución (La Higuera), 8 proyectos adjudicados, 10 convenios aprobados, 27 pendientes de aprobación municipal y 65 proyectos en redacción.
La provincia de Valladolid cuenta en este momento con 68 actuaciones en fase de análisis y 12 millones de euros de inversión.
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