Medio ambiente

La suerte de pinos y su importancia en la gestión forestal

Vecinos de las comarcas de pinares de Burgos y Soria se movilizan para intentar conservar esta práctica declarada Bien de Interés Cultura y que aspira a ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Zona de pinares de Burgos y Soria
Zona de pinares de Burgos y SoriaRicardo OrdoñezIcal

Hace un año exactamente, el 22 de septiembre de 2023, el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicaba la resolución de la Dirección General de Patrimonio Cultural por el que se iniciaba el procedimiento para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial a la Suerte de Pinos.

Un primer paso que ha animado a los vecinos y a las asociaciones de las comarcas de Pinares de Soria y Burgos a movilizarse para recordar la importancia que tuvo esta práctica en el pasado, y lo necesario que es su conservación hoy en día.

La Suerte de Pinos es un modo tradicional de gestión de los recursos forestales y un privilegio de posesión comunal del bosque, que se remonta a las Cartas Pueblas concedidas por los monarcas del medievo a las poblaciones de la Comarca de Pinares de Burgos y Soria, con las que se pretendía fomentar el asentamientos de los vecinos.

En 1288, Fernando III el Santo fue el encargado de conceder estos derechos de explotación comunal a aquellos vecinos de Duruelo de la Sierra que fueran a poblar el valle del río Gomiel.

Esta práctica, con más de 700 años de historia, y que a lo largo de los siglos ha atraído la atención no solo de otras zonas de España, sino también de fuera de ella, se llevaba a cabo en el mes de septiembre, cuando se efectuaba un recuento del volumen de leña y troncos, y cada Ayuntamiento hacía tantos montones como vecinos tenían derecho a la suerte de pinos. Se llevaba a cabo entonces el sorteo de lotes entre ellos.

Las condiciones de los vecinos para lograr el derecho a la suerte de pinos variaban de un municipio a otro, y requerían haber nacido en el pueblo, que sus padres o abuelos hubiesen nacido también allí, o residir habitualmente en la localidad. También en algunas zonas de la comarca se concedían derechos tras el matrimonio, o media suerte a los solteros mayores de 25 años.

Cada municipio tenía sus propias ordenanzas, tal y como recuerda el presidente de la Cabaña de Carreteros (C.R.C), Antonio Martín Chicote, que indica que hoy en día el reparto individual de la suerte de pinos “ha desaparecido en casi todos los pueblos”, y en su lugar se llevan a cabo repartos de lotes de pinos, a través de vecinos que se juntan en asociaciones y se organizan de forma que se reparten las ganancias entre ellos.

“Hasta los años 60 o 70, la suerte de pinos suponía tres o cuatro meses de trabajo. Servía para pasar el invierno”, explica Martín. Hoy en día, el beneficio económico es mucho menor, y explica que tras los porcentajes que corresponden a la Junta, el Ayuntamiento y Hacienda, “el vecino se queda al final con 150 euros”. Por ello, se teme que al no tener una “utilidad económica”, la suerte de pinos corra “riesgo” de desaparecer.

En este sentido, Martín señala la importancia de que, “por lo menos quede el recuerdo de la Suerte de Pinos como Bien Cultural”, una iniciativa que “permitiría conservarlo a pesar de no ser económicamente rentable”.

En agosto de 2021, el grupo de acción local Asopiva (Asociación Pinares- El Valle) presentó la documentación necesaria para que esta práctica característica de los montes de Pinares fue declarada BIC Inmaterial por la Junta de Castilla y León, un paso previo a tramitar su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Martín recuerda que aunque se han dado los primeros pasos, será un proceso largo, porque incluso desde la Cabaña de Carreteros han presentado una serie de alegaciones pidiendo que se expanda a más pueblos de estas provincias. Sin embargo, añade que estos primeros movimientos ya han dado sus frutos, puesto que han logrado “movilizar” a los pueblos de ambas provincias, y los vecinos comienzan a “darse cuenta” del peligro que corre la suerte de pinos y su necesidad de conservación.

“Lo realmente importante, tarde lo que tarde, es que sirva como está sirviendo, para que los vecinos empiecen a darle una vuelta a sus pensamientos”, añade al respecto.

Con este objetivo, y en apoyo a esta declaración, la Cabaña de Carreteros lleva a cabo durante este 2024 un programa de actividades, que ponen en valor no solo la Suerte de Pinos, sino también la propiedad comunal. En el mes de abril tuvo lugar una Ruta Carreteril con varias mesas redondas y visitas por diferentes pueblos de las provincias burgalesa y soriana, a fin de reivindicar la suerte de pinos; y este mes de octubre las actividades continúan.

De esta forma, la C.R.C prepara para la primera semana de octubre unas jornadas dedicadas a la propiedad comunal, cuyas conclusiones se pondrán en conocimiento de las diferentes instituciones competentes, como es el caso de la Unión Europea, el Gobierno de España, la Junta de Castilla y León.

Según señala Martín, también se pretende hacer llegar estas conclusiones al rey Felipe VI. Estas jornadas tendrán su continuidad en la VIII Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural, Presura 2024, que se celebrará en el parque Madrid Río entre el 18 y el 20 de octubre.