
Gastronomía
El templo gastronómico que seduce al mundo de la farándula y del deporte por su espectacular parrilla
Situado en pleno centro de la Capital de la Tapa, ofrece al comensal hasta cincuenta platos y una amplia carta de vinos de la zona

La región de Castilla y León está considerada como la despensa de España, por la calidad de los alimentos que en esta tierra se producen y se elaboran, pero también como uno de los territorios donde mejor se come de restaurante. Algunos de los mejores mesones, casas de comidas y restaurantes de España se encuentran dispersos a lo largo y ancho de esta comunidad, muchos de ellos ubicados en el medio rural e incluso en la carretera, en los que se debe hacer parada y fonda si se tercia y disfrutar y degustar productos de calidad y elaborados a la manera tradicional o con las últimas técnicas más vanguardistas por algunos de los mejores chefs y cocineros del mundo, que también tienen su trabjajo en Castilla y León.
Y uno de estos templos gastronómicos, protagonista de estas líneas de LA RAZÓN de hoy, se encuentra ubicado en pleno centro de Valladolid y en una de las zonas de ambiente gastronómico de la capital del Pisuerga, considerada igualmente como la capital de la tapa, por la calidad de los pinchos en miniatura que se elaboran y por los emblemáticos y consolidados Concursos Nacional y Mundial de la Tapa que se celebran cada año en otoño.
Pero decíamos que el protagonista ciulinario de esta información se encuentra en la calle Campanas número 4, a escasos tres minutos andando de la Plaza Mayor de Valadolid, en la zona conocida como de Coca, repleta de bares, tabernas y restaurantes donde las tapas, las raciones o los platos y menús que allí se elaboran tienen una gran aceptación.
Se trata del Restaurante Vinotinto, cuyos orígenes se remontan a más de medio siglo, concretamente al año 1967, cuando los padres de el actual propietario de este establecimiento, Óscar Garrote, inauguraron el “Mesón La Fragua” situado en el Paseo de Zorrilla, un local que se convirtió en el primer restaurante de Castilla y León en obtener una estrella Michelin.
El Restaurante Vinotinto nace a finales del siglo pasado, en 1999, en los últimos estertores de la peseta que iba a dar el testigo al euro un año más tarde. El nombre elegido tiene que ver con que su dueño trabajó como patrón de un barco del mismo nombre que navegaba por aguas mallorquinas, según reza la web del establecimiento, que sedecue el cliente nada más entrar por una original decoración ¡donde abunda la madera, con mesas corridas, iluminación industrial y una gran presencia de vinos de la zona, peo tambiémn y sobre todo por su sencillez, cercanía, humildad y por el profundo respeto al trabajo en los fogones y al sabor natural de cada producto que manejan.

Es uno de los restaurantes con mejor aceptación de la ciudad gracias al cálido ambiente que se encuentran los comensales al sentarse, ya sean familias, parejas o grupos de amigos, y la clave de su éxito se basa en que el cliente paga lo que consume, ni más ni menos, pero también por una carta fantástica en la que se incluyen hasta medio centenar de platos, enre los que sobresalen su sabrosa y conocida chuleta de vacuna cocinada con carbón de encina, la jugosa parrillada de verduras, el lagarto ibérico con patatas fritas caseras, el magret de pato, las chuletillas de cordero, la hamburguesa de la casa o la espectacular tortilla de bacalao.
También se puede comer pescado del día a la parrilla, bacalao a la portuguesa, pulpo a la parrilla, alcachofas en aceite de oliva con panceta, una pierna de lechazo, ensaladas varias, perdiz escabechada, unos huevos rotos matanceros (con jijas) o un apetecible solomillo de Cerdo Ibérico con virutas de Queso Curado.
De postre, una tarta de queso, de chocolate, tiramisú, arroz con leche, helados artesanos o el clásico ponche segoviano. Y todo ello regado con una amplia variedad de vinos de todos los colores y por un precio por ración que va desde los 3,50 euros, si pides un gazpacho o unas sopas de ajo, hasta los 47 euros en el caso de la chuleta de vacuno, pasando por los 12 euros que cuesta, por ejemplo, un revuelto de hongos.
También tiene dos menús para grupos por 38 y 42 euros por persona que incluye agua, vino, postre y café de puchero.
Una carta inigualable que atrapa a los amantes del buen comer y mejor beber, pero tambiém a muchos personajes ilustres y de la farándula de España, desde actores, periodistas, políticos o deportistas, que tienen al Restaurante Vinotinto como lugar de obligada parada y fonda cuando visitan Valladolid.

Es el caso de los periodistas Carlos Herrera -que aprovechó su estancia en la ciudad para ver el mano a mano entre Alejandro Talavante y Emilio de Justo, quien logró una nueva puerta grande al cortar tres orejas en este festejo de la vallisoletana Feria Taurina de la Virgen de San Lorenzo-; del periodista deportivo Ernest Riveras; el excampeón ciclista segoviano Pedro Delgado; el cantante Antonio Orozco o el actor y humorista Pepe Viyuela que han sido algunos de los últimos comensales conocidos que han pasado por las mesas de este templo culinario para degustar sus exquisiteces.
Un local que suele ser lugar de culto para quienes gustan del rugby, un deporte muy apegado y arraigado en Valladolid de la mano del VRAC Quesos Entrepinares, asiduos clientes del Vinotitno, o de Club de Rugby El Salvador. También se han pasado por este lugar los jugadores de la selección española de rugby durante su concentración en la capital del Pisuerga para disputar de un partido internacional contra Fiyi el pasado año, e incluso el mítico exjugador de rugby británico Garin Jenkins, que llegó a ser el talonador con más internacionalidades de País de Gales (58) entre 1991 y 2002
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