Vivienda
Un total de 125 viviendas sociales en los últimos años en El Burgo de Osma para asentar población
Desde el Ayuntamiento se ha trabajado especialmente por los jóvenes y se ha cambiado el modo de construcción de las promociones protegidas.
En El Burgo de Osma-Ciudad de Osma se han construido 123 viviendas de protección oficial en los últimos años. La gran mayoría de ellas pensando en los vecinos más jóvenes como destinatarios para que así tuvieran todas las facilidades posibles a la hora de decantarse por seguir residiendo en su localidad. Los empadronados en el municipio han sido los grandes beneficiados de esta medida por la que apostó el Ayuntamiento burgense aportando terrenos, presupuesto y esfuerzo para llevarla a cabo.
Por primera vez, las viviendas de protección han salido del núcleo central de El Burgo llegando hasta la Ciudad de Osma y La Rasa. Además, en la propia villa burgense, se apostó por ubicar este tipo de viviendas en otros puntos diferentes a donde se había realizado hasta entonces en una parte de la calle Acosta; se realizaron promociones en Las Cañadas, Quinto Centenario e Hilarión Eslava. Otra novedad fue el tipo de viviendas puesto que, además de los bloques de pisos, también se apostó por la modalidad de unifamiliares.
Fue a principios de siglo, en el año 2000, cuando se proyectó la primera promoción de viviendas sociales en la Ciudad de Osma. Se construyeron 12 pisos sobre los terrenos que anteriormente ocupó el viejo ayuntamiento y las antiguas escuelas que fueron derrumbadas en 1.999. Construcciones Aranga S.L. se encargó de los trabajos por 98 millones de pesetas de los de entonces. El complejo, entre las calles Ricardo Ayuso y Santa Eulalia, recibió el nombre del patrón de Osma, San Mateo.
La siguiente promoción consistió en seis viviendas en la Travesía de Las Cañadas. Por primera vez, se apostó por esa zona y por la construcción de unifamiliares. Construcciones Edisan S.A. realizó los trabajos cuyo presupuesto final ascendió a 339.745 euros. Las viviendas de Las Cañadas disponen de 87,8 metros cuadrados de superficie útil distribuidos en planta baja y primera con sala de estar-comedor, cocina, cuarto de caldera, tres dormitorios, baño y aseo.
Tras analizar el número de solicitudes recibidas para esas dos promociones, el Ayuntamiento decidió continuar apostando por la vivienda social y proyectó una nueva fase en La Rasa. Construcciones Duratón llevo a cabo la edificación de los 20 adosados.
Con la vista puesta en los más jóvenes se ideó la siguiente promoción de viviendas en la calle Hilarión Eslava en torno al año 2005: 25 pisos de entre 68 y 73 metros cuadrados con un precio máximo de 55.000 euros. También fue Construcciones Duratón quien llevó a cabo el proyecto que recibió de la Junta de Castilla y León una subvención de 600.000 euros para sufragar parte del presupuesto que ascendía a 1.168.000 euros.
El cambio de década trajo consigo un nuevo proyecto, no muy lejos del anterior: 60 viviendas en la calle Quinto Centenario. 42 pisos se destinaron de nuevo a los jóvenes, 16 al público en general y 2 a los minusválidos que se sitúan en la planta baja y cuentan con plaza de garaje y trastero. Estas viviendas alcanzaron un coste de 69.061 euros las más pequeñas y 87.389 las más grandes.
En total 123 viviendas que han permitido a otras tantas familias realizar su vida en la localidad en unas condiciones muy favorables. El alcalde burgense, Antonio Pardo, recuerda que este gran número de viviendas pudo construirse gracias a dos vías: por un lado, la iniciativa propia de la Junta de Castilla y León a la que el Ayuntamiento cedía los terreros y por otro una línea de ayudas del organismo
regional a los ayuntamientos para que promovieran las viviendas con una ayuda de 24.000 euros para cada una. Pardo considera que las necesidades de vivienda en el municipio pasan ahora por la recuperación del casco histórico de la villa y el propio centro de la Ciudad de Osma. El regidor cree que la mejor opción sería lograr una línea de ayudas a los particulares para la recuperación de viviendas en el mundo rural recordando los avances que se dieron con el Área de Rehabilitación Integral del perímetro amurallado o las ayudas a la rehabilitación de fachadas y cubiertas. Otra vía sería lograr una revisión del catálogo de edificios protegidos del Plan General de Ordenación Urbana para que algunas construcciones sin valor histórico pudieran ver readaptadas sus protecciones.
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