Valladolid aclama a su Rey y a la unidad de caballería más antigua del mundo

A pesar de lo desapacible de esta mañana en Valladolid, con temperatura fresca y un viento que cortaba, y de que este jueves es día laborable, cientos de vallisoletanos se acercaban a los alrededores de la Plaza de Colón, Plaza Zorrilla y el Campo Grande para acompañar a Felipe VI, pero también a su querido Regimiento de Caballería Farnesio Número 12 del Ejército de Tierra, la unidad de caballería en activo más antigua del mundo, en el día en el que ha cumplido 375 años de servicio en favor de los españoles.

Y es que el germen de este regimiento se encuentra en el tercio de coraceros del Príncipe Hessen-Homburg, fundado un 7 de marzo de 1649 en Flandes. Desde hace ocho años, se encuadra en la Brigada Galicia VII, una de las más punteras de nuestro Ejército, en palabras del coronel jefe del Regimiento Farnesio Pedro Pascual San José, presente en este acto castrense presidido por Su Majestad el rey,

Felipe VI acudía a esta cita con la historia ataviado con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, donde fue muy aclamado, aplaudido y vitoreado por los asistentes con gritos constantes de ¡Viva el rey!,

El monarca llegaba puntual como es su costumbre a este espacio emblemático de la ciudad de Valladolid junto a la plaza que lleva el nombre del conquistador de América y creador de la Hispanidad, para presidir el desfile militar por el paseo central del pulmón de la capital del Pisuerga en el que han participado alrededor de doscientos militares, entre los que iban a pie, a caballo o en vehículos acorazados.

A su llagada era recibido por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. Posteriormente, el monarca saludaba al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, así como al Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat, antes de pasar revista a las tropas, acompañado del coronel Pascual San José.

Tras estos actos protocolarios el acto comenzaba con la lectura de una reseña histórica de lo que es y ha sido el Regimiento de Caballería Farnesio Número 12. Después, el primero de los vallisoletanos entregaba a este último una estatua en miniatura del Conde Ansúrez, fundador de la ciudad, así como una copia de la Carta Fundacional de la misma.

Posteriormente, y antes de que arrancara el desfile militar, se hacía un emotivo homenaje a la bandera y se cantaba el himno de Caballería.

La unidad motorizada formada por un Escuadrón Ligero Acorazado daba el pistoletazo de salid a la marcha por delante de la tribuna de autoridades, tras la cual continuaron los militares participantes a pie además de las unidades Montadas a Caballo, la Banda de Clarines y Timbales y el Escuadrón de Escolta Real.

Participación en guerras

El regimiento lleva instalado en Valladolid desde 1896, o lo que es lo mismo, 128 años, y a lo largo de sus 375 años de vida ha participado en conflictos bélicos en África, América y Europa y ha formado parte en varias ocasiones de misiones de las Naciones Unidas como en Bosnia-Herzegovina.

En la actualidad, efectivos del Farnesio 12 se encuentran desplegados en diferentes misiones en Líbano, con conflicto con Israel por parte del grupo terrorista palestino Hezbolá, y en Irak. Precisamente en este último país fue donde el regimiento entró por última vez en combate. Fue un 4 de abril de 2004 para defender la base española en Irak de los ataques de una milicia chií.

Entre las guerras en las que este regimiento ha participado a lo largo de su historia se encuentra la de Las Dunas (1659) y Bailén (1808), así como las campañas italianas del siglo XVIII, la guerra de África (1859-1860) y las operaciones posteriores al desastre de Annual en 1921.

El coronel, durante su intervención, reivindicaba la importancia y trascendencia histórica de este regimiento y avanzaba que este año participará en las peraciones más destacadas del Ejército de Tierra, como la de la OTAN en Eslovaquia, además de liderar una importante misión de asistencia a militares ucranianos que combaten contra Rusia.

El jefe del Regimiento finalizaba su intervención en este acto militar reafirmando su compromiso por España y los españoles y su amor por la bandera, y recordando que aunque las glorias del pasado no garantizan el futuro, su voluntad permanece intacta a pesar de haber cambiado el caballo por modernos carros de combate.