Crisis ganadera

Los veterinarios piden la dimisión de Dueñas por su gestión en la tuberculosis bovina

El sindicato Sivecal denuncia pérdidas de casi 4 millones de euros en diez días en el sector, piden que se les tenga en cuenta y llama a los ganaderos a regresar a la senda del diálogo

El sindicato de veterinarios Sivecal expone sus quejas sobre esta grave crisis
El sindicato de veterinarios Sivecal expone sus quejas sobre esta grave crisisRubén CachoIcal

La crisis abierta en el sector ganadero de Castilla y León a cuenta de las medidas de control contra la tuberculosis bovina, con altercados incluidos que han provocado heridos y detenidos, prosigue este miércoles entre las críticas del Gobierno de España a Vox, partido al que el ministro Luis Planas acusa de "inocular" prácticas contrarias a la seguridad y a la sanidad animal, y la petición de dimisión del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, que ha hecho el Sindicato de Veterinarios de Castilla y León (Sivecal).

Esta entidad ha mostrado hoy su malestar por todo lo que está aconteciendo en torno a este "grave problema", sobre todo por el impacto económico que dice que ha tenido en tan solo diez días, que el sindicato estima en casi 4 millones de euros, y por eso, además de Dueñas, piden también la dimisión del resto de responsables políticos implicados en la resolución del pasado 10 de mayo que flexibilizaba el movimiento del ganado en contra de la normativa nacional y europea.

Un conflicto que ha surgido como consecuencia de la Orden del Gobierno para contrarrestar los efectos de la resolución de la Junta, en cuya elaboración, denuncian desde Sivecal, no se tuvo en cuenta los criterios técnicos de los veterinarios de la Administración autonómica y que contemplaba “cosas de una gravedad impresionante” para la salud pública como el movimiento de animales “sin garantías sanitarias” o la asistencia de animales a certámenes “sin prueba sanitaria”.

Desde este sindicato rechazan la violencia y condenan lo ocurrido el pasado lunes en la sede de la Junta en Salamanca, una protesta en la que se dieron cita centenares de ganaderos, comenzó con pitadas, cencerros y gritos de dimisión, para desembocar en el lanzamiento de huevos, bengalas, pintura y petardos a las paredes del edificio, y tienden la mano al conjunto del sector para recuperar la senda del diálogo “pero con los técnicos, no con los políticos”.

Su objetivo: regresar a la calma y que se les tenga en cuenta al elaborar medidas o leyes que afecten al sector, pero, sobre todo, mejorar los programas de prevención, control y erradicación de la tuberculosis bovina en Castilla y León.

Desde la Junta, el consejero Gerardo Dueñas ha garantizado a los afectados la protección de los intereses del sector "donde sea necesario, desde el pleno respeto a la legalidad y a las instituciones".