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Cultura

La villa mejor conservada del mundo es la preferida por los internautas para visitar en otoño, y está en España

Alberga un castillo impresionante y una de las plazas porticadas más espectaculares de toda Europa

La localidad segoviana de Pedraza Nacho ValverdeIcal

Cada vez más los españoles nos guiamos de internet y de las redes sociales para elegir nuestro futuro viaje. Por este motivo cada vez son más numerosas las encuestas que se hacen para elegir los destinos preferidos. Y la mayoría lo tiene muy claro la villa medieval mejor conservada del mundo es el municipio preferido por los internautas para disfrutar de un fin de semana mágico. Y lo mejor de todo es que está en España.

Nuestro país cuenta con cientos de pueblos que tienen sus propias costumbres y que están llenos de historia. Ahora en pleno otoño, el tipo de turismo empieza a cambiar, pasando de las playas a opciones más rurales y acogedoras. Tanto este aspecto como la gran oferta gastronómica son dos de los principales factores que los turistas tienen en cuenta.

La principal característica es que la villa en cuestión es que es un pueblo medieval, que suelen ser los más vistosos y atractivos de los turistas, sobre todo en esta época del año, en el que se busca más un atractivo patrimonio y una rica comida, que el descanso en la playa o en una piscina.

Comúnmente se conoce a las villas medievales como un lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de los habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia. A estos centros acudían los campesinos a vender sus excedentes (cereales, frutas, carne, etc), a la vez que compraban artículos de uso cotidiano elaborados por los artesanos (herramientas, cerámica, o ropa…). Por ello el comercio ha sido caracterizado como su función principal, y por ese motivo se requirió que hubiera disposición de plazas o espacios públicos para poder realizar tareas de mercado.

Estaban rodeadas de altas murallas para su protección y algunas contaban con una fortaleza construida dentro del recinto de la ciudad conocida como ciudadela. En sus puertas se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. Las puertas se cerraban por la noche pero por el día permanecían abiertas.

Los edificios más destacados eran la catedral, la casa consistorial, la universidad, la lonja, las Iglesias y conventos, las hospederías, los hospitales y los palacios de algunos nobles y burgueses. La ciudad se dividía en barrios, cada uno con su propia parroquia.

Disponían de un gran espacio abierto, la plaza del mercado, donde los comerciantes y campesinos instalaban sus tenderetes y en el que tenían lugar los principales acontecimientos de la ciudad: las representaciones de los artistas, las celebraciones festivas y los ajusticiamientos.

Pedraza

Pues la villa preferida de los internautas por su espectacular patrimonio, con un impresionante castillo y una de las plazas porticadas más bonitas de Europa, su riqueza natural y su sabrosa gastronomía no es otra que la segoviana de Pedraza.

Su configuración geográfica favorece un asentamiento temprano; hay indicios de población prehistórica en los valles que arropan al río Cega y se han encontrado restos junto a la actual explanada del castillo de cerámica hecha a mano que hacen suponer que la propia roca donde hoy se asienta Pedraza estaba ya habitada hacia el siglo IV a. C. por un núcleo de población celtibérica. Posteriormente, hay certeza de una ocupación en época romana, incluso existe una teoría que sitúa el origen del emperador Trajano en Pedraza.

Pero hay de dar un salto a la Edad Media, para encontrar datos más fiables. En el siglo XI se produce la Reconquista definitiva y queda definida la frontera entre Castilla y Al-Andalus. Es entonces cuando aparecen las llamadas Comunidades o Universidades de Tierra, a través de los cuales se realizó la colonización y repoblación de las tierras reconquistadas. La Comunidad de la Villa y Tierra de Pedraza abarca hoy 18 municipios y funciona como una institución administrativa de su patrimonio comunal.

Desde mediados del siglo XIV, Pedraza fue dominio señorial situación que se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX en que los señoríos fueron abolidos. D. Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla y primer duque de Frías obtiene el señorío de Pedraza en el siglo XV a través de una dote matrimonial. Con ello, Pedraza pasa a ser residencia de varios señores de la poderosa Casa de Velasco, condestables de Castilla desde mediados del siglo XV a mediados del XVI. A partir de la llegada de los Velasco, la villa comienza a llenarse de casas nobles cubiertas de blasones. Además los ganaderos más ricos acuden a avecindarse en la villa, pues ello les da derecho a que sus ovejas merinas pasten en prados comunales.

Los siglos XVI y XVII corresponden a la época de mayor esplendor de Pedraza, gracias a la cabaña de ovejas merinas y al Honrado Concejo de la Mesta, una tupida red de cañadas para facilitar el tráfico ganadero que llegó a controlar tres millones de cabezas. Los talleres segovianos se hicieron famosos en toda Europa y la lana castellana abastecía talleres de Brujas y Florencia; en La Velilla aún en el siglo XIX subsistían un lavadero de lanas y dos batanes.

En el siglo XVIII comienza a apuntarse una decadencia que se acentuará de forma brusca en el XIX como consecuencia de la crisis ganadera que afectará a toda la meseta. Como consecuencia del proceso de despoblación del campo que marca los inicios del siglo XX y que continuará agravándose hasta bien pasada su primera mitad, las casas quedan abandonadas expuestas a la ruina y se venden a bajo precio. Éste es el factor que contribuyó a dar un giro a la situación, a que se produjera el golpe de péndulo al retorno, que en Pedraza se inició en los años sesenta consolidándose ya en los ochenta; la gente de la ciudad compraba y restauraba casas para convertirlas en segunda residencia, y ese flujo cada vez mayor de urbanitas que llegan a la zona en fines de semana y festivos impone un esquema y un ritmo económico diferentes a los tradicionales.

El pulso inusitado recuperado por Pedraza es un mérito reconocido por la Fundación internacional Europa Nostra, que en 1996 concedió a Pedraza un diploma "por la recuperación de la vida de esta Villa Medieval amurallada, mediante una respetuosa rehabilitación de sus viejos edificios, con la frecuente colaboración de la iniciativa privada". Desde 2014, también forma parte de la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Su grandiosa arquitectura ha hecho que fuera elegida como el Pueblo Más Bello de Castilla y León 2019.

Riqueza patrimonial

La riqueza patrimonial de la localidad segoviana destaca por su alto grado de conservación que le ha otorgado numerosos reconocimientos, pero también por sus numerosos atractivos, entre los que destacan:

Plaza Mayor

Para muchos, es una de las Plazas más bonitas de España; irregular en su forma y creada para que las familias nobles de la Villa disfrutaran desde sus balcones, de los festejos taurinos celebrados desde 1550. A día de hoy, sigue transformándose en plaza de toros, luciendo sus mejores galas durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Carrascal, del 6 al 11 de septiembre.

Pocas familias fueron las privilegiadas de vivir en esta Plaza, conservándose todavía sus palacios y casonas datadas en los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por imponentes fachadas y elegantes escudos de armas, encargados de recordarnos hoy, a quién pertenecieron entonces. Sin duda alguna, el corazón de Pedraza se encuentra en su Plaza Mayor, un lugar de encuentro, único y cargado de historia.

Castillo

Enclavado en la zona más elevada de la villa medieval que le da nombre, los orígenes del castillo de Pedraza y su entorno se pierden en el tiempo. Existen indicios de población prehistórica en los valles del río Cega. Se han hallado restos de cerámica celtibérica junto a la explanada del castillo, probablemente procedentes del siglo IV a. C.

Su ubicación estratégica, a 1060 metros de altitud y rodeado por las hoces de los arroyos Vadillo y Encinarejo, hizo que el recinto amurallado se convirtiera en asentamiento durante la ocupación romana. Algunos historiadores aseguran que allí nació el emperador Trajano. Siglos más tarde, fue residencia de Abderramán III, antes de la Reconquista, y de los reyes de Castilla y León.

El castillo de Pedraza ha sido testigo de momentos históricos y protagonista de leyendas, como el amor frustrado de los jóvenes Elvira y Roberto, que terminó con la muerte trágica de los amantes. Cuentan que, todavía hoy, algunas noches de verano es posible ver las sombras de los enamorados bajo una aureola de fuego.

En 1926, cuando lo adquirió el pintor Ignacio Zuloaga, el interior del castillo estaba arruinado. Restauró una de las torres, donde instaló un taller y pintó paisajes y retratos de las gentes de Pedraza. Fueron sus herederos quienes rehabilitaron una segunda torre instalando en ella el Museo Ignacio Zuloaga, en él pueden contemplarse obras del artista así junto bodegones flamencos del siglo XVII, un Cristo de El Greco e incluso un cuadro de Goya en el que retrata a la condesa de Baena.

En la actualidad ha pasado a manos de otros propietarios, un grupo en el que otros cuenta con Santiago Segura y José Mota, que lo han vuelto a abrir al público para visitas.

Horario

PATIO ENTRE MUROS (visita guiada): Patio Entre Muros, Patio de Armas, museo en Torre Norte con obras de Ignacio Zuloaga y Artes Decorativas.

Horario de verano: de 11.00 a 14.00 h. y de 17.00 a 20.00 h.

Horario de invierno: de 16.00 a 18.00 h.

Abierto todo el año de miércoles a domingo. Consultar para visitas los lunes y martes.

MUSEO EN LA TORRE (visita guiada): Estudio del pintor en la torre del homenaje, con obras de Ignacio Zuloaga, otros Maestros y Artes Decorativas.

Visitas, los primeros viernes de cada mes, previa reserva.

Puerta de la Villa

Es la única puerta de entrada y salida a Pedraza, otorgando a la localidad de una envidiable defensa, durante siglos.Sus dos portones son de madera de álamo negro. Una reciente restauración ha devuelto a la puerta su coquetería mudéjar, que estaba oculta tras un tosco enlucido. A ambos lados de la puerta, se puede apreciar un bonito esgrafiado en sus muros. El escudo que protagoniza su fachada exterior es el de los Fernandez de Velasco, señores de la Villa durante cuatro siglos.

Fue torreón defensivo, y posteriormente albergó el edificio de la Cárcel, hasta el año 1890, siendo sus muros testigos de muchas historias, contadas hoy algunas de ellas en las visitas guiadas que realiza la Fundación Villa de Pedraza.

Cárcel de la Villa

Es un edificio señero situado en la misma puerta de entrada al recinto amurallado, mantenido y explotado por la Fundación, que se encarga de organizar su visita turística guiada, mostrando al visitante los secretos de este lugar histórico y sus curiosidades a lo largo de los siglos.

Horarios Apertura

Fines de semana y festivos: De 11.00 a 14.00 horas

De 16.00 a 19.00 horas

Entre semana: De 11.00 a 14.00 horas

De 16.00 a 19.00 horas

Cerrado los lunes y los días 1 de enero, 9 de septiembre y 25 de diciembre

(Otros horarios bajo consulta previa)

Visitas guiadas cada 30 minutos

Iglesia de Santa María

Es el tempo más cercano al Castillo, donde los Condestables de Castilla celebraron sus ceremonias religiosas durante siglos. Aunque su estado actual de conservación no es muy bueno, debido a su abandono en el siglo XIX, se pueden apreciar en ella elementos de diferentes épocas.

Se puede contemplar su alta Torre del campanario y el ábside semicircular románico de la nave norte, junto con ventanas de medio punto y geminadas. También se mantiene la puerta que conserva completas las piedras labradas de las jambas y del arco. Pertenece al igual que el Castillo a la Familia Zuloaga, ya que Don Ignacio compró las dos fortalezas en 1925. De manera puntual se realizan en ella exposiciones de arte y de artesanía.

Belleza paisajística

La silueta de la Sierra de Guadarrama es el telón de fondo que enmarca el paisaje de las tierras de Pedraza y su alfoz. Bosques de encina y enebro (como aquí se conoce a la sabina albar), cubren las lastras pedregosas que se impregnan del aroma a tomillo, espliego, mejorana y salvia. Entre ellos se intercalan frondosos prados de pasto, delimitados por los tradicionales muros de piedra seca, en los que el ganado sestea a la sobra de fresnos y encinas centenarias.

Estos paisajes ganaderos del piedemonte son, sin duda, uno de los atractivos de la Tierra de Pedraza. Aquí vive una gran diversidad de fauna como zorros, tejones, conejos, liebres, corzos, ginetas, garduñas, comadrejas, jabalíes… aunque si hay que destacar a un habitante especial esta es sin duda el Águila Imperial Ibérica, única por su espectacularidad y belleza. Pero ésta no es la única rapaz que frecuenta los paisajes que rodean las Rades de Abajo, Pedraza y La Velilla, también se puede observar al aguililla calzada, al águila culebrera, el halcón peregrino, el buitre negro, los milanos real y negro o incluso el Búho Real. Este último prefiere para anidar los cortados rocosos que se forman en los retazos del macizo calcáreo sobre los que se alza Pedraza de la Sierra, resquebrajados por el paso de los arroyos del Vadillo y el Encinarejo, que forman pequeños cañones que fueron la fortificación natural de la villa.

En ellos viven también buitres leonados, alimoches, aviones roqueros y comunes, golondrinas, chovas, cornejas y el roquero solitario. Pedraza es un paraíso para aves y pequeños pájaros como jilgueros, pardillos, currucas, chotacabras, alondras, totovías, oropéndolas, abejarucos, alcaudones y un sinfín más.

En la vega de este último se conservan las antiguas huertas regadas por las acequias que recogen el agua de los manantiales que afloran en el roquedo, formando pequeños vergeles que en verano destacan coloridos entre el blanco ceniciento y anaranjado de la roca. Aquí se encuentra el Centro Temático del Águila Imperial Ibérica desde el que parten varias rutas de senderismo como la Senda de las Tongueras, la de la Dehesa o la ruta de la Tierra de Pedraza, de veinticinco kilómetros de extensión.

Gastronomía

A los internautas también se les conquista por el estómago. Y Pedraza hace gala de su cocina tradicional destacando en ella el cordero lechal y el cochinillo, asados en horno de leña, acompañados de ensalada de la huerta, aunque es muy amplia la variedad de platos que se ofrece al comensal, siempre destacando los productos de la zona; desde unos sabrosos judiones de la Granja a ricas carnes de primera calidad.

Ofrecer materias primas de primera calidad, es lo más importante en la oferta gastronómica que ofrecen los Restaurantes de la Villa, asegurando siempre al comensal alimentos de la zona de los mejores productores locales. Pedraza también presume de una rica variedad de dulces, elaborados de forma artesanal como el ponche segoviano, los soplillos, los mantecados y las tejas de almendra entre otras exquisiteces.