Sociedad
Wamba, un pueblo único en España
Este municipio vallisoletano tiene dos peculiaridades que le hacen diferente
Castilla y León cuenta con un rico patrimonio histórico y natural y una variada despensa que le hacen ser una Comunidad Autónoma diferente. Su historia permite que esta Región sea una de las más visitadas de España, sobre todo su entorno rural. Y eso lo consigue gracias a la peculiaridad de sus pueblos. Un total de 2.248 municipios con mucha historia y peculiaridades que les hacen ser únicos.
Es el caso de la pequeña localidad vallisoletana de Wamba, situada a menos de 20 kilómetros de la capital y a unas dos horas en coche de Madrid, que ostenta dos "títulos" que le hacen destacar por encima de los demás en nuestro país. Se trata de un municipio de poco más de 300 habitantes, enclavada en la comarca de los Montes Torozos y situada en pleno Camino de Santiago de Madrid.
Pues la primera peculiaridad que le hace ser diferente a Wamba es ostentar el curioso honor de ser el único pueblo de España que empieza con la letra "W". Su nombre viene dado por el rey godo Wamba, que fue elegido monarca en esta localidad vallisoletana en el año 672. En aquella época se llamaba Gérticos y el rey Recesvinto tenía allí una villa de descanso. Al morir Recesvinto en dicho pueblo, los nobles eligieron a Wamba ese mismo día.
Además del inicio de su nombre por la letra "W" que le hacen único, el pueblo es reconocido por albergar una de las pocas iglesias de estilo mozárabe que se conservan en España, la iglesia parroquial de Santa María. Sus orígenes se remontan al siglo VII, aunque de estilo mozárabe solo conserva la cabecera triple con tres arcos de herradura; el primer tramo de las naves; y el muro norte al completo.
En el siglo XII, la iglesia pasó a depender de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, y de esa época es la nave central, se trata de una reconstrucción en estilo románico tardío con techo de madera, arcos ligeramente apuntados y esbeltas columnas.
Todavía se conserva un gran patio donde hubo un antiguo claustro de un monasterio adosado a la iglesia sobre el siglo X. Entre otras peculiaridades del templo es que uno de sus elementos más antiguos es un capitel bizantino de mármol o columnas con capiteles con formas humanas y vegetales. También se puede observar en distintas estancias la presencia templaria de la Cruz de Malta, en color blanco y con ocho puntas.
Asimismo, cuenta con dos tumbas en estas estancias con decoraciones mozárabes. Una de estilo gótico del siglo XVI que encierra a don Andrés del Arroyo y a su esposa y en la Capilla de la Reina descansa Urraca de Portugal, hija del Alfonso I, primer rey de Portugal, y que llegara a ser reina consorte de León y que años más tarde entraba en la Orden templaria retirándose al monasterio de Wamba.
Por este motivo es el eje sobre el que gira casi toda la historia de la localidad. La cabecera es de época mozárabe o más propiamente visigoda y tiene semejanzas con Santa María de Lebeña (Cantabria). El resto de la iglesia es de estilo románico. Del siglo XII son las tres naves que se soportan con pilares que tienen adosados dos columnas, que sirven de apeo a los arcos; y entre los capiteles hay motivos vegetales, animales e históricos.
La puerta se cobija bajo tres arquivoltas que arrancan de columnas con capiteles con decoración animal y vegetal. Además, hay que destacar que se conserva un osario. Las capillas del lado del evangelio y las del muro oeste del patio es lo que queda del claustro.
En el interior hay un nicho funerario de estilo hispano flamenco, con un retablo de pintura del siglo XVI. El muro conserva restos de pintura al fresco y pueden verse dos capillas la de Doña Urraca y la del Osario formada por cráneos y huesos. De estilo visigodo, mozárabe y románico.
Wamba también cuenta con otra peculiaridad, la de albergar el osario más grande de España. Miles de tibias, fémures y calaveras se hacinan desde el suelo y hasta una bóveda, perfectamente ordenados en una de las dependencias de lo que fue en su día un importante monasterio cisterciense.
Son cientos y cientos de huesos pero en su día fueron más, ya que el doctor Gregorio Marañón se llevaba dos camiones repletos de restos óseos a Madrid a mediados del siglo XX para que los estudiantes de la Facultad de Medicina hicieran prácticas con ellos. Unos huesos, que por supuesto, no volvieron a su lugar de origen.
Otros atractivos turísticos
En Wamba hay otras dos ermitas de gran devoción. Está la ermita de Santa María de la Encina; fuera del casco urbano. Se trata de una construcción realizada en mampostería recientemente restaurada.
El otro templo es la ermita del Cristo del Humilladero, a las afueras de Wamba, y que es una construcción del siglo XVIII con imagen del Cristo en su interior. Aunque hay algunas casas restauradas y con fachadas armoniosas, que la hacen ser uno de los pueblos de una visita obligada. También existen algunos casones solariegos, entre los que destacan los que están en el entorno de la Iglesia de Santa María.
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