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Las 10 palabras más extrañas y curiosas del catalán
Conserva palabras que hoy en día son poco comunes, literarias o arcaicas, y que sorprenden incluso a hablantes nativos

El catalán, como todos los idiomas, conserva palabras que hoy en día son poco comunes, literarias o arcaicas, y que sorprenden incluso a hablantes nativos. Una de ellas es esbalaïdor, que significa “sorprendente” o “asombroso”. Aunque deriva del verbo esbalaïr, su uso cotidiano ha casi desaparecido, quedando solo en contextos literarios. Otra palabra curiosa es xafarderia, equivalente a “cotilleo” o “chisme”; se entiende, pero hoy se emplean más términos modernos. Fadrívol describe a alguien frívolo o superficial; su tono es formal y literario, y rara vez aparece en conversaciones cotidianas. Por su parte, murrar significa mirar con recelo o esconderse, especialmente aplicado a animales; es un término arcaico que se mantiene sobre todo en la literatura o en contextos rurales. La palabra enyorança se traduce como nostalgia profunda, un sentimiento de añoranza por lo perdido o distante; aunque comprensible, es más literaria que la forma cotidiana nostàlgia.
En situaciones de susto o alarma, se puede usar esparverar, que significa espantar o asustar de manera súbita; hoy en día se usan expresiones más comunes como “asustar”, pero esparverar aporta un matiz poético. Llampant describe algo brillante, espectacular o llamativo; aunque su significado es evidente, se emplea casi exclusivamente en textos literarios. Remugar, que significa quejarse de manera continua y en voz baja, es otra palabra pintoresca que ha quedado casi obsoleta. La palabra arrap, que se refiere a una persona tacaña o agarrada, también tiene un uso literal y coloquial muy limitado. Finalmente, bressol, que literalmente significa “cuna” y figuradamente “lugar donde algo se origina o desarrolla”, se conserva sobre todo en contextos históricos o poéticos.
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