Libros
Millet, secretos de familia
Un libro ofrece una mirada desde dentro de una de las sagas catalanas más influyentes y tocadas por el escándalo
Los Millet han sido una de las sagas más influyentes en la vida cultural catalana. Sin embargo, en junio de 2009 todo saltó por los aires cuando los mossos entraron en el Palau de la Música para registrarlo y encontrar pruebas sobre el desvío de, al menos, dos millones de euros. Era el inicio de uno de los mayores escándalos de corrupción de la historia de Cataluña, un terremoto con el que cayó Fèlix Millet, quien había sido el todopoderoso e influyente responsable de la institución musical. Aquel negro episodio dañó a mucha gente, empezando por la propia familia Millet.
Acaba de publicarse un libro que aporta nueva y abundante información de esta familia, pero desde dentro. Lo firma, junto con el periodista Jordi Panyella, Pat Millet. En «La vida amarga de les flors», publicado por Angle Editorial, la hermana de Fèlix Millet hace repaso a lo que ha sido su vida dentro de esta saga, además del impacto que tuvo en ella el denominado Caso Palau. Pat Millet, que falleció este año, nos aporta un relato duro y sincero, con pasajes de una sinceridad estremecedora. Todo ello empieza con la autora del libro acompañando a su hermano que en repetidas ocasiones le confía que quiere morir.
Pat Millet confiesa que no podía haber nacido en una mejor familia: «No vaig venir al món amb cap pa sota el braç, a casa no els feia falta l’ajuda de la divina providència per omplir el calaix de duros (...) soc de condició burgesa. Sí, sóc i he estat una burgesa, filla d’un burgès, germana de burgesos, educats tots en les normes de l’alta i pulcra societat. Neta també de burgesos, perquè vinc de les grans i honorables barbes, els grans salons modernistes folrats de miralls i les gran indústries florents. Els meus orígens són la caixa enregistradora i l’alta cultura».
Ella fue la menor de cinco hermanos entre los que destacaba desde pequeño Fèlix. En el libro, la autora ofrece un buen retrato de quien siempre disfrutó viviendo en el lujo y en la comodidad de ser un hombre influyente. «Em tenia molt afecte, però no volia que interferís en la seva vida d’alta volada social. De petits, quan jo ja era al llit i els meus germans sopàven, en Fèlix sempre s’entretenia a la banyera fins que algú del servei l’havia d’anar a buscar: “Senyoret, que la resta ja són a taula”». Ya adulto Fèlix Millet, según rememora su hermana, se creía mucho más importante de lo que era, incluso llegando a verse como alguien que no era, algo que practicó en su mansión de L’Ametlla del Vallès donde tenía como invitado a Jordi Pujol, en aquel momento presidente de la Generalitat.
Por las páginas de «La vida amarga de les flors» también encontramos a uno de los nombres importantes en el escándalo de corrupción en el Palau de la Música. Se trata de Jordi Montull, número dos en la institución musical y a quien Pat Millet califica como «un desgraciado» que tuvo la suerte de que Fèlix Millet siempre le diera un empleo y sueldo. «Primer, en Fèlix va col·locar en Montull a l’Ametlla del Vallès, venent terrenys i després se’l va emportar al Palau de la Música, on li va donar un càrrec de massa responsabilitat i massa a prop de la caixa de cabals. Les lleialtats a vegades no són allò que semblen. Tant de bo en Fèlix no hagués confiat mai en aquest personatge».
La autora subraya que nadie en la familia Millet sabía nada de lo que durante años había llevado a cabo su hermano Fèlix. Aquel saqueo acabó convirtiendo a hermanos, hijos, sobrinos y nietos en el referente de una «nueva saga de delincuentes». Fèlix Millet pasó de ser el ángel de la guardia de Pat Millet en un «ángel exterminador». El marido de la autora, que trabajaba en el Palau, fue despedido por los gestores que sustituyeron al equipo de Fèlix Millet. La familia dejó de tener ingresos económicos y empezó a vivir en una situación económica delicada, tal y como se narra con detalle en las páginas del libro, sobreviviendo gracias a la venta de las joyas que tenía en casa... Hasta que un día se acabaron y tuvo que recurrir a Cáritas.
«L’acció criminal d’en Fèlix va arruïnar la meva vida i em va condemnar a una vellesa plena de patiments. També va desintegrar la família. Des de la mort de la mareta, els germans havíem procurat continuar veient-nos un parell de vegades l’any per fer bo aquell manament que va deixar escrit en el seu testament, estimar-nos i parlar la nostra dolça llengua. Però després de l’escorcoll al Palau aquelles trobades al Palau van deixar d’existir i l’única trobada va ser la que vam fer a casa per la qüestió del vitalici, on hi va haver de tot menys estimació», escribe en estas memorias.
«La vida amarga de les flors» es uno de esos libros que conviene leer por su sinceridad, por la lección de vida en tiempos de turbulencias.
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