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El Barça-Madrid tendrá 3.000 efectivos para velar por la seguridad dentro y fuera del campo

El comisario jefe de los Mossos dice que Tsunami Democràtic no tiene intención de impedir el partido

Exhibición de banderas «esteladas» y consignas independentistas en un partido del Barça contra el Real Madrid el pasado octubre
Exhibición de banderas «esteladas» y consignas independentistas en un partido del Barça contra el Real Madrid el pasado octubrelarazon

Cincuenta y dos días después, habrá Barça-Madrid. Será el próximo miércoles 18 de diciembre en un campo en el que se desplegará un fuerte dispositivo de seguridad después de que Tsunami Democràtic haya convocado una de sus concentraciones en la entrada del Camp Nou. En total, unos 1.000 mossos d’esquadra garantizarán la seguridad del entorno del Camp Nou y de la celebración del clásico. A este millar de agentes hay que sumar 2.000 efectivos más, entre los que se incluyen la seguridad privada del club azulgrana.

El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, y el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, han ofrecido detalles del dispositivo esta mañana. Para garantizar la celebración del partido y poder reaccionar ante cualquier eventualidad, han diseñado un dispositivo superior al habitual. En un clásico normal, suelen intervenir 300 agentes, el miércoles están llamados a trabajar el triple, mil mossos d’esquadra. Se ha tenido en cuenta que el Barça-Real Madrid es un partido de alto riesgo, que hay una amenaza genérica de riesgo terrorista de nivel 4 sobre 5 y, por último, la acción convocada por Tsunami Democràtic para reivindicar la libertad de los políticos presos.

El dispositivo tendrá dos fases. La primera arrancará por la mañana, se establecerá un cordón de seguridad con filtros y controles para garantizar el acceso al partido de los jugadores y árbitros. Y la segunda se centrará en el acceso del público y el partido en sí.

Buch ha defendido que no era necesario aplazar la fecha inicial prevista para el 27 de octubre. “Nos reafirmamos en que no hacía falta aplazar el partido, porque los Mossos d’Esquadra habrían garantizado como garantizarán ahora la seguridad del partido. La decisión de la Liga de Fútbol Profesional fue equivocada bajo nuestro punto de vista”, insistió.

Como es habitual, los Mossos d’Esquadra coordinarán el dispositivo de seguridad, que estará formado por unidades de la Brimo y de los Arro en el exterior e inmediaciones del campo de fútbol. Además, participarán las unidades caninas, que revisarán el subsuelo, los Tédax y a unidad de Información y Seguridad Ciudadana.

Lo que más miedo da al comisario del jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, es que los espectadores invadan el campo de juego. En tal caso, serán lo empleados de seguridad privada del FC Barcelona los que se encargarán de desalojar el terreno de juego. Los Mossos d’Esquadra sólo intervendrían en caso de haber desorden público. Para que luego no haya lamentaciones, Sallent recuerda que invadir un campo de juego puede conllevar sanciones importantes y otras medidas disciplinarias por parte del club. De todos modos, el jefe de los Mossos d’Esquadra dice que las informaciones que ha trasladado a la policía catalana Tsunami Democràtic es que “no se impedirá que se juegue el partido”.

En los canales con los que se comunica con sus seguidores, Tsunami Democràtic insiste en que no quiere bloquear ni suspender el partido. “Todo lo contrario, queremos invitar a todo el mundo a que lo vea”, dice como un emoticono de los que guiñan el ojo.

Avanza que está preparando una acción “para hacer visible en el campo y en las gradas la situación de excepcionalidad que vive Cataluña”. Y recuerda que está organizando autobuses y que sus canales cuentan con 25.000 seguidores.

Sallent aconseja a los aficionados desplazarse hasta el Camp Nou en transporte público porque será más difícil que otras veces encontrar transporte público. También avisa de que los controles serán más exhaustivos de lo habitual.