Cataluña

¿Quién quiere vivir dentro de un cuadro?

La Universitat de Barcelona acoge plataformas de realidad virtual que te permiten entrar en cuadros de Van Gogh, Mondrian o Van der Ast del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid

La obra de Van Gogh que protagoniza esta experiencia inmersiva
La obra de Van Gogh que protagoniza esta experiencia inmersivalarazon

Si saltásemos dentro de «Las señoritas de Avignon», de Picasso, seguro que también posaríamos enseñando nuestros brazos de langosta y nuestras caras planas sorprendidas y tendríamos unas conversaciones exquisitas con las señoritas. «¿Que nos ha pintado quién?», preguntarían y soltarían unas risitas porque en lugar de Picasso habrían entendido pedo. Si pudiésemos vivir dentro de «La escuela de Atenas», de Rafael, les diríamos a Platón y Aristóteles que ahora, en lugar de un ágora de pensamiento y relfexión, el cuadro parecía más un plató de un «reality» donde habría que eliminar uno, y sí, eres tú, Platón, lo siento. Y si pudiésemos entrar en, por ejemplo, «Las meninas», de Velázquez, pues estropearíamos todo el juego de perspectivas del pobre pintor que gritaría indignado, ¡pero de dónde ha salido este monstruo! Puede que tirase su paleta al suelo y dejase la pintura para siempre.

¿Quién no querría vivir, aunque sólo fuera por unos segundos, dentro de alguna de las grandes obras maestras de la historia del arte? Sin embargo, es algo imposible, una magia que no existe todavía ¿o sí? El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza lleva a la entrada de la Universidad de Barcelona (UB) una plataforma de realidad inmersiva y virtual que posilita, exactamente esto, la sensación de entrar en obras de arte y vivir in situ todas sus maravillas, hasta jugar con ellas.

Hasta este viernes, quien se acerque a la UB y se inscriba en el proyecto podrá atravesar cuadros de Vincent Van Gogh, Piet Mondrian y Balthasar van der Ast y disfrutar así de todas las perspectivas de estas grandes obras maestras de la pinacoteca madrileña. La propuesta, bautizada como «Entrar en el cuadro» permite conocer «Les Vessenots à Auvers», de Van Gogh; «Manhattan», de Mondrian y «Naturaleza muerta», de van der Ast.

De esta forma, vemos paso a paso cómo se creó pieza a pieza la naturaleza muerta de van der Ast e incluso vemos moverse a la lagartija que el artista pintó a un lado. O mirar asombrado las estructuras infinitas de colores primarios de Mondrian como si estuvieses en el medio de la creación de la ciudad de los rascacielos. La experiencia es como si acabases de ir al estreno de «Avatar II», pero con imágenes mucho más impactantes.

La experiencia inmersiva es total. Se trata de una experiencia sensorial, que permite sentir la brisa de los cuadros y escuchar distintos sonidos, como pájaros del campo y coches de la ciudad de Nueva York, y sumergirse entre flores e insectos de una naturaleza muerta. respectivamente, según comentó ayer el director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, Evelio Acevedo, y la directora general de Endesa en Catalunya, Isabel Buesa,que colabora con la muestra.

A través de unas gafas de ralidad virtual los espectadores pueden transitar por el interior de los cuadros y explorar todo lo que haya a su alrededor, deconstruírlo, reordenarlo y maravillarse del ingenio utilizado para crear esas obras de arte. Es como sentirse como Van Gogh, pero sin necesidad de tener una vida atormentada y nerviosa para crear. Una ventaja, vamos. «Experiencias como ésta son las que están dando sentido a la existencia del museo en el siglo XXI», comentó Acevo, que espera que los jóvenes no duden en «jugar» a ser artistas y aprendan desde sus mismísimas entrañas lo que es el arte más elevado.

La web «entrarenelcuadro.com» permitirá inscribirse previamente y solicitar hora para visitar la exposición gratuita, que espera una participación similar a la de anteriores paradas, en Madrid, Sevilla, Ferrol, Palma y Zaragoza, con 2.500 espectadores. La muestra estará abierta de 10 a 19 horas hasta completar el aforo, y las personas interesadas tendrán que reservar previamente en la web o dirigirse presencialmente al mismo recinto. Porque uno no es Van Gogh todos los días.